ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Una reflexión sobre la mexicanidad


Enviado por   •  14 de Abril de 2015  •  Tesis  •  15.389 Palabras (62 Páginas)  •  344 Visitas

Página 1 de 62

Una reflexión sobre la mexicanidad a partir de hechos históricos y sucesos actuales. Este libro es un ensayo sobre quién es y cómo es el mexicano. En él se cuestionan muchas de las inquietudes que nos hacemos como ciudadanos comunes corrientes. Como el hecho mismo de que lamentemos cotidianamente nuestra actitud personal y conducta colectiva frente al país, pero la mayor parte de las veces nuestra postura sea la indiferencia y conformismo.

Para nada nos es ajeno como dice el autor que somos buenos para exigir nuestros derechos pero evitamos nuestros deberes, que nos quejamos de las deficiencias del Estado pero evadimos nuestras obligaciones ciudadanas.

El Doctor Agustín Basave profundiza sobre estas preguntas:

¿Qué es lo que nos mueve? ¿Qué hay entre el instinto de supervivencia y el afán de plenitud? ¿Qué es lo que marca la diferencia entre las personas que viven bajo la ley del mínimo esfuerzo y quienes se desgañitan por superarse y llegar más lejos? Y más allá del anhelo de triunfo, ¿qué separa a los corruptos y a los conformistas de los honestos y de los perfeccionistas? O más acá de la ambición, ¿qué distingue a los improvisados de los previsores? ¿De dónde provienen el desánimo y el impulso, la desazón y la paz interior?

Basave nos ilumina a la luz de la historia acerca de nuestra dualidad entre lo que aspiramos personal y colectivamente y lo que representa realmente nuestra forma de actuar. Nuestra esquizofrenia radica en querer ser de una forma y comportarnos de otra:

¿Para qué cumplir la ley si es mucho más rentable violarla? Si respondiéramos a esas preguntas encogiéndonos de hombros las cosas serían más sencillas. El problema es que decimos que no, que no hay que renunciar a los ideales ni a la legalidad y, al mismo tiempo, seguimos actuando como si no existieran.

Cuando el autor se preguntó por qué México no es una nación de primer mundo, por qué hay pueblos más disciplinados y dispuestos a trabajar que el nuestro, por qué nuestra la economía no parece brindarnos ni bonanza, ni bienestar o por qué la justicia o las leyes son inoperantes frente a nuestra realidad; descubrió un hilo conductor que lo lleva por muchas vertientes de estudio y que se explican capítulo a capítulo.

El tema es la deshonestidad... la corrupción... ¿Y desde cuándo somos así, esquizofrénicos, duales, mexiJanos cómo dice Basave? De acuerdo con su investigación quedamos marcados desde la Colonia. Y, a partir de entonces y de ello, el autor analiza las muchas de las circunstancias en las que nuestro comportamiento social es contradictorio, discordante o incoherente. ¿Por qué ejercemos la deshonestidad con estricto apego a derecho?

Este es un texto que nos lleva a la reflexión seria en torno a la mentalidad que nos mantiene en el subdesarrollo y cuáles son nuestros defectos idiosincrásicos. Es un examen sobre la mexicanidad y sí, unos más, otros menos, pero todos somos el problema y lo seguiremos siendo mientras prevalezca la funcionalidad de la corrupción con sus raíces históricas e inercias culturales.

Ser más honrados, menos tramposos, más respetuosos de la ley, menos egoístas, más responsables, menos improvisados, más ahorrativos, menos desordenados, más innovadores, menos impuntuales, volvernos mucho más exigentes de calidad en lo que hacemos, elevaría nuestro bienestar y haría a nuestro país más próspero en todos sentidos.

“Mexicanidad y Esquizofrenia”

de Agustín Basave

El libro fue escrito por Agustín Basave y trata sobre lo siguiente:

En el primer capitulo llamado “Prolegómeno esquizoides”, nos habla de que los mexicanos tenemos caracteres de esquizofrenios, ya que muchos tenemos un vacío mental que no nos permite unir nuestros sueños con los hechos que están. Nos dice que los mexicanos nos parecemos al soñador escéptico ya que no sabemos soñar. Ya que si no creemos en ese sueño no se nos cumplirá y así tendremos mas sueños, pero si no luchamos por ellos como lo vamos a conseguir.

La esquizofrenia que tienen muchos mexicanos es de acuerdo a su religiosidad, ya que se van de un fatalismo a una fe esperanzadora. Pero la verdad que nos falta a los mexicanos es soñar con realismo. En el mundo de las personas con escrúpulos siempre estarán en desventaja para conseguir sus sueños.

Lamentablemente en México no se siguen las leyes de acuerdo a como están establecidas, ya que algunos de los gobiernos tienen miedo de ejercer esas leyes por miedo a que el pueblo se levante en contra de ellos. En realidad los mexicanos somos unas personas que exigimos nuestros derechos pero huimos de nuestros deberes, también nos habla sobre una explicación de las rebeliones y piensa que son producto de las frustraciones causadas por la injusticia que hay con las personas.

La triste realidad es que aquí en el país de México soñar si cuesta mucho.

En segundo capitulo llamado “Agrafia Jurídica”, comenta que la buena norma es la que se acerca a las personas a un comportamiento honrado. Ya que la norma tiene un valor muy grande que no debemos de desdeñar y que sin ella no podríamos moldear una realidad.

Pero las normas resultan un poco complejas y produce que haiga corrupción, ya que entre mas grave sea el problema los diferentes burócratas piden a cambio algo para olvidar dicho problema. Existen dos dimensiones del modus operandi de la corrupción mexicanas: ya que en la Constitución hay leyes prácticamente inaplicables y en las leyes secundarias y los reglamentos existen una gran cantidad de requisitos que hacen muy difícil su cumplimiento.

Estas dos circunstancias contribuyen a distanciar las normas con la realidad y ambas proporcionan que ese vacío que dejan se llene con reglas no escritas.

Un ejemplo de que en la Constitución hay leyes inaplicables, es sobre la educación, ya que estipula que debe ser laica, ya que el gobierno pretendía impedir que los jerarcas de la iglesia se metieran en los asuntos de la política y que influyeran en la educación de los niños. Pero a pesar de esto seguía habiendo escuelas en donde se enseñaba de acuerdo a como decía la iglesia, pero el gobierno decidía no hacer nada.

Un ejemplo de la segunda se podría decir que es mas fácil dar una mordida por incumplir las leyes, que ir a pagar esa multa ya que es un gran tiempo perdido.

Lamentablemente en México es más fácil ser corrupto que honrado, ya que el corrupto rechaza la legalidad pero no pretende cambiarla.

Hoy en día los mexicanos tenemos que luchar contra un enemigo adicional, que somos nosotros mismos, ya que como lograremos cambiar esto a las futuras generaciones, si la costumbre, la tradición, el soterrando del culto a la transa hace que nos eduquemos funcionalmente a nuestros niños para la honradez y así cambiemos el rumbo de México.

El tercer capitulo se llama “El Corrupto Legal” trata sobre la deshonestidad que hay en el ambiente político. Ya que en México existen muchos políticos corruptos que se dejan guiar con que tienen que hacer dinero cuando tengas la oportunidad aunque en ese momento no lo necesites.

Los corruptos antes se defendían diciendo sobre la dignidad de la cosa publica y hasta el patriotismos (bueno aunque a esto no le entendí muy bien), el corrupto legal siempre se asegura de validar en el orden jurídico sus fechorías y sus recursos mal habidos para que nadie pueda cobrar facturas, estamos hablando del campeón de la deshonestidad con estricto apego al derecho. Otra de las cosas que no se realiza con justicia es con demasiada frecuencia se castiga al bueno y proclamamos a los malos.

Los políticos corruptos mantuvieron la preocupación por cuidar que su escudo legal no tuviera ningún orificio, pero como la sociedad se fue politizando y empezó a ejercer voz y voto, los políticos decidieron incrementar la complejidad de su lenguaje técnico hasta hacerlo incomprensible.

Los hombres de negocios siempre buscan el lucro como el político, ya que buscan maximizar sus ganancias, estos comparten una obsesión y tienen la misma hipocresía franca que tienen desde niños. Para el corrupto legal mexicano hay valores útiles e inútiles. Los útiles son los que puede hacerlos progresar a corto, medio y largo plazo, como la valentía y la lealtad; mientras que los inútiles son aquellos que los hacen retroceder, como la honradez y la sinceridad.

Pero aunque en el país hay ciudadanos admirablemente íntegros, la mayoría acepta el juego de las reglas no escritas e ilegalidades que hay en nuestra vida política, económica y social.

En el cuarto capítulo llamado “Represión o lenidad” trata que la persona responsable de contrarrestar la predisposición a la corrupción es quien ejerce la autoridad, los lideres sindicales, los políticos y los empresarios suelen reflejar a la sociedad que están dirigiendo. Nosotros los mexicanos parecemos estar atrapados entre la represión y la lenidad, pero lamentablemente en México las personas hacen la justicia por su propia mano, la mayoría de los gobernantes deciden no emplear la fuerza publica porque la mayoría quiere que se aplique la ley a los lideres sindicales, por eso prefieren no hacer nada.

Las multitudes que se vuelven criminales y que absuelven así mismas con argumentos justicieros, su

poder es autoabsolutario no proviene únicamente de su cantidad sino también de su calidad. Pero en realidad no debemos de saber porque se da un linchamiento y la respuesta mas frecuente es la injusticia, la impunidad, la negligencia publica, entre otras. Además de la ira acumulada por los individuos y multiplicada por la masa desinhibe y despierta los peores instintos. En México hace falta una cultura de la legalidad, nuestro concepto de legitimidad de la violencia del estado es ambiguo, en el la violencia combina con la rebeldía y rara vez se trata de obedecer la ley y rebelarse contra la ilegalidad.

Uno de los grandes problemas del mexicano es el egoísmo, además de que trata de un problema del sentido de pertenencia y de propiedad: lo que es de todos no es de nadie.

El quinto capitulo llamado “Anemia y Anomia”, nos dice que nuestro país padece de una anemia estatal, que es una enfermedad causada por la infección autócrata y la hemorragia neoliberal, cuyos síntomas son palpitaciones de injusticia, taquicardia de corrupción y depresión o disfuncionalidad de leyes e instituciones, todos estos son reflejados en gran debilidad. Nuestra endeblez legal e institucional no ha sido provocada solo por los gobernantes sino también por los gobernadores que prefieran una normatividad informal que se aplique discrecionalmente y con la que intrínsecamente vinculada con la anemia y se llama anomia, que se define como el conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación.

La dificultad para garantizar la seguridad pública también proviene de la anomia estatal, que en este caso se manifiesta en una deliberada confusión de papeles. El origen de esa situación anomica es la anemia del estado mexicano, que generalmente es más débil que los países primermundistas, ya que un estado precario tiene una identidad precaria. La causa de la catástrofe es la complicidad o la confusión de las estructuras del poder publico con las de los delincuentes.

Los políticos se acusan unos a otros de tener pactos con el narco con el mismo ímpetu con el que declaran que no los ha tenido nunca y que jamás los tendrán. Pactar con la delincuencia organizada es algo tan explicable como injustificable, y para contrarrestarlo se necesita contener la corrupción. Yo quiero que se aplique cabalmente la ley, que no haya ningún tipo de complicidades, ni de quienes se venden ni de quienes cierran los ojos, pero también es necesario que los mexicanos superemos nuestras contradicciones y tengamos una sana relación con la verdad.

