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La educación en los pueblos primitivos

luis1914Tesis17 de Marzo de 2015

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1. La educación en los pueblos primitivos

En la Edad Prehistórica la transmisión de la Educación se fundamentaba en la cultura. Debido a que el hombre dominaba los recursos naturales, estas culturas se identificaban con la naturaleza y fijaban su centro de atención en dichos recursos.

1.1. Las características del mundo primitivo

La Educación Prehistórica tenía las siguientes características:

 Imitativa: el joven llega a adulto intentando repetir en su propia vida lo que ve a su alrededor.

 Doméstica: junto a la madre y al padre los jóvenes van adquiriendo los usos, las costumbres, las ideas religiosas, los ritos y la mentalidad propia de la sociedad a la que pertenecen.

 Global: el sujeto no atiende a enseñanzas del pasado ni a previsiones del futuro; aprende lo que van a utilizar en su presente.

 Mágica: basan su cultura en su religión, en sus dioses, en sus mitos y todos los elementos que se incluyen en estos.

La mentalidad primitiva hace suponer un escaso desarrollo de las facultades superiores en el hombre. Sin embargo, el aspecto intelectual no está tan atrasado como parece indicar sus groseras costumbres. La inteligencia toma sus elementos de lo que ofrecen sus sentidos. Su vista y su oído aprecian sensaciones que pasan inadvertidas a los hombres de nuestro tiempo. Su educación es concreta, carece de ideas, se instruye por lo hechos y consecuencias naturales de ellos.

El hombre primitivo vive volcado al presente no percibe la deuda que tiene con el pasado ni proyecta su acción con miras a influir en el futuro. La mirada hacia atrás del hombre primitivo no pasa de su relación totémica, mezclada de religiosidad y de pensamiento mágico.

El ideal pedagógico. Era adquirir, hasta hacerlo imperativo como una tendencia orgánica, el sentimiento profundo de que no había nada, absolutamente nada, superior a los intereses y a las necesidades de la tribus.

1.2. La educación espontanea primitiva

En una sociedad sin clases, los fines de la Educación derivan de la estructura homogénea del ambiente social, se identifican con los intereses comunes del grupo y se realizan igualitariamente en todos sus miembros de manera espontánea e integral.

El tipo de educación que recibió el hombre primitivo fue la educación espontánea o educación imitativa. El joven llegaba a adulto intentando repetir en su propia vida lo que veía a su alrededor. Lentamente se iba incorporando a los trabajos de su clan o tribu: se iniciaba en la caza y en la pesca; aprendía a cuidar el ganado; practicaba las labores de la tierra y participaba en las ceremonias de su comunidad.

1.3. La conciencia histórica y el tránsito a la educación intencionada

La Educación como una función espontánea de la sociedad deja de serlo en cuanto la comunidad primitiva se fue transformando lentamente en sociedad dirigida en clases.

• La aparición de “Administradores”, “ejecutores” no hubiera conducido a la formación de las clases tal como hoy las conocemos si no aparecieran las modificaciones en la técnica (domesticación de animales y la aplicación de la Agricultura como auxiliares del hombre y comenzó a aparecer un excedente productivo que es utilizado para el intercambio, apareció el ocio que permitió crear los rendimientos más groseros de lo que se llamará después, ciencia, cultura ideologías.

• Si antes exigen la producción, costaba conseguir los alimentos tal es así que cuando se vencía a una tribu se le exterminaba para no tener que alimentarlos, ahora se les convertía en esclavos que les eran necesarios para seguir produciendo.

• El trabajo de los administradores continúo pero cuando esta se convirtió en hereditarios, la propiedad común de la tribu pasó a ser propiedad privada de las familias que las administraban o defendía. Se convirtieron en dueños de los productos y de los hombres.

Ante esta transformación de la Comunidad primitiva se fundaba en la propiedad común, en los vínculos de sangre; en la sociedad que comenzó a dividirse en clases, la propiedad se hizo privada y los vínculos de sangre retrocedieron ante el poder del hombre sobre el hombre.

En este instante los fines de los Educación dejarán de ser implícitos en la estructura total de la comunidad. Al desaparecer los intereses comunes de todos los miembros iguales de un grupo y su sustitución a intereses distintos, poco a poco antagónicos, el proceso educativo único se escindió: la desigualdad económica entre los “organizadores”, los ejecutores trajo necesariamente la desigualdad en sus educaciones respectivas.

Las familias “organizadoras” educaron a sus parientes en sus funciones y defendían celosamente sus secretos. Para los desposeídos el saber del vulgo; para los poseedores, el saber de iniciación.

