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Pueblos primitivos del Gran Chaco


Enviado por   •  19 de Abril de 2019  •  Resúmenes  •  2.641 Palabras (11 Páginas)  •  142 Visitas

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  • El Gran Chaco.

La palabra “Chaco” existía desde antiguo en dos lenguas andinas: la de los quechuas y de los Aymará. En Aymará aludía a cierta arcilla: tierra de chacoco, muy usada en la alfarería.

La acepción más aceptada proviene del quechua y significaba “cacería” o un sistema de cacería, reglamentado para mantener el equilibrio biológico dirigido por un jerarca, por el cual se cercaba a la presa.

También los documentos españoles del S. XVI, hacen mención de la palabra “Gualamba” o “Gualambos”, cuando se referían a los habitantes de esta región. Pero pronto también advirtieron que muchos vocablos de los “Lules” terminaban en Gualamba, especialmente los gentilicios. De manera que se pondría interpretar que chacogualamba, serían los habitantes de esta comarca.

Desde la etapa colonial hasta bien entrado el siglo XIX, entre la población española y criolla fue generalizándose el uso del topónimo chaco Gualamba. Hoy resulta polémico establecer a ciencia ciertas el significado de Gualamba. Según el padre Barzana (Fine del S. XVI) provendría de gualang, palabra que quiere decir avestruz o ñandú. Al parecer, los mataguayos la usaban para designar con ella a sus enemigos tradicionales, los tobas, presentándolos como cobardes en la batalla, personas que no dudarían en correr velozmente para salvar sus pellejos. Otra de las versiones surgiere que la palabra es fusión de gua (“tierra”) y lamba (“pampa”), indicando así la idea de llanura (que no es otra cosa que esto es el chaco). Pero, más allá de las polémicas en torno al significado del término, sabemos que los españoles comenzaron a utilizarlo en documentos oficiales como adjetivo de “chaco”.

El Gran Chaco constituye una unidad geográfica ya que lo que confiere unidad es una extensa llanura boscosa que abarca parte de Argentina, Bolivia y Paraguay, extendiéndose aproximadamente hasta los ríos Otuquis y Parapití en el norte, el rio salado al sur, el eje Paraguay-Paraná al este y los faldeos cordilleranos al oeste.

  • Primitivos habitantes de la región: aborígenes chaquenses, procedencia, distribución, rasgos culturales y costumbres, evolución y situación actual.

 

ABORIGENES DE LA REGION DEL CHACO

CARACTERISTICAS

GUAYCURUES

Pertenecen a esta familia, los Mbayas, Payaguas, Abipones, tobas, Pilagás y Mocovíes. Los dos primeros han desaparecido y ocuparon el Chaco Paraguayo, el resto se ubicó en el Chaco Argentino.

Habitaron el área Oriental del Chaco, sobre la margen derecha del rio Paraguay y Paraná, desde el Pilcomayo hasta Santa Fe. Recibieron el nombre de frentones, por la costumbre de raparse la anterior de la cabeza. Migraron desde el Norte hacia el Sur, con la introducción del caballo por parte de los españoles. Los Tobas ocuparon el actual territorio de Formosa, el Chaco Central y el apelativo es de origen paraguayo, por la frente ancha, por el rapado de la cabeza. Los pilagás se asentaron en la parte central de este territorio.

Fueron pueblos guerreros, y nómades que deambulaban en búsqueda de lugares de caza y pesca y son definidos por su origen Pámpido-patagónico.

Organización Social: se basaban en el cacicazgo que era hereditario, la tierra era comunitaria y las tribus se distribuían el territorio de caza. La familia era de base monogámica, si bien los caciques podían tener más de una mujer, la fidelidad era una costumbre después del matrimonio. Entre los abipones era por compra, los tobas se presentaban en la casa de la novia mostrando los productos que tenía para demostrar que podía mantener a su esposa. La educación era una preparación para la vida adulta, manejo de armas, prácticas de caza y pesca, las niñas aprendía las tareas del hogar.

Vivienda: a) los guaycurúes, utilizaban esteras desarmables de ramas y pajas de 2 a 3 m de ancho por 15 m de largo, para 20 a 30 personas.

Vida Espiritual: existe un consenso generalizado entre los antropólogos que existía una creencia en un ser superior, por ej. Entre los tobas se nombraba a Ayaic, Paiyac, como espíritu protector  de las almas

Vestidos y adornos: utilizaban pieles, cueros de nutria, venado o zorro, decorados con figuras geométricas negras y rojas. Las mujeres usaban cinturón de piel y los hombres una faja tejida, más adelante confeccionaron tejidos de lana, algodón y caraguatá.

Prácticas funerarias: Los abipones lo envolvían en cueros y luego lo enterraban con sus objetos personales. En tanto que los pilagás pensaban que pasaría necesidades si no llevaba sus efectos personales, además quemaban la choza del difunto. La muerte era consideraba un maleficio, también se encontraron enterratorios con urnas funerarias.

MATACO-MATAGUAYOS

Pertenecen a esta familia, los Matacos, Chorotis, Ashulay y Maccaes. Según Imbelloni (antropólogo) también los Noctenses, Vejoces y Mataguayos.

En la nomenclatura moderna los Matacos reciben el nombre de Wichi, que significa gente, en un principio se instalaron en la costa Sur del río Bermejo y luego se desplazaron hacia el Norte y Oeste del Chaco Central. Asentamiento que se conserva hasta la actualidad.

