TP Comunicación
camilalopez1Trabajo19 de Julio de 2022
933 Palabras (4 Páginas)148 Visitas
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- En la tapa de la edición N°25 se presenta un enunciador que organiza todos los reportajes en una lista compacta al pie de la página, en la que todos los elementos adquieren el mismo grado de importancia, lo cual es compartido en la tapa de la publicación N°9. Estos elementos se encuentran en una relación de jerarquía menor respecto a un elemento textual mayor. La pregunta “el deseo ¿violar la ley?” de la segunda revista es formulada de manera impersonal, dándole a la enunciación un carácter de distancia objetiva no pedagógica respecto al lector, esta objetividad pasa a ser cómplice cuando el texto se articula con la imagen, que en su tratamiento muestra una mirada particular brindada por la modelo suponiendo un entendimiento mutuo con quien lee la revista que es amplificado por ciertos subtítulos como “Vaginas y penes” y “Los ángeles del infierno”, reforzando los valores y saberes atribuidos al lector y compartidos por el emisor en cuanto a temáticas de índole sexual. En cambio, en la primera tapa, aún estando en fuerte relación con la fotografía, el enunciado del titular presenta un bajo nivel de información brindada que incita a seguir leyendo. De esta forma, se intuye cierta complicidad entre el enunciador y el destinatario al tomar en consideración el carácter opaco y poco didáctico de la enunciación de ambas publicaciones (puesto que prioriza el cómo dicen por sobre la información que brindan, es decir el qué).
- En la primer portada se podría romper el contrato de lectura establecido al cambiar o agregar texto considerado pedagógico, ya que cambiaría la relación de complicidad establecida con el lector. Un claro ejemplo podría ser si se modificara donde dice “monjas lesbianas se rompe el silencio” y en cambio dijera “las monjas lesbianas: relaciones prohibidas dentro de la religión”. Otro quiebre sería para romper el contrato de lectura es cambiar la mirada de la monja, no mostrarla como los ojos cerrados sino con una mirada fuerte, que mire al lector y mostrar fuerte su postura.
En la segunda portada una forma en la que se podría romper el contrato de lectura sería cambiando la foto de la modelo ya que, tal como mencionamos, muestra una mirada particular que supone un entendimiento mutuo con quien lee la revista y al cambiarla por otra imagen en la que la modelo por ejemplo no mire a la cámara no se generaría esta relación de complicidad entre el lector y el enunciatario. Otra intervención en la portada para romper la complicidad es reformular el sentido del título “ El deseo ¿violar la ley?”, lo cambiamos por “¿El deseo de violar la ley?” resaltado con palabras claves el violar y ley. Si juntamos esto con la nueva imagen de la mujer estaríamos cambiando el contexto de la mujer y el texto.
Para afianzar la primera portada, el enfoque de la monja tiene que ser notorio para que la jerarquización de monja gane más protagonismo y no sea ayudado por un texto de anclaje. Esto sería más fácil de ser interpretado. En cambio en la segunda portada, podríamos cambiar la mirada, como un guiño o que esté marcando el título para que el lector vaya directamente a el y después a la mujer.
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- En las portadas se limitan a transmitir temas que no eran tratados abiertamente en otros medios, temas como: drogas, prostitución, violación, homosexualidad, entre otros. Se restringía a exhibir y exponer todo aquello que había sido ocultado, prohibido y sancionado durante la dictadura, y se trataba de un discurso divulgativo disruptivo y transgresor.
Tanto en la edición n° 25 y n° 9 de la revista cerdos y peces se ponen en juego las competencias lingüísticas de los lectores, ya que si ellos no saben el idioma español no van a poder entender lo que quiere transmitir las portadas, cuando en la portada n° 25 dice: “romper el silencio” hace referencia a que se terminó el silencio, se interrumpió su continuidad no a que el silencio se partió en pedazos como lo haría un objeto material. También sucede lo mismo cuando en la portada n° 25 esta la pregunta: “¿violar la ley?” se utiliza la palabra violar en el sentido de quebrantar o infringir y no hace alusión al acto de tener relaciones sexuales con alguien en contra de su voluntad. Es importante saber y manejar el idioma español para poder comprender las portadas correctamente.
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