El sexto capitulo llamado “El Pasaturo” nos habla que la historia es el único proceso que extrae luz de las tinieblas, la humanidad suele virar a ciegas, sin saber a donde va y a menudo ni siquiera a donde quiere ir, la mueve con mas frecuencia el impulso de desechar lo que ya no desea que la búsqueda de aquello con lo que habrá de sustituirlo, nuestra actual Carta Magna no es mas que el multifacético emblema de nuestra improvisación, en si todos los capítulos de nuestra historia han sido escritos sobre la marcha sin mayor planeación.

Estamos atrapados entre la negligencia y el relajo, no nos importa si las cosas se hacen bien o mal, todo nos vale madre, menos el desmadre, pero el asunto va mas allá, pareciera que de día vemos el pasado y de noche soñamos con el futuro. Entre el antes y el después dejamos un vacío que tenemos que saltar, y caemos por fuerza. Pero dirigir la imaginación al pasado no nos impide arrojar la memoria al futuro, si es un futuro escurridizo, desvinculado del pasado, es también un futuro memorizado en el pasado que imaginamos. Proyectamos deseos mas que aspiraciones, remembranzas ajenas mas que imágenes propias, hasta que la realidad que nos despierta.

En México es a menudo falseada o escondida, nos vamos como siempre al extremo, no difundimos el heroísmo y la traición dramatizados sino desnaturalizados. Nuestro pasado sigue litigio, no damos vuelta a la página porque nuestros adalides siguen colgados del péndulo, y nosotros volteamos hacia atrás y meneamos la cabeza sin poder concentrarnos en el futuro. México ha sido, una obra que no puede terminarse porque en cierto modo jamás inicio, los mexicanos hemos sido profetas que auguramos constantemente un pasado mejor. Nuestra bipolaridad jurídica e histórica son un pasado que añora el futuro y siempre habrá alambritos que brincar al presente y conservar la añoranza.

El séptimo capitulo “Centralismo Federalista” nos dice que el federalismo es una palabra prestigiada en México, que se convirtió paulatinamente en sinónimo de progreso pese a los embates del centralismo en sus breves paréntesis de jure y sus largos subrayados de facto. El sistema político mexicano se construyo, en torno a un poderío presidencial que se sustentaba primordialmente en reglas no escritas, y el federalismo acabo por convertirse en uno de los principios venerados en teoría.

Democratizar era federalizar, y viceversa, porque en medida en que hacíamos realidad nuestro federalismo avanzábamos en la democracia. El mexicano no quiere tener menos burros, solo quiere tener mucho mas olotes. Ya hay una serie de litigios políticos en los que democracia y federalismo se han vuelto enemigos. La formula de un federalismo mexicano que impida los abusos de los gobernadores y disminuya el costo de multiplicidades burocráticas esta por idearse.

La votación de nuestro federalismo constitucional la gano Ramos Arizpe, y nos convertimos en los Estados Unidos Mexicanos, nuestro país se llama así oficialmente porque cuando se elaboro la Constitución de 1824 era incontrastable la admiración por nuestro vecino del norte, pero en realidad no lo llamamos Estados Unidos Mexicanos sino solamente México. Por lo pronto sostengo que el nombre no escrito

de esta patria o fila nuestra debe ser su nombre escrito, y que México debe llamarse México. México siempre ha sido una republica federal.

La verdad es que la democratización mexicana ha corrido en dos carriles y a dos velocidades, a nivel nacional nos quejamos de las asignaturas pendientes.

El octavo capitulo llamado “Gringaderas y Gringonerias” nos habla que es muy difícil imaginar dos países menos compatibles que México y Estados Unidos en tratándose de compartir una frontera. Estados Unidos nos ha invadido varias veces con sus ejércitos y muchas más con sus inventos políticos y científicos y tecnológicos y culturales. En efecto tener de vecinos a los Estados Unidos es como dormir con un elefante porque hasta cuando se pone cariñoso nos puede aplastar y cuando se pode desconfiado nos puede dejar destrozados.

Por culpa de los carteles mexicanos y de la corrupción de nuestras autoridades, la mercancía que proviene del sur o de aquí mismo cruza nuestros cielos, mares o tierra llaga a algún punto de allá arriba. Pero vale creer que en los Estados Unidos, además de ser el principal consumidor del mundo, tiene un problema de narcotráfico menos notorio pero igual de grave que el de México.

El país que mas mexicanos quieren que se parezca a México es Estados Unidos, que es el mismo país al que más mexicanos quieren que nunca se asemeje.

El noveno capitulo llamado “El Mexiñol” trata sobre que le choque de culturas y l dominación

de una de ellas sobre la otra generaron en la sociedad mexicana muchas clandestinidades, el indio tuvo que esconder su cosmovisión, sus tradiciones, su apariencia y el mestizo aprendió también a guardar en secreto muchas cosas. El español de México esta hecho de sutilezas y de evasiones, de redundancias y criptografías.

Quienes aprenden que la franqueza pone en riesgo su supervivencia tienen dos opciones: la hipocresía o el silencio. Y el mexicano opta por un silencio hipócrita, que sofoca la voz a fuerza de excederla. También hay que decir que el lenguaje es la ventana de la racionalidad, la capacidad de expresión esta, vinculada con la inteligencia, particularmente al tipo de inteligencia más cercana a la abstracción y a la especulación. Podría decirse que el lenguaje es la razón del movimiento.

El modelo de educación cuenta muchísimo, el embrollo al hablar o las consecuencias de esas subversiones lingüísticas que algunos padecen provienen de una maraña conceptual que esta en la cabeza de la victima, y si mientras mas claridad mental y mas estructuración del pensamiento se inculquen en la escuela mejores dotes de oratoria se darán entre los estudiantes.

Es que lamentablemente aprendemos a decir mucho y poco para enredar a nuestro interlocutor y acabamos enredándonos nosotros mismos. El hecho es que decimos todo menos lo que queremos decir. Existe una zanja entre nuestros dichos y nuestros hechos, también entre nuestro pensamiento y nuestra expresión. El hecho es que apenas haya conexión entre lo que pensamos y lo que decimos, las demás personas nos malinterpretan. El mexicano es correcto con todo menos con la verdad. La realidad ha sido fuente de dolor y por eso la evadimos o nos desconectamos de ella.

El mexiñol es un instrumento para extender la forma y abreviar el fondo. Los mexicanos sacrificamos la realidad, nuestro lenguaje nos dificulta ser realistas, o nos facilita vivir en la irrealidad. El mexicano no habla con el propósito de decir lo que siente, lo que piensa o lo que hace, habla para fingir u ocultar sus sentimientos, ideas o hechos. Habla para callar.

El decimo capitulo llamado “El Evanescente Mestizo”, dice que el racismo es una de las mas deleznables manifestaciones del rechazo, es un reflejo de los peores rasgos del ser humano como lo son el egoísmo, la intolerancia, al miedo a lo desconocido. Ha sido causa de bárbaras agresiones, de exterminios y esclavitudes, pueblos enteros han sido brutalmente agredidos por ser y parecer diferentes.

No nos gusta admitirlo, pero el problema sigue aquí. A contrapelo de una educación publica formalmente indigenista e hispanófoba, se difunden en nuestra sociedad paradigmas culturales y arquetipos estéticos eróticos que denigran a la gran mayoría de la población.

A los mexicanos nos gusta engañarnos pensando que no somos racistas, pero la verdad es que aquí el racismo no solo existe sino que en cierto modo es peor que el que prevalece, efectivamente el criollo es rico y el indomestizo es pobre.

Para el mexicano la palabra “indio” sigue siendo un insulto, sinónimo de hombre incivilizado o tonto. En el fondo y en la superficie, nuestro racismo es hijo de nuestro problema de identidad, en efecto, el choque de culturas y la incomunicación impidió por mucho tiempo la conformación de la nación mexicana.

Para el criollaje conservador, el mestizo es una versión descafeinada del indígena y en consecuencia un ser igualmente despreciable, el mexicano dice estar orgulloso de su raíz prehispánica pero se avergüenza de ella. Nuestra realidad ha sido madrastra de nuestra imaginación, porque la ha educado a regañadientes y con frecuencia, ha restringido su acción y coartado su libertad.

Justo cuando creíamos haber logrado la cifra de nuestra identidad, nos volvemos a bifurcar, retornamos sin haberla abandonado, a la esquizofrenia.

La falta de unificación de nuestras raíces culturales y de la carga que unos trajeron y otros exacerbamos, nace el mexicano. La mexicanidad esta partida porque como México, emergió con una falta geológica que la atraviesa de arriba abajo, no es que nos falte conciencia nacional, sino que en cierto sentido nos sobra.

Nosotros somos descendientes de mestizos marcados inicialmente por la bastardía y el desplazamiento, aparte sumemos a ese desconcierto la perpetuación de una inquietud social sustentada en la correlación entre raza y clase, que se convirtió en la cuña que mantiene expuesta la fractura, y obtendremos al mexicanos.

Los seres humanos de todas las nacionalidades somos maestros del autoengaño, pero los mexicanos conformamos una potencia mundial en esta disciplina, tenemos una pésima relación con la realidad. Pero si hemos de construir un país en el que la corrupción sea excepción y no regla, hay que desembocar todos nuestros esfuerzos en realismo y congruencia.

Conclusión:

El libro que nos dejo el maestro se me hizo interesante porque te muestra lo que piensa el escritor en base a el país de México y como han afectado esas cosas a nuestra cultura y a las personas que habitamos en este país.

Para mí la esquizofrenia de nosotros es debido al resultado de nuestras crisis de identidad y de pertenencia que sufrimos día con día en nuestros diferentes ámbitos, en México queramos o no aun es un país muy racista que no trata a todas las personas por igual, pesando que son superiores a las personas que discriminan, pero aun así dicen que México no es un país racista, pero es mucho más grave el problema que en otro lugares, a las personas que mas discriminan son los indios y lo catalogan con un tonto y descafeinado.

También que te muestra que a pesar de todos los esfuerzos que ha hecho México para no dejarse influenciar por los Estados Unidos, aun así no ha conseguido mucho porque cada vez Estados Unidos saca al mercado mejores cosas que llaman la atención de la población mexicana a un precio mucho más económico, también comenta que muchos mexicanos quieren que se forme una sola nación con los Estados Unidos.

Otra de las cosas que te presenta es que en México hay mucha ilegalidad, donde aquí los mexicanos honestos son los que pagan los crímenes de los malos, donde aquí se premia la corrupción en todos los casos y no se respetan las leyes, porque los gobernantes piensan que si no ejercen las leyes será más fácil no alborotar a la población y así se evitarían los levantamientos de las personas.

Aquí lamentablemente se premian a los corruptos y eso para mí está mal ya que como vamos a lograr un México mejor, si se siguen apoyando la corrupción, por eso se debe cambiar la forma de educación de los niños y enseñarles con nuestros ejemplos los valores de honestidad, honradez, valentía, para así cambiar el rumbo de México.

También que nosotros los mexicanos aun vivimos en el pasado y no podemos avanzar hacia el futuro, para nosotros soñar si nos cuesta mucho, porque en realidad nosotros no soñamos con ese realismo y siempre imaginamos cosas que no podrán pasar, no pensamos en nuestras metas a futuro y todas las cosas que hacemos las realizamos sin pensar en las consecuencias que nos traerán.