Las ceremonias de iniciación constituyen el primer esbozo de un proceso educativo diferenciado y por lo mismo ya no espontáneo sino fuertemente coercitivo. Representan el rendimiento de la que será después la escuela al servicio de una clase.

Desde el punto de vista educativo, iniciados y no iniciados están desde entonces a niveles bien distintos y aún dentro de la misma clase superior lo está también el niño con respecto al adulto. La jerarquía sin la edad acompaña una sumisión autoritaria que destierra el tratamiento benévolo a la infancia y abre paso a la reprimenda, los castigos.

2. La educación clásica en la antigüedad

Por lo común, el estudio de la historia de la pedagogía empieza por el pensamiento educativo en la antigua Grecia. Pero los egipcios, los babilonios, los hindúes, los chinos y muchos otros pueblos del Oriente cercano y lejano habían elaborado complejas y eficientes formas de educación antes de los griegos.

2.1 La educación griega antigua

¿Podemos decir entonces que Grecia nos interesa sobre todo en la medida en que ha recogido y trasmitido el patrimonio de culturas de tantas civilizaciones precedentes?

Pocas personas se atreverían a contestar afirmativamente a esta pregunta. Por ejemplo, tómense las materias de estudio de una moderna escuela secundaria. Casi todas, hasta en el nombre, denuncian su origen griego. Incluso cuando, como sucede con la geometría, nos consta que los griegos recogieron el patrimonio cultural de otros pueblos (egipcios, babilonios), sabemos también que reorganizaron y desarrollaron la materia hasta convertirla en algo nuevo y original que lleva su inconfundible toque: el maravilloso rigor racional de una demostración geométrica es un don que la humanidad debe a Grecia y no a ningún otro pueblo (y constituye aún hoy el modelo ideal de un conocimiento científico perfectamente organizado).

El ejemplo de la geometría es quizá el más típico, pero por dondequiera que extendamos nuestro análisis obtendremos, casi en cualquier campo, resultados análogos: en el arte, en la observación de la naturaleza, en la observación del hombre (historia, teoría política), los griegos reelaboraron con espíritu originalísimo lo que aprendieron de otros pueblos o fundaron directamente nuevas ramas del conocimiento.

Se podría añadir incluso que se les puede considerar como fundadores de casi todas las materias de estudio de una moderna escuela secundaria, no se les puede casi considerar responsables de los aspectos áridos o mnemónicos que hoy se podrían encontrar en ellas. Éstos tienen su origen más bien en el periodo romano-alejandrino, o en el medieval, mientras que a la civilización propiamente helénica (y por consiguiente diversa de la helenística) se debe reconocer el mérito de haber producido los aspectos creadores y liberadores de la cultura, o sea, los aspectos que siguen siendo su valor genuino y permanente. Gozar la belleza artística sin preocupaciones didascálicas, darse el gusto de interrogar a la naturaleza libres de toda actitud mágica, ver en la historia la obra consciente de los hombres y no de oscuras fuerzas divinas o demoniacas: he aquí unas actitudes que los griegos fueron los primeros en descubrir, quizá en modo insuperable.

Sobre la base de consideraciones como éstas es fácil caer en una idolatría de lo griego, considerándolo como una especie de milagro nacido del encuentro de una estirpe humana, dotada de inteligencia y sensibilidad excepcionales, con ciertas circunstancias de clima y ambiente extraordinariamente favorables, en una situación geográfica que facilitaba una asimilación rápida de todo lo elaborado por las más importantes culturas del Oriente mediterráneo. Aclaremos de inmediato que se trata de explicaciones insuficientes, para no decir enteramente insatisfactorias. No existen pueblos inteligentes ni pueblos estúpidos. Ciertamente el clima es un factor relevante, pero sólo en conexión con ciertos niveles de progreso tecnológico, y el progreso tecnológico es obra estrechamente humana. Por último, la feliz posición geográfica respecto de otras civilizaciones no explica en modo alguno la impronta creadora, de indiscutible originalidad, que es propia de la civilización griega.

El examen comparativo de la civilización griega con las otras civilizaciones del Oriente próximo y lejano sugiere un diferente orden de consideraciones: su organización social y política es radicalmente diversa de la de cualquier otro pueblo de la época, con la posible excepción del fenicio, con el cual por lo demás sólo tiene en común un cierto particularismo de las varias ciudades-estados.

Todas las otras civilizaciones orientales florecen sobre el tronco de macizas

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