Responsabilidad Social

F. Valleys

Es una pregunta difícil de contestar: En el ámbito empresarial, ya existen millones de páginas web que abordan el tema, cientos de definiciones, decenas de instrumentos gerenciales, normas, estándares, certificaciones, miles de prácticas diferentes que se reivindican como “Responsabilidad Social”, unas muy buenas otras muy malas. El movimiento de la Responsabilidad Social está en plena efervescencia, dentro del más amplio movimiento de la promoción del “desarrollo sostenible (o sustentable)”, y evoluciona sobre el trasfondo de la toma de conciencia mundial de que el modelo actual de desarrollo es insostenible, tanto a nivel ambiental como social.

Como exploración o “experimentación colectiva” (Minvielle, A. (2006): “Les parties prenantes : un objet frontière” in Bonnafous-Boucher, M. y Pesqueux, Y.: Décider avec les parties prenantes. Approches d'une nouvelle théorie de la société civile. Paris: La Découverte) que involucra a muchos actores diferentes (públicos y privados, internacionales y nacionales, de los negocios y de la sociedad civil), la Responsabilidad Social es un intento de redefinir el contrato social de las organizaciones, cuáles sean éstas. Es decir que se presenta como una nueva manera de pensar la gestión organizacional, y a la vez, como una nueva manera de pensar la conducción de los asuntos humanos en la era global: una nueva política.

Dos errores deben de ser inmediatamente evitados: reducirla a un asunto empresarial y confundirla con la filantropía o la acción social solidaria hacia grupos necesitados:

• La Responsabilidad Social no es una problemática empresarial sino organizacional, concierne a todas las organizaciones que operan en el mundo, públicas o privadas, con o sin fines de lucro, nacionales o internacionales. Y esto se nota cuando vemos que las “experimentaciones colectivas” que la promueven vienen tanto del mundo de las ONGs que del mundo empresarial.

• Tampoco podemos reducir la Responsabilidad Social a la acción social benéfica, puesto que es mucho más y ante todo una nueva manera de dirigir y orientar las organizaciones, en todas sus operaciones cotidianas. Como tal, la Responsabilidad Social supera de mucho la mera filantropía. Trata de hacer efectivas las declaraciones de buenas intenciones institucionales mediante la aplicación de herramientas específicas, para lograr resultados significativos en forma sostenible. No debemos, desde luego, confundir este concepto con la borrosa noción de “solidaridad social” y reducirlo a un conjunto de iniciativas caritativas para con poblaciones necesitadas. Es una política de gestión, no una corazonada.

Ahora bien, todavía hay mucha confusión acerca de esta noción, sobre todo en nuestro medio latinoamericano. Las definiciones más blandas hablan de filantropía, acción generosa voluntaria de ayuda a poblaciones necesitadas, fuera del ámbito propio de acción de la organización. Otras definiciones más exigentes resaltan la necesidad de negociación y diálogo con las partes interesadas. Las más coherentes agregan al diálogo con los grupos de interés la necesidad de gestionar los impactos negativos que la organización puede provocar, a través del acatamiento de normas y estándares de amplia difusión y articulados con las grandes declaraciones internacionales como el Pacto Global, las Convenciones de la OIT, la Declaración de los Derechos Humanos, etc. Quizás lo mejor es de considerar la definición que está elaborando en estos meses la futura ISO 26000, puesto que será valedera para cualquier tipo de organización, y es el resultado del consenso entre muchos actores de la sociedad civil en todo el mundo, lo que le da una legitimidad de consenso internacional:

El último borrador de la ISO 26000 define a la Responsabilidad Social como:

“Responsabilidad de una organización por los impactos de sus decisiones y actividades sobre la sociedad y el medio ambiente, a través de un comportamiento ético y transparente que:

• sea consistente con el desarrollo sostenible y el bienestar de la sociedad;

• tome en cuenta las expectativas de las partes interesadas (stakeholders);

• esté en conformidad con la legislación vigente y congruente con las normas de conducta internacionales; y

• sea integrada en toda la organización y practicada en todas sus relaciones.”

ISO 26000, Working Draft 3 Rev: “Guidance on Social Responsibility”, 27-10-2007 (Traducción de François Vallaeys).

Con base en esta definición, podemos resaltar 3 dimensiones esenciales de la Responsabilidad Social:

1. La gestión de impactos,

2. La integración de las expectativas de los stakeholders

3. El acatamiento de normas de conducta internacionalmente reconocidas

Se define la noción de stakeholders como todo individuo o grupo de individuos cuyos intereses legítimos pueden afectar y/o ser afectados por la organización. La legitimidad de los intereses se mide en relación

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