Para mi sinceramente se me hace un libro muy interesante y me llamo la atención, este libro si me gusto que me dejara lee

Una reflexión sobre la mexicanidad a partir de hechos históricos y sucesos actuales. Este libro es un ensayo sobre quién es y cómo es el mexicano. En él se cuestionan muchas de las inquietudes que nos hacemos como ciudadanos comunes corrientes. Como el hecho mismo de que lamentemos cotidianamente nuestra actitud personal y conducta colectiva frente al país, pero la mayor parte de las veces nuestra postura sea la indiferencia y conformismo.

Para nada nos es ajeno como dice el autor que somos buenos para exigir nuestros derechos pero evitamos nuestros deberes, que nos quejamos de las deficiencias del Estado pero evadimos nuestras obligaciones ciudadanas.

El Doctor Agustín Basave profundiza sobre estas preguntas:

¿Qué es lo que nos mueve? ¿Qué hay entre el instinto de supervivencia y el afán de plenitud? ¿Qué es lo que marca la diferencia entre las personas que viven bajo la ley del mínimo esfuerzo y quienes se desgañitan por superarse y llegar más lejos? Y más allá del anhelo de triunfo, ¿qué separa a los corruptos y a los conformistas de los honestos y de los perfeccionistas? O más acá de la ambición, ¿qué distingue a los improvisados de los previsores? ¿De dónde provienen el desánimo y el impulso, la desazón y la paz interior?

Basave nos ilumina a la luz de la historia acerca de nuestra dualidad entre lo que aspiramos personal y colectivamente y lo que representa realmente nuestra forma de actuar. Nuestra esquizofrenia radica en querer ser de una forma y comportarnos de otra:

¿Para qué cumplir la ley si es mucho más rentable violarla? Si respondiéramos a esas preguntas encogiéndonos de hombros las cosas serían más sencillas. El problema es que decimos que no, que no hay que renunciar a los ideales ni a la legalidad y, al mismo tiempo, seguimos actuando como si no existieran.

Cuando el autor se preguntó por qué México no es una nación de primer mundo, por qué hay pueblos más disciplinados y dispuestos a trabajar que el nuestro, por qué nuestra la economía no parece brindarnos ni bonanza, ni bienestar o por qué la justicia o las leyes son inoperantes frente a nuestra realidad; descubrió un hilo conductor que lo lleva por muchas vertientes de estudio y que se explican capítulo a capítulo.

El tema es la deshonestidad... la corrupción... ¿Y desde cuándo somos así, esquizofrénicos, duales, mexiJanos cómo dice Basave? De acuerdo con su investigación quedamos marcados desde la Colonia. Y, a partir de entonces y de ello, el autor analiza las muchas de las circunstancias en las que nuestro comportamiento social es contradictorio, discordante o incoherente. ¿Por qué ejercemos la deshonestidad con estricto apego a derecho?

Este es un texto que nos lleva a la reflexión seria en torno a la mentalidad que nos mantiene en el subdesarrollo y cuáles son nuestros defectos idiosincrásicos. Es un examen sobre la mexicanidad y sí, unos más, otros menos, pero todos somos el problema y lo seguiremos siendo mientras prevalezca la funcionalidad de la corrupción con sus raíces históricas e inercias culturales.

Ser más honrados, menos tramposos, más respetuosos de la ley, menos egoístas, más responsables, menos improvisados, más ahorrativos, menos desordenados, más innovadores, menos impuntuales, volvernos mucho más exigentes de calidad en lo que hacemos, elevaría nuestro bienestar y haría a nuestro país más próspero en todos sentidos.

“Mexicanidad y Esquizofrenia”

de Agustín Basave

El libro fue escrito por Agustín Basave y trata sobre lo siguiente:

En el primer capitulo llamado “Prolegómeno esquizoides”, nos habla de que los mexicanos tenemos caracteres de esquizofrenios, ya que muchos tenemos un vacío mental que no nos permite unir nuestros sueños con los hechos que están. Nos dice que los mexicanos nos parecemos al soñador escéptico ya que no sabemos soñar. Ya que si no creemos en ese sueño no se nos cumplirá y así tendremos mas sueños, pero si no luchamos por ellos como lo vamos a conseguir.

La esquizofrenia que tienen muchos mexicanos es de acuerdo a su religiosidad, ya que se van de un fatalismo a una fe esperanzadora. Pero la verdad que nos falta a los mexicanos es soñar con realismo. En el mundo de las personas con escrúpulos siempre estarán en desventaja para conseguir sus sueños.

Lamentablemente en México no se siguen las leyes de acuerdo a como están establecidas, ya que algunos de los gobiernos tienen miedo de ejercer esas leyes por miedo a que el pueblo se levante en contra de ellos. En realidad los mexicanos somos unas personas que exigimos nuestros derechos pero huimos de nuestros deberes, también nos habla sobre una explicación de las rebeliones y piensa que son producto de las frustraciones causadas por la injusticia que hay con las personas.

La triste realidad es que aquí en el país de México soñar si cuesta mucho.

En segundo capitulo llamado “Agrafia Jurídica”, comenta que la buena norma es la que se acerca a las personas a un comportamiento honrado. Ya que la norma tiene un valor muy grande que no debemos de desdeñar y que sin ella no podríamos moldear una realidad.

Pero las normas resultan un poco complejas y produce que haiga corrupción, ya que entre mas grave sea el problema los diferentes burócratas piden a cambio algo para olvidar dicho problema. Existen dos dimensiones del modus operandi de la corrupción mexicanas: ya que en la Constitución hay leyes prácticamente inaplicables y en las leyes secundarias y los reglamentos existen una gran cantidad de requisitos que hacen muy difícil su cumplimiento.

Estas dos circunstancias contribuyen a distanciar las normas con la realidad y ambas proporcionan que ese vacío que dejan se llene con reglas no escritas.

Un ejemplo de que en la Constitución hay leyes inaplicables, es sobre la educación, ya que estipula que debe ser laica, ya que el gobierno pretendía impedir que los jerarcas de la iglesia se metieran en los asuntos de la política y que influyeran en la educación de los niños. Pero a pesar de esto seguía habiendo escuelas en donde se enseñaba de acuerdo a como decía la iglesia, pero el gobierno decidía no hacer nada.

Un ejemplo de la segunda se podría decir que es mas fácil dar una mordida por incumplir las leyes, que ir a pagar esa multa ya que es un gran tiempo perdido.

Lamentablemente en México es más fácil ser corrupto que honrado, ya que el corrupto rechaza la legalidad pero no pretende cambiarla.

Hoy en día los mexicanos tenemos que luchar contra un enemigo adicional, que somos nosotros mismos, ya que como lograremos cambiar esto a las futuras generaciones, si la costumbre, la tradición, el soterrando del culto a la transa hace que nos eduquemos funcionalmente a nuestros niños para la honradez y así cambiemos el rumbo de México.

El tercer capitulo se llama “El Corrupto Legal” trata sobre la deshonestidad que hay en el ambiente político. Ya que en México existen muchos políticos corruptos que se dejan guiar con que tienen que hacer dinero cuando tengas la oportunidad aunque en ese momento no lo necesites.

Los corruptos antes se defendían diciendo sobre la dignidad de la cosa publica y hasta el patriotismos (bueno aunque a esto no le entendí muy bien), el corrupto legal siempre se asegura de validar en el orden jurídico sus fechorías y sus recursos mal habidos para que nadie pueda cobrar facturas, estamos hablando del campeón de la deshonestidad con estricto apego al derecho. Otra de las cosas que no se realiza con justicia es con demasiada frecuencia se castiga al bueno y proclamamos a los malos.

Los políticos corruptos mantuvieron la preocupación por cuidar que su escudo legal no tuviera ningún orificio, pero como la sociedad se fue politizando y empezó a ejercer voz y voto, los políticos decidieron incrementar la complejidad de su lenguaje técnico hasta hacerlo incomprensible.

Los hombres de negocios siempre buscan el lucro como el político, ya que buscan maximizar sus ganancias, estos comparten una obsesión y tienen la misma hipocresía franca que tienen desde niños. Para el corrupto legal mexicano hay valores útiles e inútiles. Los útiles son los que puede hacerlos progresar a corto, medio y largo plazo, como la valentía y la lealtad; mientras que los inútiles son aquellos que los hacen retroceder, como la honradez y la sinceridad.

Pero aunque en el país hay ciudadanos admirablemente íntegros, la mayoría acepta el juego de las reglas no escritas e ilegalidades que hay en nuestra vida política, económica y social.

En el cuarto capítulo llamado “Represión o lenidad” trata que la persona responsable de contrarrestar la predisposición a la corrupción es quien ejerce la autoridad, los lideres sindicales, los políticos y los empresarios suelen reflejar a la sociedad que están dirigiendo. Nosotros los mexicanos parecemos estar atrapados entre la represión y la lenidad, pero lamentablemente en México las personas hacen la justicia por su propia mano, la mayoría de los gobernantes deciden no emplear la fuerza publica porque la mayoría quiere que se aplique la ley a los lideres sindicales, por eso prefieren no hacer nada.

Las multitudes que se vuelven criminales y que absuelven así mismas con argumentos justicieros, su

poder es autoabsolutario no proviene únicamente de su cantidad sino también de su calidad. Pero en realidad no debemos de saber porque se da un linchamiento y la respuesta mas frecuente es la injusticia, la impunidad, la negligencia publica, entre otras. Además de la ira acumulada por los individuos y multiplicada por la masa desinhibe y despierta los peores instintos. En México hace falta una cultura de la legalidad, nuestro concepto de legitimidad de la violencia del estado es ambiguo, en el la violencia combina con la rebeldía y rara vez se trata de obedecer la ley y rebelarse contra la ilegalidad.

Uno de los grandes problemas del mexicano es el egoísmo, además de que trata de un problema del sentido de pertenencia y de propiedad: lo que es de todos no es de nadie.

El quinto capitulo llamado “Anemia y Anomia”, nos dice que nuestro país padece de una anemia estatal, que es una enfermedad causada por la infección autócrata y la hemorragia neoliberal, cuyos síntomas son palpitaciones de injusticia, taquicardia de corrupción y depresión o disfuncionalidad de leyes e instituciones, todos estos son reflejados en gran debilidad. Nuestra endeblez legal e institucional no ha sido provocada solo por los gobernantes sino también por los gobernadores que prefieran una normatividad informal que se aplique discrecionalmente y con la que intrínsecamente vinculada con la anemia y se llama anomia, que se define como el conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación.

La dificultad para garantizar la seguridad pública también proviene de la anomia estatal, que en este caso se manifiesta en una deliberada confusión de papeles. El origen de esa situación anomica es la anemia del estado mexicano, que generalmente es más débil que los países primermundistas, ya que un estado precario tiene una identidad precaria. La causa de la catástrofe es la complicidad o la confusión de las estructuras del poder publico con las de los delincuentes.

Los políticos se acusan unos a otros de tener pactos con el narco con el mismo ímpetu con el que declaran que no los ha tenido nunca y que jamás los tendrán. Pactar con la delincuencia organizada es algo tan explicable como injustificable, y para contrarrestarlo se necesita contener la corrupción. Yo quiero que se aplique cabalmente la ley, que no haya ningún tipo de complicidades, ni de quienes se venden ni de quienes cierran los ojos, pero también es necesario que los mexicanos superemos nuestras contradicciones y tengamos una sana relación con la verdad.

