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Representaciones y prácticas sociales y violencia intrafamiliar


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2018  •  Documentos de Investigación  •  6.434 Palabras (26 Páginas)  •  223 Visitas

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“REPRESENTACIONES Y PRÁCTICAS SOCIALES EN TORNO A LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR Y/O DOMÉSTICA: EL CASO DEL DISTRITO

MUNICIPAL I DE LA CIUDAD DE EL ALTO”.

Antonio Edgar Moreno Valdivia[1]

Resumen

El presente artículo busca establecer el tipo de representaciones sociales que construyen mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar y/o doméstica y a la vez intenta determinar cómo dichas representaciones sociales producen y reproducen determinados modos de acción o prácticas sociales que entorpecen o favorecen a la emergencia de manifestaciones de violencia en contra de las mujeres en el ámbito doméstico o familiar.

A través de los datos obtenidos se pudo evidenciar que El Alto es una de las ciudades más peligrosas del país. Independientemente de la zona, el ámbito, la posición social, la edad o el sexo la actividad cotidiana de los alteños se halla signada por la inseguridad, la violencia, el temor y el miedo. En realidad, la mayoría de sus habitantes no se halla seguro tanto fuera como dentro de su hogar. A nivel nacional, esta urbe en términos de violencia social se sitúa en el segundo lugar y en términos de violencia intrafamiliar ocupa el primer lugar. En relación a este tipo de agresión se ha constatado que en su emergencia, desarrollo, intensidad y manifestaciones intervienen, por un lado, diferentes factores estructurales y coyunturales y, por otro lado, aspectos sociales e individuales vinculados sobre todo a la producción y reproducción de una sociedad machista y patriarcal que determina el “deber ser” en hombres y mujeres. En este marco, se considera que las relaciones entre hombres y mujeres no deben ser de subordinación y de violencia sino equitativas, justas y democráticas que posibiliten compartir labores, necesidades, aspiraciones y responsabilidades tanto fuera como dentro del hogar. Es imprescindible superar visiones y prácticas machistas y patriarcales para asumir una nueva concepción en la relación de pareja y de este modo contribuir a la conformación de una familia y una sociedad más justa, vivible, pacifica, armoniosa y sobre todo más segura.

A modo de introducción

La violencia en contra de las mujeres se constituye en una constante histórica tanto en sociedades antiguas como en sociedades modernas. Sus factores precipitantes, su intensidad, su ritmo y sus manifestaciones han ido cambiando con el desarrollo de la sociedad, pero siempre ha tenido como común denominador la producción y reproducción de una sociedad machista y patriarcal que ubica a la mujer de manera marginal. Por ello, es válido señalar que la mujer vive una situación violenta que ha sido heredada y que la afecta en diferentes ámbitos y dimensiones. En la actualidad, la magnitud y las consecuencias negativas que viene provocando la violencia intrafamiliar y/o doméstica en contra de las mujeres ha determinado que este tipo de agresión salga del ámbito privado del hogar y se convierta en un problema de salud pública.  En este nuevo contexto histórico social, se advierte que gracias a la colectiva y decidida acción de los diferentes movimientos de mujeres se han conformado en casi todos los países varias instituciones estatales y no gubernamentales y a la vez se han promulgado una serle de disposiciones legales con el afán de proteger a las mujeres. Asimismo, se nota un creciente número de estudios e investigaciones del problema. Sin embargo, aún no se ha logrado mitigar esta cruda realidad que afecta a las mujeres en el ámbito doméstico del hogar en n vista de que todavía no se han podido desarrollar procesos efectivos de atención, prevención y sanción de la violencia intrafamiliar y/o doméstica. Se considera que esta situación se explica por el hecho de que las investigaciones realizadas hasta la fecha son por lo general de carácter descriptivo y se basan en la revisión de datos estadísticos proporcionados por diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales que no permiten abordar ciertas dimensiones que hacen el universo simbólico de las víctimas. Es en este sentido que el presente artículo pretende ser un “modesto” aporte teórico y metodológico en vista de que busca identificar el significado de la experiencia vivida por las mujeres víctimas de la violencia de género, es decir, intenta describir las representaciones sociales y los modos de acción que producen y reproducen mujeres víctimas en relación a la violencia intrafamiliar y/o domestica tomando como referencia espacial el Distrito Municipal I de la ciudad de El Alto.

Enfoque teórico y metodológico

El enfoque teórico y metodológico que guía el proceso investigativo está vinculado a la teoría de las representaciones sociales que postula la existencia de una dinámica cotidiana y colectiva de atribución de sentidos y significados a toda acción humana. Esto implica que la violencia es una construcción social y no es inherente a la naturaleza humana. Desde esta perspectiva se considera que lo violento implica un proceso de significación social porque surge y se desarrolla a través de una dinámica colectiva de atribución de sentido y significación, lo que conduce a suponer que en el marco de la vida cotidiana y familiar, la acción violenta esta normada por pautas creencias y prácticas establecidas que confieren a la agresión sentidos variables y relativos de legitimidad, al punto de mirar el actuar violento como un modo de vida toda vez que ha sido aprendido como una forma de relacionarse (Hernández, 1998: 33)

En función de este planteamiento teórico y la identificación de la violencia como un hecho socialmente construido se busca analizar e interpretar las experiencias, pensamientos, valoraciones, sentidos y significados que producen y reproducen los diferentes actores sociales e institucionales involucrados en esta problemática social. Este posicionamiento teórico permitió abordar la dimensión simbólica de la violencia intrafamiliar o doméstica desde la propia vivencia y mirada de los actores sociales, lo que conduce a suponer que en el marco de la vida cotidiana, familiar e institucional, la acción violenta contra las mujeres esta normada por saberes, pautas, creencias y prácticas que otorgan a este tipo de agresión diferentes sentidos y significados. En correspondencia con este enfoque teórico se recurrió a una metodología cualitativa en vista de que la principal fuente de información proviene del “discurso” de las mujeres víctimas de la violencia intrafamiliar y/o doméstica. Bajo esta directriz metodológica, para establecer la relación existente entre las variables: violencia intrafamiliar y/o doméstica, representaciones sociales y modos de acción o prácticas sociales se aplicaron métodos de investigación teórica y métodos de investigación empírica y a la vez técnicas cualitativas en función del desarrollo de entrevistas informales, grupos focales e historias de vida.

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