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Prostitución en centros penitenciaros.


Enviado por   •  8 de Marzo de 2017  •  Documentos de Investigación  •  5.328 Palabras (22 Páginas)  •  173 Visitas

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CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES EN CIENCIAS JURIDICAS Y CRIMINOLOGICAS.

ALUMNA: MEJIA ESTRADA ISELA ABRIL

PROFESOR: DOMINGO HERRERA FONSECA

TEMA: PROSTITUCIÓN EN LOS CENTROS PENITENCIARIOS.

LICENCIATURA EN DERECHO

8º CUATRIMESTRE

MATERIA: DERECHO PENITENCIARIO

TURNO: VESPERTINO

PROBLEMAS PENITENCIARIOS.

Los problemas en los centros penitenciarios en México son muchos pues el tema es muy amplio pero como se puede ver todo se relaciona con la corrupción dentro y fuera de estos, algunos de los problemas los cuales pueden considerarse de mayor relevancia son los siguientes:

  • La sobrepoblación.
  • Falta de higiene.
  • Maltrato o abuso hacia los internos o internas.
  • La corrupción, pues esta es la que prácticamente se liga a la mayoría de ellas pues la obtención de  dinero es el  fin al que se quiere llegar y para llegar a este se usan medios como:
  • La venta de drogas.
  • La venta de protección.
  • Extorción.
  • Prostitución.

        Estos son algunos de muchos problemas dentro de estas instituciones que se pueden ver al interior de los mismos. Pero en el cual nos vamos a enfocar es el de la prostitución en este caso nos concentraremos en la de las mujeres pues como también se sabe no solo  en las mujeres se presenta esta actividad pues también puede verse en hombres y menores de edad  de igual forma no solo son las internas de los estos centros sino también se presenta en mujeres que viene de fuera y se conocen como visitas íntimas clandestinas.

        En las siguientes notas periodísticas que se pudieron recabar se podrá ver las razones por las cuales estas mujeres toman la decisión o en su defecto son obligadas a llevarla a cabo pues la mayoría cae en el sistema de corrupción y se ven obligadas a hacerlo, ya sea por la falta de economía, la falta de amor o actividad sexual, por amenazas hacia su persona o a sus familiares. Nos muestran los procesos que viven dentro de este lugar pues muchas de ellas lo hacen por veinte o treinta pesos o inclusive por agua, shampo, pasta de dientes, porque no las golpeen o hasta las maten, por tener una mejor calidad de vida dentro del penal, para tener recursos para proporcionarles a sus familias  o necesidades parecidas a estas. Para una mejor información las siguientes notas citan lo siguiente:

LOS TÚNELES DEL RECLUSORIO ORIENTE, ZONA ROJA AUSPICIADA POR AUTORIDADES

LOS CUSTODIOS ME HAN AMENAZADO PARA QUE DÉ SERVICIOS SEXUALES, DENUNCIA REA DE TEPEPAN

Periódico La Jornada

Viernes 20 de agosto de 2010, p. 37

        En los túneles que conducen a los juzgados del Reclusorio Oriente diariamente se puede ver a más de 30 internas. Muchas se prostituyen en esa zona; unas, por decisión propia, ante el beneficio económico que esta actividad les deja; pero otras son obligadas por medio de amenazas y agresiones físicas, relata Yosmari, reclusa del penal femenil de Tepepan. Se trata de largos pasillos, carentes de iluminación, en los que, además de las reclusas, deambulan custodios e internos en busca de sexo. Aprovechan la espera, antes de pasar ante el juez, para concretar los encuentros sexuales, ya sea en los baños o áreas de escaleras de los túneles, servicios por los que cobran entre 800 y tres mil pesos, pero sólo una parte es para ellas, señala la interna.

        Estas mujeres pasan más de 10 horas en dicha zona; algunas no tienen programada audiencia alguna, pero con la ayuda del personal de seguridad y de los juzgados obtienen los ordenamientos judiciales para salir de su reclusorio. De esta manera, asegura la joven de 27 años, se operaba la prostitución de internas del penal femenil de Santa Martha en el Reclusorio Oriente, por lo menos hasta hace unos meses, cuando la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) denunció esta práctica. En el caso de Yosmari, presa desde mayo de 2009 por robo de vehículo, el hostigamiento del que fue víctima por negarse a dedicarse a esa actividad la llevó a presentar una denuncia penal por acoso sexual, amenazas y abuso de autoridad. En la querella, de la cual se tiene copia, la joven, de nacionalidad venezolana, describe que por lo menos en cinco ocasiones sufrió de abuso sexual por dos custodios distintos que le realizaron tocamientos en senos, glúteos y el área genital, al tiempo que le proponían mantener relaciones sexuales en el baño del juzgado. En principio fue encarcelada en el penal femenil de Santa Martha y su proceso lo lleva el juzgado 23 penal del Reclusorio Oriente, por lo que en cada audiencia debe ser trasladada a dicha cárcel, donde uno de esos elementos de seguridad, del que hasta el momento no sé su nombre, pero puedo identificar plenamente, la presionaba también para tener sexo con otros custodios o internos, y que yo iba a ganar dinero.

Sexo en el túnel, por un champú, Sólo he sido testigo de ello en el penal de los rojos. Pero dicen que ocurre en los demás En los penales masculinos, los días de visita son inconfundibles: una línea interminable de madres, esposas, hermanos, compadres, amigos, novias, espera paciente las horas necesarias para ingresar al penal. Los visitantes llevan por lo general comida, itacates, tortillas, refrescos, dinero para el interno. En cambio, en los penales femeninos, la cola es casi inexistente.

        La razón: una vez que una mujer es tragada por el sistema penal, la familia (el esposo, los hijos) se olvidan de ella. Los sociólogos dicen que esto se debe a que la mujer está, culturalmente, vinculada a valores de sumisión. Entonces, cuando rompe la ley, existe un castigo social mucho más grande que contra el hombre. Serán los roles culturales... será la constante indolente discriminación hacia la mujer (que arroja estadísticas como las siguientes: el 70 por ciento de los sujetos de los que se habla en las noticias son hombres; la fortuna de la mujer más rica del planeta –Oprah—es la décima parte del tamaño de la del hombre más rico—Slim--), será el sereno. Pero las mujeres en la cárcel tienen una situación mucho más vulnerable que la de un hombre. Y es en esta situación que un escándalo llegó a los medios de comunicación hace relativamente poco tiempo: en el sistema penal del Distrito Federal se había instalado una red de prostitución y trata de mujeres con fines de explotación sexual. Salieron los nombres, los funcionarios involucrados. Pero de lo que menos se ha hablado es de la situación que impulsa a una mujer en el reclusorio a prostituirse, o a acceder a ser objeto de explotación sexual.

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