El sexto capitulo llamado “El Pasaturo” nos habla que la historia es el único proceso que extrae luz de las tinieblas, la humanidad suele virar a ciegas, sin saber a donde va y a menudo ni siquiera a donde quiere ir, la mueve con mas frecuencia el impulso de desechar lo que ya no desea que la búsqueda de aquello con lo que habrá de sustituirlo, nuestra actual Carta Magna no es mas que el multifacético emblema de nuestra improvisación, en si todos los capítulos de nuestra historia han sido escritos sobre la marcha sin mayor planeación.

Estamos atrapados entre la negligencia y el relajo, no nos importa si las cosas se hacen bien o mal, todo nos vale madre, menos el desmadre, pero el asunto va mas allá, pareciera que de día vemos el pasado y de noche soñamos con el futuro. Entre el antes y el después dejamos un vacío que tenemos que saltar, y caemos por fuerza. Pero dirigir la imaginación al pasado no nos impide arrojar la memoria al futuro, si es un futuro escurridizo, desvinculado del pasado, es también un futuro memorizado en el pasado que imaginamos. Proyectamos deseos mas que aspiraciones, remembranzas ajenas mas que imágenes propias, hasta que la realidad que nos despierta.

En México es a menudo falseada o escondida, nos vamos como siempre al extremo, no difundimos el heroísmo y la traición dramatizados sino desnaturalizados. Nuestro pasado sigue litigio, no damos vuelta a la página porque nuestros adalides siguen colgados del péndulo, y nosotros volteamos hacia atrás y meneamos la cabeza sin poder concentrarnos en el futuro. México ha sido, una obra que no puede terminarse porque en cierto modo jamás inicio, los mexicanos hemos sido profetas que auguramos constantemente un pasado mejor. Nuestra bipolaridad jurídica e histórica son un pasado que añora el futuro y siempre habrá alambritos que brincar al presente y conservar la añoranza.

El séptimo capitulo “Centralismo Federalista” nos dice que el federalismo es una palabra prestigiada en México, que se convirtió paulatinamente en sinónimo de progreso pese a los embates del centralismo en sus breves paréntesis de jure y sus largos subrayados de facto. El sistema político mexicano se construyo, en torno a un poderío presidencial que se sustentaba primordialmente en reglas no escritas, y el federalismo acabo por convertirse en uno de los principios venerados en teoría.

Democratizar era federalizar, y viceversa, porque en medida en que hacíamos realidad nuestro federalismo avanzábamos en la democracia. El mexicano no quiere tener menos burros, solo quiere tener mucho mas olotes. Ya hay una serie de litigios políticos en los que democracia y federalismo se han vuelto enemigos. La formula de un federalismo mexicano que impida los abusos de los gobernadores y disminuya el costo de multiplicidades burocráticas esta por idearse.

La votación de nuestro federalismo constitucional la gano Ramos Arizpe, y nos convertimos en los Estados Unidos Mexicanos, nuestro país se llama así oficialmente porque cuando se elaboro la Constitución de 1824 era incontrastable la admiración por nuestro vecino del norte, pero en realidad no lo llamamos Estados Unidos Mexicanos sino solamente México. Por lo pronto sostengo que el nombre no escrito

de esta patria o fila nuestra debe ser su nombre escrito, y que México debe llamarse México. México siempre ha sido una republica federal.

La verdad es que la democratización mexicana ha corrido en dos carriles y a dos velocidades, a nivel nacional nos quejamos de las asignaturas pendientes.

El octavo capitulo llamado “Gringaderas y Gringonerias” nos habla que es muy difícil imaginar dos países menos compatibles que México y Estados Unidos en tratándose de compartir una frontera. Estados Unidos nos ha invadido varias veces con sus ejércitos y muchas más con sus inventos políticos y científicos y tecnológicos y culturales. En efecto tener de vecinos a los Estados Unidos es como dormir con un elefante porque hasta cuando se pone cariñoso nos puede aplastar y cuando se pode desconfiado nos puede dejar destrozados.

Por culpa de los carteles mexicanos y de la corrupción de nuestras autoridades, la mercancía que proviene del sur o de aquí mismo cruza nuestros cielos, mares o tierra llaga a algún punto de allá arriba. Pero vale creer que en los Estados Unidos, además de ser el principal consumidor del mundo, tiene un problema de narcotráfico menos notorio pero igual de grave que el de México.

El país que mas mexicanos quieren que se parezca a México es Estados Unidos, que es el mismo país al que más mexicanos quieren que nunca se asemeje.

El noveno capitulo llamado “El Mexiñol” trata sobre que le choque de culturas y l dominación

de una de ellas sobre la otra generaron en la sociedad mexicana muchas clandestinidades, el indio tuvo que esconder su cosmovisión, sus tradiciones, su apariencia y el mestizo aprendió también a guardar en secreto muchas cosas. El español de México esta hecho de sutilezas y de evasiones, de redundancias y criptografías.

Quienes aprenden que la franqueza pone en riesgo su supervivencia tienen dos opciones: la hipocresía o el silencio. Y el mexicano opta por un silencio hipócrita, que sofoca la voz a fuerza de excederla. También hay que decir que el lenguaje es la ventana de la racionalidad, la capacidad de expresión esta, vinculada con la inteligencia, particularmente al tipo de inteligencia más cercana a la abstracción y a la especulación. Podría decirse que el lenguaje es la razón del movimiento.

El modelo de educación cuenta muchísimo, el embrollo al hablar o las consecuencias de esas subversiones lingüísticas que algunos padecen provienen de una maraña conceptual que esta en la cabeza de la victima, y si mientras mas claridad mental y mas estructuración del pensamiento se inculquen en la escuela mejores dotes de oratoria se darán entre los estudiantes.

Es que lamentablemente aprendemos a decir mucho y poco para enredar a nuestro interlocutor y acabamos enredándonos nosotros mismos. El hecho es que decimos todo menos lo que queremos decir. Existe una zanja entre nuestros dichos y nuestros hechos, también entre nuestro pensamiento y nuestra expresión. El hecho es que apenas haya conexión entre lo que pensamos y lo que decimos, las demás personas nos malinterpretan. El mexicano es correcto con todo menos con la verdad. La realidad ha sido fuente de dolor y por eso la evadimos o nos desconectamos de ella.

El mexiñol es un instrumento para extender la forma y abreviar el fondo. Los mexicanos sacrificamos la realidad, nuestro lenguaje nos dificulta ser realistas, o nos facilita vivir en la irrealidad. El mexicano no habla con el propósito de decir lo que siente, lo que piensa o lo que hace, habla para fingir u ocultar sus sentimientos, ideas o hechos. Habla para callar.

El decimo capitulo llamado “El Evanescente Mestizo”, dice que el racismo es una de las mas deleznables manifestaciones del rechazo, es un reflejo de los peores rasgos del ser humano como lo son el egoísmo, la intolerancia, al miedo a lo desconocido. Ha sido causa de bárbaras agresiones, de exterminios y esclavitudes, pueblos enteros han sido brutalmente agredidos por ser y parecer diferentes.

No nos gusta admitirlo, pero el problema sigue aquí. A contrapelo de una educación publica formalmente indigenista e hispanófoba, se difunden en nuestra sociedad paradigmas culturales y arquetipos estéticos eróticos que denigran a la gran mayoría de la población.

A los mexicanos nos gusta engañarnos pensando que no somos racistas, pero la verdad es que aquí el racismo no solo existe sino que en cierto modo es peor que el que prevalece, efectivamente el criollo es rico y el indomestizo es pobre.

Para el mexicano la palabra “indio” sigue siendo un insulto, sinónimo de hombre incivilizado o tonto. En el fondo y en la superficie, nuestro racismo es hijo de nuestro problema de identidad, en efecto, el choque de culturas y la incomunicación impidió por mucho tiempo la conformación de la nación mexicana.

Para el criollaje conservador, el mestizo es una versión descafeinada del indígena y en consecuencia un ser igualmente despreciable, el mexicano dice estar orgulloso de su raíz prehispánica pero se avergüenza de ella. Nuestra realidad ha sido madrastra de nuestra imaginación, porque la ha educado a regañadientes y con frecuencia, ha restringido su acción y coartado su libertad.

Justo cuando creíamos haber logrado la cifra de nuestra identidad, nos volvemos a bifurcar, retornamos sin haberla abandonado, a la esquizofrenia.

La falta de unificación de nuestras raíces culturales y de la carga que unos trajeron y otros exacerbamos, nace el mexicano. La mexicanidad esta partida porque como México, emergió con una falta geológica que la atraviesa de arriba abajo, no es que nos falte conciencia nacional, sino que en cierto sentido nos sobra.

Nosotros somos descendientes de mestizos marcados inicialmente por la bastardía y el desplazamiento, aparte sumemos a ese desconcierto la perpetuación de una inquietud social sustentada en la correlación entre raza y clase, que se convirtió en la cuña que mantiene expuesta la fractura, y obtendremos al mexicanos.

Los seres humanos de todas las nacionalidades somos maestros del autoengaño, pero los mexicanos conformamos una potencia mundial en esta disciplina, tenemos una pésima relación con la realidad. Pero si hemos de construir un país en el que la corrupción sea excepción y no regla, hay que desembocar todos nuestros esfuerzos en realismo y congruencia.

Conclusión:

El libro que nos dejo el maestro se me hizo interesante porque te muestra lo que piensa el escritor en base a el país de México y como han afectado esas cosas a nuestra cultura y a las personas que habitamos en este país.

Para mí la esquizofrenia de nosotros es debido al resultado de nuestras crisis de identidad y de pertenencia que sufrimos día con día en nuestros diferentes ámbitos, en México queramos o no aun es un país muy racista que no trata a todas las personas por igual, pesando que son superiores a las personas que discriminan, pero aun así dicen que México no es un país racista, pero es mucho más grave el problema que en otro lugares, a las personas que mas discriminan son los indios y lo catalogan con un tonto y descafeinado.

También que te muestra que a pesar de todos los esfuerzos que ha hecho México para no dejarse influenciar por los Estados Unidos, aun así no ha conseguido mucho porque cada vez Estados Unidos saca al mercado mejores cosas que llaman la atención de la población mexicana a un precio mucho más económico, también comenta que muchos mexicanos quieren que se forme una sola nación con los Estados Unidos.

Otra de las cosas que te presenta es que en México hay mucha ilegalidad, donde aquí los mexicanos honestos son los que pagan los crímenes de los malos, donde aquí se premia la corrupción en todos los casos y no se respetan las leyes, porque los gobernantes piensan que si no ejercen las leyes será más fácil no alborotar a la población y así se evitarían los levantamientos de las personas.

Aquí lamentablemente se premian a los corruptos y eso para mí está mal ya que como vamos a lograr un México mejor, si se siguen apoyando la corrupción, por eso se debe cambiar la forma de educación de los niños y enseñarles con nuestros ejemplos los valores de honestidad, honradez, valentía, para así cambiar el rumbo de México.

También que nosotros los mexicanos aun vivimos en el pasado y no podemos avanzar hacia el futuro, para nosotros soñar si nos cuesta mucho, porque en realidad nosotros no soñamos con ese realismo y siempre imaginamos cosas que no podrán pasar, no pensamos en nuestras metas a futuro y todas las cosas que hacemos las realizamos sin pensar en las consecuencias que nos traerán.

