Varios Idiomas N Un Medio No Equivalen A Interculturalida
abelardoc19 de Agosto de 2013
2.937 Palabras (12 Páginas)408 Visitas
¿Varios idiomas en un medio no equivalen a interculturalidad? depende
Franz G. Laime Pérez[1]
Este trabajo está inspirado en un programa de televisión llamado Refundación que fue difundido el mes de junio de 2009 por Canal 7, dirigido por Claudia Benavente, quien señalaba que el hecho de tener varios idiomas en un medio de comunicación no significaba practicar la interculturalidad. Depende, personalmente relativizaría esa afirmación.
La práctica de la interculturalidad en los medios en general, para ser tal, no necesariamente tiene que cumplirse al pie de la letra, la interculturalidad contiene muchos elementos que lo componen para manifestarse, entre ellos: “los usos y costumbres, saberes y conocimientos, ciencia y tecnología, y -por supuesto- lengua e idioma” (CEA 2003), por el carácter integral de la vida es muy difícil que una parte se manifieste por separado, siempre se acompaña de otros elementos, es decir la lengua no va sola como veremos más adelante. Y seguidamente, implica una serie de etapas como la intraculturalidad, la multiculturalidad y posteriormente la interculturalidad.
Una mirada histórica
Lo que actualmente refleja la gran mayoría de los medios de comunicación es producto de su pasado inmediato. Es decir, son el reflejo del estado colonial y republicano que trató de ignorar la presencia de otras culturas, de otras formas de vida, de otras concepciones, cosmovisiones y lenguas. Recordemos que quienes detentaron y heredaron el poder político-económico son los actuales dueños y grandes empresarios de medios. Por tanto, en la colonia el colonizador eligió una lengua para sus propósitos como parte de su política lingüística, por ejemplo, en la colonia la “lengua de conquista fue el español y quechua de uso obligatorio para la población indígena conquistada y por conquistar” (Llanque 1990: 21)[2], en el estado republicano el español prevaleció y fue implementado a raja tabla por todos los mecanismos estatales posibles, entre ellos, las instituciones del estado y la educación, al que directamente apoyaron los medios de comunicación con sus contenidos alienantes y enajenantes. Reitero que la lengua no viene sola, con ella viene una implícita composición gramatical y semántica propia. Se debe anotar que la intención de tener una cultura homogénea estaba ligada a una forma de vida eurocéntrica (Dussel 1992), que tenía una percepción del desarrollo monocultural, donde lo diverso representaba y aún representa un obstáculo para sus fines, según sus filósofos. La realidad histórica vivida presenta numerosos casos de comunidades lingüístico-culturales en vías de desaparición, que Bonfil Batalla (1987: 51) lo interpreta como “casos dramáticos de pueblos en riesgo de extinción, asediados por la acción secular de las fuerzas etnocidas”, encubiertas por los gobiernos de turno que no comprendieron ni respetaron al otro.
Conviene realizar una mirada al pasado de los medios en Bolivia, recordemos que en la historia del desarrollo de los medios impresos, radiales y televisivos, en esta parte del continente, prevaleció el idioma español muy a pesar de las poblaciones originarias que también tenían sus propios idiomas. No debemos olvidar que los primeros medios que incorporaron las lenguas originarias fueron las radios, según el maestro Jaime Reyes Velásquez (1990: 18) las primeras radios aymaras en La Paz desde 1950, que emitieron en idiomas originarios, son “Agustín Aspiazu, La Cruz de Sur, siguiendo más tarde radio Altiplano. Esta emisora, emitió en 1957, por primera vez, un 'radioteatro' en Aymara”. Entre las primeras radioemisoras que llegaron al área rural con mayor porcentaje de programación en Aymara, estuvieron; radio Méndez, San Gabriel y más adelante en 1959 Pío XII en Quechua. En muchos casos los programas en lenguas originarias se emitían en la madrugada, “mientras el patrón dormía, desde las 4 hasta las 7 de mañana” según Fermín Pacosillo (Ex – Presidente de la Asociación Provincial de Radios Comunitarias APRAC-BOLIVIA).
Respecto a medios escritos, se puede afirmar que el primer periódico escrito en lenguas nativas fue publicado en 1982, su nombre “Jayma”, que inicialmente fue bilingüe en Aymara-Español y luego trilingüe, es decir, en Aymara-Quechua-Español. Posteriormente durante la década de 1990 “Jumampi Jayma” escrito en lengua Aymara, publicado junto al matutino católico Presencia. Ya en la década de 2000 salió a la luz “Kimsa Pacha” escrito en Aymara, Quechua, Guaraní y otras lenguas amazónicas, publicado junto al periódico La Prensa. Este último con apoyo de la cooperación internacional y monitoreado por los Consejos Educativos de los Pueblos Originarios (CEPO’s).
