Reforma Laboral

REFORMA LABORAL

La Reforma legislativa preferente enviada por el presidente Felipe Calderón a la Cámara de Diputados para que se realicen cambios al artículo 123 de la Constitución, referente a la Ley Federal del Trabajo, parece el intento de un político experto en el trabajo legislativo, como lo es Calderón, para ver que tan lejos puede llegar el gobierno del PRI en proceso de tomar el poder.

El tema involucra aspectos de fondo de la política mexicana. En la Ley Federal del Trabajo se encuentra parte importante del instrumental que sirvió por décadas para establecer los equilibrios que permitieron al Estado regular la relación de trabajadores y patrones.

Se puede argumentar que estos arreglos no beneficiaron a los trabajadores, pero sí a los dirigentes sindicales y a los patrones y desde luego a los partidos, en específico al PRI, pero también al PAN y al PRD y otros ya desaparecidos que se beneficiaron del corporativismo, el control de los gremios y los recursos financieros que les aportaron los líderes de los sindicatos al comprar algún puesto de elección popular que les otorga prestigio frente a los trabajadores y fuero e impunidad para la realización de los asaltos a las cuotas sindicales.

La iniciativa de reforma laboral de Felipe Calderón plantea temas como la transparencia y democracia sindical; la contratación por horas; la regulación de outsourcing; el despido por correo certificado; las huelgas con tiempo determinado; la limitación a sólo un año para el pago de salarios caídos en caso de despido injustificado y los mecanismos para aumentar la productividad, entre otros.

Según los legisladores del PAN la reforma laboral debe aprobarse en sus términos, porque permitirá el empleo a los jóvenes, la protección de las mujeres, regula el trabajo doméstico y las outsourcing, elementos que ayudarán, junto con el empleo temporal, a elevar la productividad del país.

Algunos legisladores del PRD aceptan la necesidad de una reforma laboral, pero no en los términos de Felipe Calderón. Otros afirman que no admitirán ninguna propuesta que atente contra los derechos de los trabajadores. Los legisladores del PT afirman que no debe pasar ni una coma de la reforma laboral.

Por su parte algunos dirigentes sindicales militantes del PRI y otros del PRD coinciden en que la reforma laboral tiene trampas contra los sindicatos, al reducir al trabajador su derecho a la defensa de su empleo y su fuerza para enfrentar a los patrones, incluso con medidas que no elevan la competitividad, sino que facilitan los despidos.

La reforma laboral desató una polémica en la que han participado los diferentes actores afectados por la posibilidad de que cambie esta “regla” de la política mexicana porque implica la necesidad de construir nuevos equilibrios entre trabajadores y empresarios, pero también entre los partidos y los sindicatos ya que es una realidad que el corporativismo, que dio estructura al PRI desde que lo integró Lázaro Cárdenas, ha sido un mecanismo de negociación y control político al servicio del presidencialismo mexicano y, en esa línea todo sigue igual.

La reforma laboral de Calderón en realidad va a legalizar lo que ya sucede en México. Al divulgarse el dictamen previo de la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados, se establece que el sindicalismo

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