Para mi sinceramente se me hace un libro muy interesante y me llamo la atención, este libro si me gusto que me dejara lee

Una reflexión sobre la mexicanidad a partir de hechos históricos y sucesos actuales. Este libro es un ensayo sobre quién es y cómo es el mexicano. En él se cuestionan muchas de las inquietudes que nos hacemos como ciudadanos comunes corrientes. Como el hecho mismo de que lamentemos cotidianamente nuestra actitud personal y conducta colectiva frente al país, pero la mayor parte de las veces nuestra postura sea la indiferencia y conformismo.

Para nada nos es ajeno como dice el autor que somos buenos para exigir nuestros derechos pero evitamos nuestros deberes, que nos quejamos de las deficiencias del Estado pero evadimos nuestras obligaciones ciudadanas.

El Doctor Agustín Basave profundiza sobre estas preguntas:

¿Qué es lo que nos mueve? ¿Qué hay entre el instinto de supervivencia y el afán de plenitud? ¿Qué es lo que marca la diferencia entre las personas que viven bajo la ley del mínimo esfuerzo y quienes se desgañitan por superarse y llegar más lejos? Y más allá del anhelo de triunfo, ¿qué separa a los corruptos y a los conformistas de los honestos y de los perfeccionistas? O más acá de la ambición, ¿qué distingue a los improvisados de los previsores? ¿De dónde provienen el desánimo y el impulso, la desazón y la paz interior?

Basave nos ilumina a la luz de la historia acerca de nuestra dualidad entre lo que aspiramos personal y colectivamente y lo que representa realmente nuestra forma de actuar. Nuestra esquizofrenia radica en querer ser de una forma y comportarnos de otra:

¿Para qué cumplir la ley si es mucho más rentable violarla? Si respondiéramos a esas preguntas encogiéndonos de hombros las cosas serían más sencillas. El problema es que decimos que no, que no hay que renunciar a los ideales ni a la legalidad y, al mismo tiempo, seguimos actuando como si no existieran.

Cuando el autor se preguntó por qué México no es una nación de primer mundo, por qué hay pueblos más disciplinados y dispuestos a trabajar que el nuestro, por qué nuestra la economía no parece brindarnos ni bonanza, ni bienestar o por qué la justicia o las leyes son inoperantes frente a nuestra realidad; descubrió un hilo conductor que lo lleva por muchas vertientes de estudio y que se explican capítulo a capítulo.

El tema es la deshonestidad... la corrupción... ¿Y desde cuándo somos así, esquizofrénicos, duales, mexiJanos cómo dice Basave? De acuerdo con su investigación quedamos marcados desde la Colonia. Y, a partir de entonces y de ello, el autor analiza las muchas de las circunstancias en las que nuestro comportamiento social es contradictorio, discordante o incoherente. ¿Por qué ejercemos la deshonestidad con estricto apego a derecho?

Este es un texto que nos lleva a la reflexión seria en torno a la mentalidad que nos mantiene en el subdesarrollo y cuáles son nuestros defectos idiosincrásicos. Es un examen sobre la mexicanidad y sí, unos más, otros menos, pero todos somos el problema y lo seguiremos siendo mientras prevalezca la funcionalidad de la corrupción con sus raíces históricas e inercias culturales.

Ser más honrados, menos tramposos, más respetuosos de la ley, menos egoístas, más responsables, menos improvisados, más ahorrativos, menos desordenados, más innovadores, menos impuntuales, volvernos mucho más exigentes de calidad en lo que hacemos, elevaría nuestro bienestar y haría a nuestro país más próspero en todos sentidos.

“Mexicanidad y Esquizofrenia”

de Agustín Basave

El libro fue escrito por Agustín Basave y trata sobre lo siguiente:

En el primer capitulo llamado “Prolegómeno esquizoides”, nos habla de que los mexicanos tenemos caracteres de esquizofrenios, ya que muchos tenemos un vacío mental que no nos permite unir nuestros sueños con los hechos que están. Nos dice que los mexicanos nos parecemos al soñador escéptico ya que no sabemos soñar. Ya que si no creemos en ese sueño no se nos cumplirá y así tendremos mas sueños, pero si no luchamos por ellos como lo vamos a conseguir.

La esquizofrenia que tienen muchos mexicanos es de acuerdo a su religiosidad, ya que se van de un fatalismo a una fe esperanzadora. Pero la verdad que nos falta a los mexicanos es soñar con realismo. En el mundo de las personas con escrúpulos siempre estarán en desventaja para conseguir sus sueños.

Lamentablemente en México no se siguen las leyes de acuerdo a como están establecidas, ya que algunos de los gobiernos tienen miedo de ejercer esas leyes por miedo a que el pueblo se levante en contra de ellos. En realidad los mexicanos somos unas personas que exigimos nuestros derechos pero huimos de nuestros deberes, también nos habla sobre una explicación de las rebeliones y piensa que son producto de las frustraciones causadas por la injusticia que hay con las personas.

La triste realidad es que aquí en el país de México soñar si cuesta mucho.

En segundo capitulo llamado “Agrafia Jurídica”, comenta que la buena norma es la que se acerca a las personas a un comportamiento honrado. Ya que la norma tiene un valor muy grande que no debemos de desdeñar y que sin ella no podríamos moldear una realidad.

Pero las normas resultan un poco complejas y produce que haiga corrupción, ya que entre mas grave sea el problema los diferentes burócratas piden a cambio algo para olvidar dicho problema. Existen dos dimensiones del modus operandi de la corrupción mexicanas: ya que en la Constitución hay leyes prácticamente inaplicables y en las leyes secundarias y los reglamentos existen una gran cantidad de requisitos que hacen muy difícil su cumplimiento.

Estas dos circunstancias contribuyen a distanciar las normas con la realidad y ambas proporcionan que ese vacío que dejan se llene con reglas no escritas.

Un ejemplo de que en la Constitución hay leyes inaplicables, es sobre la educación, ya que estipula que debe ser laica, ya que el gobierno pretendía impedir que los jerarcas de la iglesia se metieran en los asuntos de la política y que influyeran en la educación de los niños. Pero a pesar de esto seguía habiendo escuelas en donde se enseñaba de acuerdo a como decía la iglesia, pero el gobierno decidía no hacer nada.

Un ejemplo de la segunda se podría decir que es mas fácil dar una mordida por incumplir las leyes, que ir a pagar esa multa ya que es un gran tiempo perdido.

Lamentablemente en México es más fácil ser corrupto que honrado, ya que el corrupto rechaza la legalidad pero no pretende cambiarla.

Hoy en día los mexicanos tenemos que luchar contra un enemigo adicional, que somos nosotros mismos, ya que como lograremos cambiar esto a las futuras generaciones, si la costumbre, la tradición, el soterrando del culto a la transa hace que nos eduquemos funcionalmente a nuestros niños para la honradez y así cambiemos el rumbo de México.

El tercer capitulo se llama “El Corrupto Legal” trata sobre la deshonestidad que hay en el ambiente político. Ya que en México existen muchos políticos corruptos que se dejan guiar con que tienen que hacer dinero cuando tengas la oportunidad aunque en ese momento no lo necesites.

Los corruptos antes se defendían diciendo sobre la dignidad de la cosa publica y hasta el patriotismos (bueno aunque a esto no le entendí muy bien), el corrupto legal siempre se asegura de validar en el orden jurídico sus fechorías y sus recursos mal habidos para que nadie pueda cobrar facturas, estamos hablando del campeón de la deshonestidad con estricto apego al derecho. Otra de las cosas que no se realiza con justicia es con demasiada frecuencia se castiga al bueno y proclamamos a los malos.

Los políticos corruptos mantuvieron la preocupación por cuidar que su escudo legal no tuviera ningún orificio, pero como la sociedad se fue politizando y empezó a ejercer voz y voto, los políticos decidieron incrementar la complejidad de su lenguaje técnico hasta hacerlo incomprensible.

Los hombres de negocios siempre buscan el lucro como el político, ya que buscan maximizar sus ganancias, estos comparten una obsesión y tienen la misma hipocresía franca que tienen desde niños. Para el corrupto legal mexicano hay valores útiles e inútiles. Los útiles son los que puede hacerlos progresar a corto, medio y largo plazo, como la valentía y la lealtad; mientras que los inútiles son aquellos que los hacen retroceder, como la honradez y la sinceridad.

Pero aunque en el país hay ciudadanos admirablemente íntegros, la mayoría acepta el juego de las reglas no escritas e ilegalidades que hay en nuestra vida política, económica y social.

En el cuarto capítulo llamado “Represión o lenidad” trata que la persona responsable de contrarrestar la predisposición a la corrupción es quien ejerce la autoridad, los lideres sindicales, los políticos y los empresarios suelen reflejar a la sociedad que están dirigiendo. Nosotros los mexicanos parecemos estar atrapados entre la represión y la lenidad, pero lamentablemente en México las personas hacen la justicia por su propia mano, la mayoría de los gobernantes deciden no emplear la fuerza publica porque la mayoría quiere que se aplique la ley a los lideres sindicales, por eso prefieren no hacer nada.

Las multitudes que se vuelven criminales y que absuelven así mismas con argumentos justicieros, su

poder es autoabsolutario no proviene únicamente de su cantidad sino también de su calidad. Pero en realidad no debemos de saber porque se da un linchamiento y la respuesta mas frecuente es la injusticia, la impunidad, la negligencia publica, entre otras. Además de la ira acumulada por los individuos y multiplicada por la masa desinhibe y despierta los peores instintos. En México hace falta una cultura de la legalidad, nuestro concepto de legitimidad de la violencia del estado es ambiguo, en el la violencia combina con la rebeldía y rara vez se trata de obedecer la ley y rebelarse contra la ilegalidad.

Uno de los grandes problemas del mexicano es el egoísmo, además de que trata de un problema del sentido de pertenencia y de propiedad: lo que es de todos no es de nadie.

El quinto capitulo llamado “Anemia y Anomia”, nos dice que nuestro país padece de una anemia estatal, que es una enfermedad causada por la infección autócrata y la hemorragia neoliberal, cuyos síntomas son palpitaciones de injusticia, taquicardia de corrupción y depresión o disfuncionalidad de leyes e instituciones, todos estos son reflejados en gran debilidad. Nuestra endeblez legal e institucional no ha sido provocada solo por los gobernantes sino también por los gobernadores que prefieran una normatividad informal que se aplique discrecionalmente y con la que intrínsecamente vinculada con la anemia y se llama anomia, que se define como el conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación.

La dificultad para garantizar la seguridad pública también proviene de la anomia estatal, que en este caso se manifiesta en una deliberada confusión de papeles. El origen de esa situación anomica es la anemia del estado mexicano, que generalmente es más débil que los países primermundistas, ya que un estado precario tiene una identidad precaria. La causa de la catástrofe es la complicidad o la confusión de las estructuras del poder publico con las de los delincuentes.

Los políticos se acusan unos a otros de tener pactos con el narco con el mismo ímpetu con el que declaran que no los ha tenido nunca y que jamás los tendrán. Pactar con la delincuencia organizada es algo tan explicable como injustificable, y para contrarrestarlo se necesita contener la corrupción. Yo quiero que se aplique cabalmente la ley, que no haya ningún tipo de complicidades, ni de quienes se venden ni de quienes cierran los ojos, pero también es necesario que los mexicanos superemos nuestras contradicciones y tengamos una sana relación con la verdad.