En televisión la presencia de lenguas originarias, desde un punto de vista personal, tiene sus antecedentes en Radio Televisión Popular más conocido como RTP canal 4, desde finales de la década de 1980, con su famosa Tribuna Libre del Pueblo. Antes hubo algunos intentos de desarrollar programas de entretenimiento en el canal estatal y algunas privadas durante esta década. Pero en la década de 1990, luego del éxito de RTP aparecieron productores de programas televisivos en lenguas originarias, pero considero que desde el año 2000 en Bolivia se produjo el “boom” de los programas en lenguas originarias en la televisión y más aún a partir del año 2003 que además de representar la mayor rebelión impulsada por el pueblo alteño[3] en esta década, también significó la recuperación y revitalización de la identidad con mucha fuerza y por supuesto que los programas se multiplicaron rápidamente en los canales, a excepción de algunos que pertenecen a grupos oligárquicos.
El hecho de trabajar por una comunicación horizontal (Beltrán 2000), en el que conjuguen e interactúen varios idiomas con sus propias lógicas de vida, tuvo un largo proceso con sus particularidades como se pudo advertir. Según Ronald Grebe (Ex Director de la carrera de Comunicación Social - UCB) en Bolivia existen aproximadamente 130 canales de televisión, 600 radios en todo el país y 30 periódicos, cabe preguntarse ¿cuántos medios son bilingües o trilingües? ¿Cuántos de ellos responde a un país beneficiado por la diversidad? ¿Cuántos de ellos producen programas en función de las lenguas originarias que prevalecen en sus regiones? (ALER 1996) ¿Cuántos de ellos respetan el contexto inmediato en que se desenvuelven? ¿Cuántos periodistas que trabajan con una mirada intercultural existen? Exceptuando a las Radios Comunitarias[4] y las emisoras de los Pueblos Originarios[5], seguro pocos.
Para muestra de lo que afirmamos en el anterior párrafo, algunos periodistas se olvidaron de ponerse en los zapatos del otro, del interlocutor. Vi un programa en Cadena A en el que se debatía el caso de los campesinos de Huat’ajata y la toma de un chalet propiedad de un indígena político acusado de traición a su pueblo. En este programa el periodista se asemejaba al abogado defensor del supuesto afectado e increpaba con mucha saña en su lengua hegemónica dominante (castellano) al dirigente indígena que tenía muy poca competencia lingüística en el castellano. Si bien el aymara es bilingüe la competencia lingüística en porcentaje no es la misma para las lenguas que uno sabe, el hombre trataba de explicar escasamente en el poco español que hablaba, mientras el otro muy ferozmente atropellaba, de rato en rato, en su idioma al hermano indígena con preguntas en su castellano técnico de palabras rebuscadas. Y me puse a meditar si ese dirigente indígena le respondía en aymara, y si también le formulaba preguntas al periodista en aymara, seguro se hubieran desnudado las debilidades de ese periodista. Me imagino el rostro de incertidumbre que hubiera puesto el periodista ante la incapacidad de hablar siquiera unas palabras en aymara, seguro se hubiera producido un silencio sepulcral o directamente hubiera mandado a pausa publicitaria para no seguir quedando en ridículo por su total desconocimiento del idioma del otro, con quien supuestamente quiere interactuar. Ese periodista, seguro debe dominar otras lenguas, debe hablar también el inglés, pero que a la hora de la verdad no le sirven mucho para el contexto y las personas con las que tiene que tratar para desempeñar su trabajo diariamente, por ello se hace necesario conocer al otro, no solo sus costumbres sino también su idioma. Muchos periodistas de varios medios aún se encuentran en esta lamentable desventaja, no tienen competencia lingüística en idiomas originarios, no saben la lengua originaria predominante en sus regiones o lugares de trabajo. En esas condiciones se hace difícil construir un diálogo intercultural sostenido por sujetos libres y con iguales derechos.
Pero también es importante que para ejercer la labor periodística intercultural se hace indispensable trabajar un aspecto clave como es la intraculturalidad. Recapitulemos que La negación del otro en los medios es la negación de uno mismo.
La intraculturalidad previo a la interculturalidad
La intraculturalidad es vista como un proceso de auto reconocimiento antes de ir al encuentro con el interlocutor, para entender al otro, para conocer al otro pueblo-cultura primero hay que saber lo nuestro, lo propio. Entonces, para los periodistas descendientes de pueblos originarios, solo teniendo suficiente base de nuestros conocimientos aymaras, quechuas, guaraníes, etc. podremos entender el pensamiento occidental, y viceversa. Entonces, se producirá un empate igual a horizontalidad, entonces recién podremos hablar de una plena práctica de interculturalidad,
...