Vivienda: Los matacos construyeron chozas circulares de 2 a 3 m de diámetro para una sola familia. Amueblamiento precario, bolsas de caraguatá, los utensilios se colgaban de horquetas, la cama de cuero en el suelo, las vasijas de barro para el agua. A lado de las chozas tenían pequeños graneros donde almacenaba la algarroba. Su alimentación se basaba en la recolección, que hacían alrededor de sus aldeas previo deslinde de las zonas .también cazaban y pescaban. Algunos subgrupos habían practicado la agricultura, desmalezando los terrenos a cultivar, que debían estar rodeados por arbustos o construían empalizadas para protegerlos de las inclemencias del tiempo. Los hombres sembraban y las mujeres cosechaban. La base alimenticia contemplaba las calabazas, porotos, maíz tabaco y sandia, la miel era muy apetecida. La época de levantamiento de las cosechas y la recolección de la algarroba, era festejada con bailes nativos y cantos guturales propagados al viento, todo acompañado con la ingesta general de bebidas fermentadas con alto nivel de alcohol. Por lo general, las familias se asentaban en la asignación monogamia de parejas.  Tenían como un patio interior que permitía jugar a los niños, bailar y embriagarse.

Vestidos y adornos: los matacos que vestían con camisetas tejidas al crochet. Se adornaban con vinchas de color, tarugos cilíndricos en la oreja y el labio, plumas en la cabeza y los tobillos, usaban mocasines, ojotas de cuero, se tatuaban el rostro y se pintaban el cuerpo.

Industrias: se desarrolló entre los matacos la alfarería, el tejido de fibras de caraguatá, fue un trabajo femenino. Fabricaron vasos, cántaros, escudillas adornados con signos en espiral, subglobular (redondo con cuerpo ancho y cuello estrecho, con dos asas). Tejían bolsos, camisas, ponchos, fajas, con dibujos decorativos, tiñendo los hilos.

Vida Espiritual: profesaban veneraciones por los espíritus, de quienes se decía alimentaban el poder clarividente de los chamanes que a su vez asumían el papel de hechiceros y jefes de los cultos tribales. Se sobrecogían ante la idea de la divinidad y quizás por eso admitían la existencia de un ser supremo y de un conjunto de dioses que adquirían la representación del bien y del mal. Los matacos creían en dioses buenos como Aittah o malo como Ahots. Se cree que estaban dominados por el animismo y la magia, es decir todas las cosas de la naturaleza estaban animados por un espíritu, si bien no es un tema totalmente esclarecido. Si se reconoce la presencia del hechicero, el intermediario ante los espíritus que gobernaban la naturaleza, era hereditario, realizaban ceremonias para implorar por buen tiempo, curara enfermedades o realizar ofrendas.

Prácticas funerarias: los matacos colocaban el cadáver en la copa de los árboles, donde permanecían hasta que solo quedaban los huesos, o los colocaban en una fosa hasta que solo quedaran sus huesos para trasladarlos a un enterratorio definitivo.

En su mayoría fueron pueblos reacios a la guerra, y muchos de ellos no adoptaron el caballo, a diferencia de otros grupos chaquenses.

LULES-VILELAS

Pertenecen a esta familia los, Tonocotés, Lules y  más tarde los Vilelas, Imbelloni agrega a las siguientes tribus como Insistinés, Oristiné, Matará, actualmente todas extinguidas. No se establecieron en el Chaco Argentino, sino en la región del NO. La mayoría moraban en el Chaco Austral, diseminados desde el Bermejo hasta el Salado.

Vestimenta: debido a la zona templada que habitaban, ellos se desplazaban prácticamente desnudos. Como vestimenta tenían una madeja de hilo a modo de cinturón del que colgaban por delante plumas de ñandú. Las mujeres usaban el mismo cinturón, pero en lugar de llevar plumas, se colocaban un delantal de hilo de caraguatá. Usaron pelo largo y sólo lo cortaban en ocasiones de duelo. Usaron los tatuajes en ocasiones especiales. Se perforaban las orejas para introducirse hilos de llamativos colores. Siempre usaban el pelo largo  y solamente se los cortaba en ocasiones de enfermedad o luto, con la particularidad que en las frentes se hacían crines delgadas  que enlazaban en la parte posterior de las orejas con hilos de chaguar..

Hábitos alimenticios: fueron nómades, cazadores y recolectores. Cazaron principalmente el pecarí o chancho del monte y la recolección favorita fue la algarroba y la miel silvestre, esta última la obtenían haciendo un agujero en el árbol con una cuña y por allí extraían los panales sin precaución alguna. No trabajaron el riego, sólo debían cavar pozos o esperar la temporada de lluvias.

Fiestas y ritos: En las celebraciones, los varones se pintaban el cuerpo para imitar a los tigres, y las mujeres en demostración de coquetería se pintaban la cara de rojo y negro. Estos festejos se amenizaban con bebidas fermentadas como la chica, extraída de la algarroba, y también el guarapo, hecho de la miel silvestre. De esa manera, cantaban y bailaban en ritos antiguos, hasta que se embriagaban totalmente tuvieron la presencia del yamán (chamán o shamán). Una de las tantas formas de curar consistía en sangrar al enfermo en la zona dolorida para sacar la mala sangre ocasionada por un espíritu (ayacuá).

Para invocar a la lluvia el yamán aspiraba por la nariz el polvo del cebil, y, una vez en trance, bailaba y cantaba pidiendo, a gritos, la llegada de la lluvia.

Su celebración más importante fue la Fiesta del Diablo, que tenía por objeto ahuyentar los males. Duraba 15 días. En ese lapso los indígenas cantaban y bebían hasta caer en un profundo sueño, para continuar al día siguiente con la celebración.

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