El sexto capitulo llamado “El Pasaturo” nos habla que la historia es el único proceso que extrae luz de las tinieblas, la humanidad suele virar a ciegas, sin saber a donde va y a menudo ni siquiera a donde quiere ir, la mueve con mas frecuencia el impulso de desechar lo que ya no desea que la búsqueda de aquello con lo que habrá de sustituirlo, nuestra actual Carta Magna no es mas que el multifacético emblema de nuestra improvisación, en si todos los capítulos de nuestra historia han sido escritos sobre la marcha sin mayor planeación.

Estamos atrapados entre la negligencia y el relajo, no nos importa si las cosas se hacen bien o mal, todo nos vale madre, menos el desmadre, pero el asunto va mas allá, pareciera que de día vemos el pasado y de noche soñamos con el futuro. Entre el antes y el después dejamos un vacío que tenemos que saltar, y caemos por fuerza. Pero dirigir la imaginación al pasado no nos impide arrojar la memoria al futuro, si es un futuro escurridizo, desvinculado del pasado, es también un futuro memorizado en el pasado que imaginamos. Proyectamos deseos mas que aspiraciones, remembranzas ajenas mas que imágenes propias, hasta que la realidad que nos despierta.

En México es a menudo falseada o escondida, nos vamos como siempre al extremo, no difundimos el heroísmo y la traición dramatizados sino desnaturalizados. Nuestro pasado sigue litigio, no damos vuelta a la página porque nuestros adalides siguen colgados del péndulo, y nosotros volteamos hacia atrás y meneamos la cabeza sin poder concentrarnos en el futuro. México ha sido, una obra que no puede terminarse porque en cierto modo jamás inicio, los mexicanos hemos sido profetas que auguramos constantemente un pasado mejor. Nuestra bipolaridad jurídica e histórica son un pasado que añora el futuro y siempre habrá alambritos que brincar al presente y conservar la añoranza.

El séptimo capitulo “Centralismo Federalista” nos dice que el federalismo es una palabra prestigiada en México, que se convirtió paulatinamente en sinónimo de progreso pese a los embates del centralismo en sus breves paréntesis de jure y sus largos subrayados de facto. El sistema político mexicano se construyo, en torno a un poderío presidencial que se sustentaba primordialmente en reglas no escritas, y el federalismo acabo por convertirse en uno de los principios venerados en teoría.

Democratizar era federalizar, y viceversa, porque en medida en que hacíamos realidad nuestro federalismo avanzábamos en la democracia. El mexicano no quiere tener menos burros, solo quiere tener mucho mas olotes. Ya hay una serie de litigios políticos en los que democracia y federalismo se han vuelto enemigos. La formula de un federalismo mexicano que impida los abusos de los gobernadores y disminuya el costo de multiplicidades burocráticas esta por idearse.

La votación de nuestro federalismo constitucional la gano Ramos Arizpe, y nos convertimos en los Estados Unidos Mexicanos, nuestro país se llama así oficialmente porque cuando se elaboro la Constitución de 1824 era incontrastable la admiración por nuestro vecino del norte, pero en realidad no lo llamamos Estados Unidos Mexicanos sino solamente México. Por lo pronto sostengo que el nombre no escrito

de esta patria o fila nuestra debe ser su nombre escrito, y que México debe llamarse México. México siempre ha sido una republica federal.

La verdad es que la democratización mexicana ha corrido en dos carriles y a dos velocidades, a nivel nacional nos quejamos de las asignaturas pendientes.

El octavo capitulo llamado “Gringaderas y Gringonerias” nos habla que es muy difícil imaginar dos países menos compatibles que México y Estados Unidos en tratándose de compartir una frontera. Estados Unidos nos ha invadido varias veces con sus ejércitos y muchas más con sus inventos políticos y científicos y tecnológicos y culturales. En efecto tener de vecinos a los Estados Unidos es como dormir con un elefante porque hasta cuando se pone cariñoso nos puede aplastar y cuando se pode desconfiado nos puede dejar destrozados.

Por culpa de los carteles mexicanos y de la corrupción de nuestras autoridades, la mercancía que proviene del sur o de aquí mismo cruza nuestros cielos, mares o tierra llaga a algún punto de allá arriba. Pero vale creer que en los Estados Unidos, además de ser el principal consumidor del mundo, tiene un problema de narcotráfico menos notorio pero igual de grave que el de México.

El país que mas mexicanos quieren que se parezca a México es Estados Unidos, que es el mismo país al que más mexicanos quieren que nunca se asemeje.

El noveno capitulo llamado “El Mexiñol” trata sobre que le choque de culturas y l dominación

de una de ellas sobre la otra generaron en la sociedad mexicana muchas clandestinidades, el indio tuvo que esconder su cosmovisión, sus tradiciones, su apariencia y el mestizo aprendió también a guardar en secreto muchas cosas. El español de México esta hecho de sutilezas y de evasiones, de redundancias y criptografías.

Quienes aprenden que la franqueza pone en riesgo su supervivencia tienen dos opciones: la hipocresía o el silencio. Y el mexicano opta por un silencio hipócrita, que sofoca la voz a fuerza de excederla. También hay que decir que el lenguaje es la ventana de la racionalidad, la capacidad de expresión esta, vinculada con la inteligencia, particularmente al tipo de inteligencia más cercana a la abstracción y a la especulación. Podría decirse que el lenguaje es la razón del movimiento.

El modelo de educación cuenta muchísimo, el embrollo al hablar o las consecuencias de esas subversiones lingüísticas que algunos padecen provienen de una maraña conceptual que esta en la cabeza de la victima, y si mientras mas claridad mental y mas estructuración del pensamiento se inculquen en la escuela mejores dotes de oratoria se darán entre los estudiantes.

Es que lamentablemente aprendemos a decir mucho y poco para enredar a nuestro interlocutor y acabamos enredándonos nosotros mismos. El hecho es que decimos todo menos lo que queremos decir. Existe una zanja entre nuestros dichos y nuestros hechos, también entre nuestro pensamiento y nuestra expresión. El hecho es que apenas haya conexión entre lo que pensamos y lo que decimos, las demás personas nos malinterpretan. El mexicano es correcto con todo menos con la verdad. La realidad ha sido fuente de dolor y por eso la evadimos o nos desconectamos de ella.

El mexiñol es un instrumento para extender la forma y abreviar el fondo. Los mexicanos sacrificamos la realidad, nuestro lenguaje nos dificulta ser realistas, o nos facilita vivir en la irrealidad. El mexicano no habla con el propósito de decir lo que siente, lo que piensa o lo que hace, habla para fingir u ocultar sus sentimientos, ideas o hechos. Habla para callar.

El decimo capitulo llamado “El Evanescente Mestizo”, dice que el racismo es una de las mas deleznables manifestaciones del rechazo, es un reflejo de los peores rasgos del ser humano como lo son el egoísmo, la intolerancia, al miedo a lo desconocido. Ha sido causa de bárbaras agresiones, de exterminios y esclavitudes, pueblos enteros han sido brutalmente agredidos por ser y parecer diferentes.

No nos gusta admitirlo, pero el problema sigue aquí. A contrapelo de una educación publica formalmente indigenista e hispanófoba, se difunden en nuestra sociedad paradigmas culturales y arquetipos estéticos eróticos que denigran a la gran mayoría de la población.

A los mexicanos nos gusta engañarnos pensando que no somos racistas, pero la verdad es que aquí el racismo no solo existe sino que en cierto modo es peor que el que prevalece, efectivamente el criollo es rico y el indomestizo es pobre.

Para el mexicano la palabra “indio” sigue siendo un insulto, sinónimo de hombre incivilizado o tonto. En el fondo y en la superficie, nuestro racismo es hijo de nuestro problema de identidad, en efecto, el choque de culturas y la incomunicación impidió por mucho tiempo la conformación de la nación mexicana.

Para el criollaje conservador, el mestizo es una versión descafeinada del indígena y en consecuencia un ser igualmente despreciable, el mexicano dice estar orgulloso de su raíz prehispánica pero se avergüenza de ella. Nuestra realidad ha sido madrastra de nuestra imaginación, porque la ha educado a regañadientes y con frecuencia, ha restringido su acción y coartado su libertad.

Justo cuando creíamos haber logrado la cifra de nuestra identidad, nos volvemos a bifurcar, retornamos sin haberla abandonado, a la esquizofrenia.

La falta de unificación de nuestras raíces culturales y de la carga que unos trajeron y otros exacerbamos, nace el mexicano. La mexicanidad esta partida porque como México, emergió con una falta geológica que la atraviesa de arriba abajo, no es que nos falte conciencia nacional, sino que en cierto sentido nos sobra.

Nosotros somos descendientes de mestizos marcados inicialmente por la bastardía y el desplazamiento, aparte sumemos a ese desconcierto la perpetuación de una inquietud social sustentada en la correlación entre raza y clase, que se convirtió en la cuña que mantiene expuesta la fractura, y obtendremos al mexicanos.

Los seres humanos de todas las nacionalidades somos maestros del autoengaño, pero los mexicanos conformamos una potencia mundial en esta disciplina, tenemos una pésima relación con la realidad. Pero si hemos de construir un país en el que la corrupción sea excepción y no regla, hay que desembocar todos nuestros esfuerzos en realismo y congruencia.

Conclusión:

El libro que nos dejo el maestro se me hizo interesante porque te muestra lo que piensa el escritor en base a el país de México y como han afectado esas cosas a nuestra cultura y a las personas que habitamos en este país.

Para mí la esquizofrenia de nosotros es debido al resultado de nuestras crisis de identidad y de pertenencia que sufrimos día con día en nuestros diferentes ámbitos, en México queramos o no aun es un país muy racista que no trata a todas las personas por igual, pesando que son superiores a las personas que discriminan, pero aun así dicen que México no es un país racista, pero es mucho más grave el problema que en otro lugares, a las personas que mas discriminan son los indios y lo catalogan con un tonto y descafeinado.

También que te muestra que a pesar de todos los esfuerzos que ha hecho México para no dejarse influenciar por los Estados Unidos, aun así no ha conseguido mucho porque cada vez Estados Unidos saca al mercado mejores cosas que llaman la atención de la población mexicana a un precio mucho más económico, también comenta que muchos mexicanos quieren que se forme una sola nación con los Estados Unidos.

Otra de las cosas que te presenta es que en México hay mucha ilegalidad, donde aquí los mexicanos honestos son los que pagan los crímenes de los malos, donde aquí se premia la corrupción en todos los casos y no se respetan las leyes, porque los gobernantes piensan que si no ejercen las leyes será más fácil no alborotar a la población y así se evitarían los levantamientos de las personas.

Aquí lamentablemente se premian a los corruptos y eso para mí está mal ya que como vamos a lograr un México mejor, si se siguen apoyando la corrupción, por eso se debe cambiar la forma de educación de los niños y enseñarles con nuestros ejemplos los valores de honestidad, honradez, valentía, para así cambiar el rumbo de México.

También que nosotros los mexicanos aun vivimos en el pasado y no podemos avanzar hacia el futuro, para nosotros soñar si nos cuesta mucho, porque en realidad nosotros no soñamos con ese realismo y siempre imaginamos cosas que no podrán pasar, no pensamos en nuestras metas a futuro y todas las cosas que hacemos las realizamos sin pensar en las consecuencias que nos traerán.

