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REFORMA DE GOMEZ FARIAS


Enviado por   •  26 de Marzo de 2015  •  2.585 Palabras (11 Páginas)  •  317 Visitas

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LA REFORMA EDUCATIVA DE 1833

Valentín Gómez Farías y la reforma de 1833.

Como será su costumbre durante la mayor parte de las once veces que ocupó la presidencia de la República, Antonio López de Santa Anna, mejor conocido popularmente como “El quinceuñas”, en su primer ascenso al poder en el año de 1833, solicitará licencia al legislativo para alejarse del cargo y retirarse a su hacienda de Manga de Clavo en Veracruz y dedicarse a practicar sus dos pasatiempos favoritos: organizar y apostar en torneos de pelea de gallos y seducir a jóvenes y bellas mulatas de la región.

El Congreso, dominado por los liberales, depositó el cargo en el vicepresidente Valentín Gómez Farías quien de inmediato se propuso efectuar de una manera más o menos rápida “...la ocupación de los bienes del clero, la abolición de los privilegios de éste y de la milicia, la difusión de la educación pública en las clases populares absolutamente independiente del clero, la supresión de los monacales, la absoluta libertad de opiniones, la igualdad de los extranjeros con los naturales en los derechos civiles, y el establecimiento del jurado en las causas criminales.”

El padre Mora expondrá de manera más detallada este programa en los siguientes

rubros:

“1) Libertad absoluta de opiniones y supresión de las leyes represivas de

la prensa;

2) Abolición de los privilegios del clero y de la milicia;

3) Supresión de las instituciones monásticas y de todas las leyes que atribuyen

al clero el conocimiento de negocios civiles, como el contrato de matrimonio, etc.;

4) Reconocimiento, clasificación y consolidación de la deuda pública, designación

de fondos para pagar desde luego su renta y de las hipotecas para amortizarla más adelante;

5) Medidas para hacer cesar y reparar la bancarrota de la propiedad territorial,

para aumentar el número de propietarios territoriales, para fomentar la circulación en este ramo de la riqueza pública y para facilitar los medios de subsistencia y adelantar a las clases indigentes, sin ofender ni tocar en nada el derecho de los particulares;

6) Mejora del estado moral de las clases populares con la destrucción del monopolio del clero en la educación pública, y para la difusión de los medios de aprendizaje y la inculcación de los deberes sociales, por medio de la diseminación de museos de arte, bibliotecas públicas, y por la creación de establecimientos para la enseñanza de la literatura clásica, de las ciencia y la moral;

7) Abolición de la pena capital para todos los delitos políticos y aquellos que no tuvieren el carácter de un «asesinato de hecho pensado»

8) Garantía de la integridad del territorio con la creación de colonias que tuviesen por base el idioma, usos y costumbres mexicanas.”

Mora y la reforma educativa.

Como puede observarse, la educación ocupaba un lugar sobresaliente en los planes del doctor Mora quien, como miembro de la Comisión del Plan de Estudios después convertida ésta en Dirección General de Instrucción Pública la que, por instrucciones de Gómez Farías, se ocuparía de examinar el estado que guardaban los establecimientos educativos existentes. Según apunta el propio doctor Mora, la primera disposición emitida por la Comisión fue la siguiente:

“La Universidad se declaró inútil, irreformable y perniciosa; inútil porque en ella nada se enseñaba, nada se aprendía; porque los exámenes para los grados menores eran de pura forma, y los de los grados mayores muy costosos y difíciles, capaces de matar a un hombre y no de calificarlo; irreformable porque toda reforma supone las bases del antiguo establecimiento, y siendo las de la Universidad inútiles e inconducentes a su objeto, era indispensable hacerla desaparecer sustituyéndoles otras, supuesto lo cual no se trataba ya de mantener sino el nombre de Universidad,

lo que tampoco podía hacerse porque representando esta palabra en su acepción recibida, el conjunto de estatutos de esta antigua institución serviría de antecedente para reclamarlas en detal, y uno a uno como vigentes; la Universidad fue también considerada perniciosa porque daría, como da lugar, a la pérdida de tiempo y a la disipación de los estudiantes de los colegios que so pretexto de hacer sus cursos se hallan la mayor parte del día fuera de estos establecimientos únicos en que se enseña y se aprende; se concluyó, pues, que era necesario suprimir la Universidad.”

En cuanto a los demás colegios, la reforma se observó bajo tres aspectos: la educación, la enseñanza y los métodos.

Al respecto, el padre Mora señala:

“La educación de los colegios es más bien monacal que civil; muchas devociones más propias de la vida mística que de la del cristianismo; mucho encierro; mucho recogimiento, quietud y silencio, esencialmente incompatibles con las facultades activas propias de la juventud, y que deben procurar desarrollarse en ella; muchos castigos corporales, bárbarosy humillantes, entre los cuales a pesar de las prohibiciones, no dejan figurar todavía los azotes y la vergonzosa desnudez que debe por el uso precederlos y acompañarlos...

La enseñanza de los colegios no se halló mejor que la educación que en ellos se recibe; muchas materias que en otra época ha sido interesante aprender, porque su conocimiento era conforme a las exigencias de entonces, hoy no pueden ser asunto de una enseñanza general, porque no tienen objeto sino respecto de una muy corta parte de la población, o lo que es lo mismo, porque el interés que inspiran lejos de ser general es puramente parcial... claro que es que un método de enseñanza que tiene por fin y objeto difundir este estudio se halla dislocado de las necesidades comunes y fuera de la marcha social...

En el orden a los métodos de enseñanza, no había otros que el de elegir un autor con la reciente fecha de cincuenta o cien años de atraso, cuyas doctrinas se explicaban bien o mal por el catedrático y se sostenían aun contra la misma evidencia. Este hábito de dogmatismo, que no es propio sino de las materias religiosas, se

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