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¿Qué Paso En Ayotzinapan?


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2014  •  2.217 Palabras (9 Páginas)  •  267 Visitas

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Introducción

En el documento encontraremos la historia de las Escuelas Normales Rurales que es un proyecto revolucionario, empezaron como escuelas agrícolas donde asistían los hijos de los campesinos, los preparaban para la docencia y su labor era regresar a su localidad para dar educación allí.

Este proyecto tomo fuerza en el gobierno del presidente Cárdenas ya que buscaba una justicia e igualdad social. Tratando que el normalista rural fuera crítico, analítico, con ideales progresistas y con la encomienda de cambiar la realidad social.

Se menciona en general los aspectos de las normales rurales desde sus inicios hasta estos momentos.

Se presenta el caso Ayotzinapa desde el día 26 de Septiembre donde fueron agredidos y secuestrados 43 Normalista que hasta la fecha no hay una solución.

“La SEP no tiene ningún plan para estos centros. Son escuelas donde se atiende a personas en situaciones muy precarias y sin embargo muchas de éstas tienen una condición física deplorable, (al grado) de vergüenza”, afirmó Diego Juárez Bolaños, profesor investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana

Las Escuelas Normales Rurales se erigen en la actualidad como el último bastión de la histórica Revolución Mexicana. Su misión es formar estudiantes críticos, con ideales progresistas y conciencia social que transformen la realidad en México y defiendan los derechos de los pobres. Sin embargo, estas loables características han convertido estas escuelas en objeto de represión e indiferencia del Estado.

Las normales rurales surgieron para brindar educación gratuita a campesinos e indígenas que viven en las zonas rurales más remotas de México. Estos jóvenes son formados como docentes de primaria que luego imparten clases a cientos de niños y niñas de sus propias comunidades, los cuales se convierten en los futuros profesionales del país.

Las escuelas normales rurales fueron el resultado de una época de cambios sociales, conocida como la Revolución Mexicana (1910-1940). Tienen su origen en un sistema de educación masivo creado en los años 20, que surgió como alternativa para los hijos de campesinos de escasos recursos.

El presidente de México, Lázaro Cárdenas (1934-1940), fue quien reivindicó a los campesinos e indígenas mediante el impulso de una reforma agraria y la creación de alrededor de 46 escuelas normales rurales en todo el país.

Bajo los ideales de justicia e igualdad social de Cárdenas, las normalistas rurales adoptaron la defensa de la educación pública como un derecho de todos, en especial de los más pobres. Quienes se forman dentro de estas escuelas emplean la educación como una herramienta fundamental para el entendimiento de la realidad social y la posibilidad de su transformación.

Las problemáticas de las Escuelas Normales Rurales se pueden resumir en tres: 1) el manejo estudiantil de las escuelas, incluyendo el cierre de las mismas, lo que impide se den las condiciones de operación mínimas y que se presenten múltiples anomalías en cuanto a calendarios escolares, horarios de trabajo, asistencia, exámenes y acreditaciones; 2) el control indebido o monopolio pretendido de las plazas de ingreso y de las plazas de egreso, y 3) la comisión de diversos delitos durante los momentos más álgidos de los problemas, tales como quema de vehículos, secuestros y agresiones a la policía, entre otros.

En la actualidad las Normales Rurales están rezagadas de la capacitación y preparación magisterial, algunas se adaptaron al cambio pero otras, sobre todo las ubicadas en Oaxaca, Guerrero y Michoacán no sólo no se acercaron a posiciones liberales y a las decisiones modernizadoras, sino que profundizaron en una visión marxista desactualizada de la realidad y en un cambio violento, por la vía de las armas.

No es casual, por ello, que los grupos guerrilleros de la década de los años 70, Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas, hayan surgido al amparo de las escuelas normales, de la de Ayotzinapa, por ejemplo. Existe una tradición de lucha, de compromiso social con la población más pobre, tradición que en algunas de estas escuelas se ha desvirtuado y hoy aparece como el negocio de la insurrección, donde lo de menos es la preparación para el magisterio, sino el entrenamiento para expoliar los presupuestos. Se sienten más a gusto en la clandestinidad que en los salones de clase. Los gobiernos estatales e incluso el federal no saben qué hacer con las normales rurales y sus estudiantes insurrectos. O los dejan hacer lo que se les pega la gana o les tiran a matar. Lo que es por demás absurdo o criminal. Los normalistas no pueden andar por la ciudad banalizando, rompiendo cristales, asustando a la gente, hay que detenerlos, pero tampoco se puede accionar en su contra armas de fuego. Hay entre un extremo y otras muchas opciones que casi nunca se contemplan. Se puede encapsular a grupos que sean presentados vivos y con respeto a todos sus derechos humanos frente a un juez para que enfrenten las consecuencias de sus actos. Esa sería una opción civilizada, palabra que aparece poco con relación a Guerrero donde la ingobernabilidad genera todo tipo de excesos

Y esa siempre ha sido su petición más constante, la mejora de condiciones de vivienda y estudio y durante muchos años la respuesta de las autoridades fue la marginación o incluso la represión. Ayotzinapa también ha servido para que se recapitulen las agresiones de las cuales han sido víctimas los estudiantes en años recientes, cuyas consecuencias ya han resultado fatales en varias ocasiones.

Después de los condenables sucesos de Iguala y del secuestro de 43 estudiantes de la Escuela Normal Isidro Burgos, de Ayotzinapa, las condiciones de vida de los estudiantes dentro de los internados donde viven mientras reciben su preparación se han revelado en su real magnitud, se nos ha expuesto lo difícil que les ha sido sobrevivir debido a la falta de apoyos por parte de los gobiernos estales y federales.

La desaparición de esas instituciones, que trabajan al garete, sin presupuestos suficientes; que son incómodas para los gobiernos neoliberales; que son nidos de “subversión, desestabilización, y un grave peligro para la paz”, siempre ha sido un propósito de las administraciones de la derecha “revolucionaria” priista.

La noche del viernes 26 de septiembre de 2014, la policía municipal de Iguala y presuntos delincuentes atacaron a estudiantes de la Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.

En conferencia de prensa, el Procurador General de Justicia del estado, Iñaky

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