Para mi sinceramente se me hace un libro muy interesante y me llamo la atención, este libro si me gusto que me dejara lee

Una reflexión sobre la mexicanidad a partir de hechos históricos y sucesos actuales. Este libro es un ensayo sobre quién es y cómo es el mexicano. En él se cuestionan muchas de las inquietudes que nos hacemos como ciudadanos comunes corrientes. Como el hecho mismo de que lamentemos cotidianamente nuestra actitud personal y conducta colectiva frente al país, pero la mayor parte de las veces nuestra postura sea la indiferencia y conformismo.

Para nada nos es ajeno como dice el autor que somos buenos para exigir nuestros derechos pero evitamos nuestros deberes, que nos quejamos de las deficiencias del Estado pero evadimos nuestras obligaciones ciudadanas.

El Doctor Agustín Basave profundiza sobre estas preguntas:

¿Qué es lo que nos mueve? ¿Qué hay entre el instinto de supervivencia y el afán de plenitud? ¿Qué es lo que marca la diferencia entre las personas que viven bajo la ley del mínimo esfuerzo y quienes se desgañitan por superarse y llegar más lejos? Y más allá del anhelo de triunfo, ¿qué separa a los corruptos y a los conformistas de los honestos y de los perfeccionistas? O más acá de la ambición, ¿qué distingue a los improvisados de los previsores? ¿De dónde provienen el desánimo y el impulso, la desazón y la paz interior?

Basave nos ilumina a la luz de la historia acerca de nuestra dualidad entre lo que aspiramos personal y colectivamente y lo que representa realmente nuestra forma de actuar. Nuestra esquizofrenia radica en querer ser de una forma y comportarnos de otra:

¿Para qué cumplir la ley si es mucho más rentable violarla? Si respondiéramos a esas preguntas encogiéndonos de hombros las cosas serían más sencillas. El problema es que decimos que no, que no hay que renunciar a los ideales ni a la legalidad y, al mismo tiempo, seguimos actuando como si no existieran.

Cuando el autor se preguntó por qué México no es una nación de primer mundo, por qué hay pueblos más disciplinados y dispuestos a trabajar que el nuestro, por qué nuestra la economía no parece brindarnos ni bonanza, ni bienestar o por qué la justicia o las leyes son inoperantes frente a nuestra realidad; descubrió un hilo conductor que lo lleva por muchas vertientes de estudio y que se explican capítulo a capítulo.

El tema es la deshonestidad... la corrupción... ¿Y desde cuándo somos así, esquizofrénicos, duales, mexiJanos cómo dice Basave? De acuerdo con su investigación quedamos marcados desde la Colonia. Y, a partir de entonces y de ello, el autor analiza las muchas de las circunstancias en las que nuestro comportamiento social es contradictorio, discordante o incoherente. ¿Por qué ejercemos la deshonestidad con estricto apego a derecho?

Este es un texto que nos lleva a la reflexión seria en torno a la mentalidad que nos mantiene en el subdesarrollo y cuáles son nuestros defectos idiosincrásicos. Es un examen sobre la mexicanidad y sí, unos más, otros menos, pero todos somos el problema y lo seguiremos siendo mientras prevalezca la funcionalidad de la corrupción con sus raíces históricas e inercias culturales.

Ser más honrados, menos tramposos, más respetuosos de la ley, menos egoístas, más responsables, menos improvisados, más ahorrativos, menos desordenados, más innovadores, menos impuntuales, volvernos mucho más exigentes de calidad en lo que hacemos, elevaría nuestro bienestar y haría a nuestro país más próspero en todos sentidos.

“Mexicanidad y Esquizofrenia”

de Agustín Basave

El libro fue escrito por Agustín Basave y trata sobre lo siguiente:

En el primer capitulo llamado “Prolegómeno esquizoides”, nos habla de que los mexicanos tenemos caracteres de esquizofrenios, ya que muchos tenemos un vacío mental que no nos permite unir nuestros sueños con los hechos que están. Nos dice que los mexicanos nos parecemos al soñador escéptico ya que no sabemos soñar. Ya que si no creemos en ese sueño no se nos cumplirá y así tendremos mas sueños, pero si no luchamos por ellos como lo vamos a conseguir.

La esquizofrenia que tienen muchos mexicanos es de acuerdo a su religiosidad, ya que se van de un fatalismo a una fe esperanzadora. Pero la verdad que nos falta a los mexicanos es soñar con realismo. En el mundo de las personas con escrúpulos siempre estarán en desventaja para conseguir sus sueños.

Lamentablemente en México no se siguen las leyes de acuerdo a como están establecidas, ya que algunos de los gobiernos tienen miedo de ejercer esas leyes por miedo a que el pueblo se levante en contra de ellos. En realidad los mexicanos somos unas personas que exigimos nuestros derechos pero huimos de nuestros deberes, también nos habla sobre una explicación de las rebeliones y piensa que son producto de las frustraciones causadas por la injusticia que hay con las personas.

La triste realidad es que aquí en el país de México soñar si cuesta mucho.

En segundo capitulo llamado “Agrafia Jurídica”, comenta que la buena norma es la que se acerca a las personas a un comportamiento honrado. Ya que la norma tiene un valor muy grande que no debemos de desdeñar y que sin ella no podríamos moldear una realidad.

Pero las normas resultan un poco complejas y produce que haiga corrupción, ya que entre mas grave sea el problema los diferentes burócratas piden a cambio algo para olvidar dicho problema. Existen dos dimensiones del modus operandi de la corrupción mexicanas: ya que en la Constitución hay leyes prácticamente inaplicables y en las leyes secundarias y los reglamentos existen una gran cantidad de requisitos que hacen muy difícil su cumplimiento.

Estas dos circunstancias contribuyen a distanciar las normas con la realidad y ambas proporcionan que ese vacío que dejan se llene con reglas no escritas.

Un ejemplo de que en la Constitución hay leyes inaplicables, es sobre la educación, ya que estipula que debe ser laica, ya que el gobierno pretendía impedir que los jerarcas de la iglesia se metieran en los asuntos de la política y que influyeran en la educación de los niños. Pero a pesar de esto seguía habiendo escuelas en donde se enseñaba de acuerdo a como decía la iglesia, pero el gobierno decidía no hacer nada.

Un ejemplo de la segunda se podría decir que es mas fácil dar una mordida por incumplir las leyes, que ir a pagar esa multa ya que es un gran tiempo perdido.

Lamentablemente en México es más fácil ser corrupto que honrado, ya que el corrupto rechaza la legalidad pero no pretende cambiarla.

Hoy en día los mexicanos tenemos que luchar contra un enemigo adicional, que somos nosotros mismos, ya que como lograremos cambiar esto a las futuras generaciones, si la costumbre, la tradición, el soterrando del culto a la transa hace que nos eduquemos funcionalmente a nuestros niños para la honradez y así cambiemos el rumbo de México.

El tercer capitulo se llama “El Corrupto Legal” trata sobre la deshonestidad que hay en el ambiente político. Ya que en México existen muchos políticos corruptos que se dejan guiar con que tienen que hacer dinero cuando tengas la oportunidad aunque en ese momento no lo necesites.

Los corruptos antes se defendían diciendo sobre la dignidad de la cosa publica y hasta el patriotismos (bueno aunque a esto no le entendí muy bien), el corrupto legal siempre se asegura de validar en el orden jurídico sus fechorías y sus recursos mal habidos para que nadie pueda cobrar facturas, estamos hablando del campeón de la deshonestidad con estricto apego al derecho. Otra de las cosas que no se realiza con justicia es con demasiada frecuencia se castiga al bueno y proclamamos a los malos.

Los políticos corruptos mantuvieron la preocupación por cuidar que su escudo legal no tuviera ningún orificio, pero como la sociedad se fue politizando y empezó a ejercer voz y voto, los políticos decidieron incrementar la complejidad de su lenguaje técnico hasta hacerlo incomprensible.

Los hombres de negocios siempre buscan el lucro como el político, ya que buscan maximizar sus ganancias, estos comparten una obsesión y tienen la misma hipocresía franca que tienen desde niños. Para el corrupto legal mexicano hay valores útiles e inútiles. Los útiles son los que puede hacerlos progresar a corto, medio y largo plazo, como la valentía y la lealtad; mientras que los inútiles son aquellos que los hacen retroceder, como la honradez y la sinceridad.

Pero aunque en el país hay ciudadanos admirablemente íntegros, la mayoría acepta el juego de las reglas no escritas e ilegalidades que hay en nuestra vida política, económica y social.

En el cuarto capítulo llamado “Represión o lenidad” trata que la persona responsable de contrarrestar la predisposición a la corrupción es quien ejerce la autoridad, los lideres sindicales, los políticos y los empresarios suelen reflejar a la sociedad que están dirigiendo. Nosotros los mexicanos parecemos estar atrapados entre la represión y la lenidad, pero lamentablemente en México las personas hacen la justicia por su propia mano, la mayoría de los gobernantes deciden no emplear la fuerza publica porque la mayoría quiere que se aplique la ley a los lideres sindicales, por eso prefieren no hacer nada.

Las multitudes que se vuelven criminales y que absuelven así mismas con argumentos justicieros, su

poder es autoabsolutario no proviene únicamente de su cantidad sino también de su calidad. Pero en realidad no debemos de saber porque se da un linchamiento y la respuesta mas frecuente es la injusticia, la impunidad, la negligencia publica, entre otras. Además de la ira acumulada por los individuos y multiplicada por la masa desinhibe y despierta los peores instintos. En México hace falta una cultura de la legalidad, nuestro concepto de legitimidad de la violencia del estado es ambiguo, en el la violencia combina con la rebeldía y rara vez se trata de obedecer la ley y rebelarse contra la ilegalidad.

Uno de los grandes problemas del mexicano es el egoísmo, además de que trata de un problema del sentido de pertenencia y de propiedad: lo que es de todos no es de nadie.

El quinto capitulo llamado “Anemia y Anomia”, nos dice que nuestro país padece de una anemia estatal, que es una enfermedad causada por la infección autócrata y la hemorragia neoliberal, cuyos síntomas son palpitaciones de injusticia, taquicardia de corrupción y depresión o disfuncionalidad de leyes e instituciones, todos estos son reflejados en gran debilidad. Nuestra endeblez legal e institucional no ha sido provocada solo por los gobernantes sino también por los gobernadores que prefieran una normatividad informal que se aplique discrecionalmente y con la que intrínsecamente vinculada con la anemia y se llama anomia, que se define como el conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación.

La dificultad para garantizar la seguridad pública también proviene de la anomia estatal, que en este caso se manifiesta en una deliberada confusión de papeles. El origen de esa situación anomica es la anemia del estado mexicano, que generalmente es más débil que los países primermundistas, ya que un estado precario tiene una identidad precaria. La causa de la catástrofe es la complicidad o la confusión de las estructuras del poder publico con las de los delincuentes.

Los políticos se acusan unos a otros de tener pactos con el narco con el mismo ímpetu con el que declaran que no los ha tenido nunca y que jamás los tendrán. Pactar con la delincuencia organizada es algo tan explicable como injustificable, y para contrarrestarlo se necesita contener la corrupción. Yo quiero que se aplique cabalmente la ley, que no haya ningún tipo de complicidades, ni de quienes se venden ni de quienes cierran los ojos, pero también es necesario que los mexicanos superemos nuestras contradicciones y tengamos una sana relación con la verdad.

El sexto capitulo llamado “El Pasaturo” nos habla que la historia es el único proceso que extrae luz de las tinieblas, la humanidad suele virar a ciegas, sin saber a donde va y a menudo ni siquiera a donde quiere ir, la mueve con mas frecuencia el impulso de desechar lo que ya no desea que la búsqueda de aquello con lo que habrá de sustituirlo, nuestra actual Carta Magna no es mas que el multifacético emblema de nuestra improvisación, en si todos los capítulos de nuestra historia han sido escritos sobre la marcha sin mayor planeación.

Estamos atrapados entre la negligencia y el relajo, no nos importa si las cosas se hacen bien o mal, todo nos vale madre, menos el desmadre, pero el asunto va mas allá, pareciera que de día vemos el pasado y de noche soñamos con el futuro. Entre el antes y el después dejamos un vacío que tenemos que saltar, y caemos por fuerza. Pero dirigir la imaginación al pasado no nos impide arrojar la memoria al futuro, si es un futuro escurridizo, desvinculado del pasado, es también un futuro memorizado en el pasado que imaginamos. Proyectamos deseos mas que aspiraciones, remembranzas ajenas mas que imágenes propias, hasta que la realidad que nos despierta.

En México es a menudo falseada o escondida, nos vamos como siempre al extremo, no difundimos el heroísmo y la traición dramatizados sino desnaturalizados. Nuestro pasado sigue litigio, no damos vuelta a la página porque nuestros adalides siguen colgados del péndulo, y nosotros volteamos hacia atrás y meneamos la cabeza sin poder concentrarnos en el futuro. México ha sido, una obra que no puede terminarse porque en cierto modo jamás inicio, los mexicanos hemos sido profetas que auguramos constantemente un pasado mejor. Nuestra bipolaridad jurídica e histórica son un pasado que añora el futuro y siempre habrá alambritos que brincar al presente y conservar la añoranza.

El séptimo capitulo “Centralismo Federalista” nos dice que el federalismo es una palabra prestigiada en México, que se convirtió paulatinamente en sinónimo de progreso pese a los embates del centralismo en sus breves paréntesis de jure y sus largos subrayados de facto. El sistema político mexicano se construyo, en torno a un poderío presidencial que se sustentaba primordialmente en reglas no escritas, y el federalismo acabo por convertirse en uno de los principios venerados en teoría.

Democratizar era federalizar, y viceversa, porque en medida en que hacíamos realidad nuestro federalismo avanzábamos en la democracia. El mexicano no quiere tener menos burros, solo quiere tener mucho mas olotes. Ya hay una serie de litigios políticos en los que democracia y federalismo se han vuelto enemigos. La formula de un federalismo mexicano que impida los abusos de los gobernadores y disminuya el costo de multiplicidades burocráticas esta por idearse.

La votación de nuestro federalismo constitucional la gano Ramos Arizpe, y nos convertimos en los Estados Unidos Mexicanos, nuestro país se llama así oficialmente porque cuando se elaboro la Constitución de 1824 era incontrastable la admiración por nuestro vecino del norte, pero en realidad no lo llamamos Estados Unidos Mexicanos sino solamente México. Por lo pronto sostengo que el nombre no escrito

de esta patria o fila nuestra debe ser su nombre escrito, y que México debe llamarse México. México siempre ha sido una republica federal.

La verdad es que la democratización mexicana ha corrido en dos carriles y a dos velocidades, a nivel nacional nos quejamos de las asignaturas pendientes.

El octavo capitulo llamado “Gringaderas y Gringonerias” nos habla que es muy difícil imaginar dos países menos compatibles que México y Estados Unidos en tratándose de compartir una frontera. Estados Unidos nos ha invadido varias veces con sus ejércitos y muchas más con sus inventos políticos y científicos y tecnológicos y culturales. En efecto tener de vecinos a los Estados Unidos es como dormir con un elefante porque hasta cuando se pone cariñoso nos puede aplastar y cuando se pode desconfiado nos puede dejar destrozados.

Por culpa de los carteles mexicanos y de la corrupción de nuestras autoridades, la mercancía que proviene del sur o de aquí mismo cruza nuestros cielos, mares o tierra llaga a algún punto de allá arriba. Pero vale creer que en los Estados Unidos, además de ser el principal consumidor del mundo, tiene un problema de narcotráfico menos notorio pero igual de grave que el de México.

El país que mas mexicanos quieren que se parezca a México es Estados Unidos, que es el mismo país al que más mexicanos quieren que nunca se asemeje.

El noveno capitulo llamado “El Mexiñol” trata sobre que le choque de culturas y l dominación

de una de ellas sobre la otra generaron en la sociedad mexicana muchas clandestinidades, el indio tuvo que esconder su cosmovisión, sus tradiciones, su apariencia y el mestizo aprendió también a guardar en secreto muchas cosas. El español de México esta hecho de sutilezas y de evasiones, de redundancias y criptografías.

Quienes aprenden que la franqueza pone en riesgo su supervivencia tienen dos opciones: la hipocresía o el silencio. Y el mexicano opta por un silencio hipócrita, que sofoca la voz a fuerza de excederla. También hay que decir que el lenguaje es la ventana de la racionalidad, la capacidad de expresión esta, vinculada con la inteligencia, particularmente al tipo de inteligencia más cercana a la abstracción y a la especulación. Podría decirse que el lenguaje es la razón del movimiento.

El modelo de educación cuenta muchísimo, el embrollo al hablar o las consecuencias de esas subversiones lingüísticas que algunos padecen provienen de una maraña conceptual que esta en la cabeza de la victima, y si mientras mas claridad mental y mas estructuración del pensamiento se inculquen en la escuela mejores dotes de oratoria se darán entre los estudiantes.

Es que lamentablemente aprendemos a decir mucho y poco para enredar a nuestro interlocutor y acabamos enredándonos nosotros mismos. El hecho es que decimos todo menos lo que queremos decir. Existe una zanja entre nuestros dichos y nuestros hechos, también entre nuestro pensamiento y nuestra expresión. El hecho es que apenas haya conexión entre lo que pensamos y lo que decimos, las demás personas nos malinterpretan. El mexicano es correcto con todo menos con la verdad. La realidad ha sido fuente de dolor y por eso la evadimos o nos desconectamos de ella.

El mexiñol es un instrumento para extender la forma y abreviar el fondo. Los mexicanos sacrificamos la realidad, nuestro lenguaje nos dificulta ser realistas, o nos facilita vivir en la irrealidad. El mexicano no habla con el propósito de decir lo que siente, lo que piensa o lo que hace, habla para fingir u ocultar sus sentimientos, ideas o hechos. Habla para callar.

El decimo capitulo llamado “El Evanescente Mestizo”, dice que el racismo es una de las mas deleznables manifestaciones del rechazo, es un reflejo de los peores rasgos del ser humano como lo son el egoísmo, la intolerancia, al miedo a lo desconocido. Ha sido causa de bárbaras agresiones, de exterminios y esclavitudes, pueblos enteros han sido brutalmente agredidos por ser y parecer diferentes.

No nos gusta admitirlo, pero el problema sigue aquí. A contrapelo de una educación publica formalmente indigenista e hispanófoba, se difunden en nuestra sociedad paradigmas culturales y arquetipos estéticos eróticos que denigran a la gran mayoría de la población.

A los mexicanos nos gusta engañarnos pensando que no somos racistas, pero la verdad es que aquí el racismo no solo existe sino que en cierto modo es peor que el que prevalece, efectivamente el criollo es rico y el indomestizo es pobre.

Para el mexicano la palabra “indio” sigue siendo un insulto, sinónimo de hombre incivilizado o tonto. En el fondo y en la superficie, nuestro racismo es hijo de nuestro problema de identidad, en efecto, el choque de culturas y la incomunicación impidió por mucho tiempo la conformación de la nación mexicana.

Para el criollaje conservador, el mestizo es una versión descafeinada del indígena y en consecuencia un ser igualmente despreciable, el mexicano dice estar orgulloso de su raíz prehispánica pero se avergüenza de ella. Nuestra realidad ha sido madrastra de nuestra imaginación, porque la ha educado a regañadientes y con frecuencia, ha restringido su acción y coartado su libertad.

Justo cuando creíamos haber logrado la cifra de nuestra identidad, nos volvemos a bifurcar, retornamos sin haberla abandonado, a la esquizofrenia.

La falta de unificación de nuestras raíces culturales y de la carga que unos trajeron y otros exacerbamos, nace el mexicano. La mexicanidad esta partida porque como México, emergió con una falta geológica que la atraviesa de arriba abajo, no es que nos falte conciencia nacional, sino que en cierto sentido nos sobra.

Nosotros somos descendientes de mestizos marcados inicialmente por la bastardía y el desplazamiento, aparte sumemos a ese desconcierto la perpetuación de una inquietud social sustentada en la correlación entre raza y clase, que se convirtió en la cuña que mantiene expuesta la fractura, y obtendremos al mexicanos.

Los seres humanos de todas las nacionalidades somos maestros del autoengaño, pero los mexicanos conformamos una potencia mundial en esta disciplina, tenemos una pésima relación con la realidad. Pero si hemos de construir un país en el que la corrupción sea excepción y no regla, hay que desembocar todos nuestros esfuerzos en realismo y congruencia.

Conclusión:

El libro que nos dejo el maestro se me hizo interesante porque te muestra lo que piensa el escritor en base a el país de México y como han afectado esas cosas a nuestra cultura y a las personas que habitamos en este país.

Para mí la esquizofrenia de nosotros es debido al resultado de nuestras crisis de identidad y de pertenencia que sufrimos día con día en nuestros diferentes ámbitos, en México queramos o no aun es un país muy racista que no trata a todas las personas por igual, pesando que son superiores a las personas que discriminan, pero aun así dicen que México no es un país racista, pero es mucho más grave el problema que en otro lugares, a las personas que mas discriminan son los indios y lo catalogan con un tonto y descafeinado.

También que te muestra que a pesar de todos los esfuerzos que ha hecho México para no dejarse influenciar por los Estados Unidos, aun así no ha conseguido mucho porque cada vez Estados Unidos saca al mercado mejores cosas que llaman la atención de la población mexicana a un precio mucho más económico, también comenta que muchos mexicanos quieren que se forme una sola nación con los Estados Unidos.

Otra de las cosas que te presenta es que en México hay mucha ilegalidad, donde aquí los mexicanos honestos son los que pagan los crímenes de los malos, donde aquí se premia la corrupción en todos los casos y no se respetan las leyes, porque los gobernantes piensan que si no ejercen las leyes será más fácil no alborotar a la población y así se evitarían los levantamientos de las personas.

Aquí lamentablemente se premian a los corruptos y eso para mí está mal ya que como vamos a lograr un México mejor, si se siguen apoyando la corrupción, por eso se debe cambiar la forma de educación de los niños y enseñarles con nuestros ejemplos los valores de honestidad, honradez, valentía, para así cambiar el rumbo de México.

También que nosotros los mexicanos aun vivimos en el pasado y no podemos avanzar hacia el futuro, para nosotros soñar si nos cuesta mucho, porque en realidad nosotros no soñamos con ese realismo y siempre imaginamos cosas que no podrán pasar, no pensamos en nuestras metas a futuro y todas las cosas que hacemos las realizamos sin pensar en las consecuencias que nos traerán.

Para mi sinceramente se me hace un libro muy interesante y me llamo la atención, este libro si me gusto que me dejara lee

...

Descargar como  txt (94.1 Kb)  
Leer 61 páginas más »
txt