Amor A Pinceladas
Gabb_Rivera26 de Noviembre de 2014
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AMOR A PINCELADAS
Espero una salida feliz y espero no volver jamás.
Frida Kahlo
Analizar la relación de Frida Kahlo y Diego Rivera fue para mí una experiencia única y dolorosa, porque en unas partes de lo que leí, muchas cosas se profundizaron como una herida abierta que duele, pero que es algo único que jamás se podrá igualar u olvidar. No fue fácil escoger el tema. Desde un principio tenía solo la idea de exponer la vida de ella, pero al ir leyendo su diario me encontré con una persona que la marcó, el famoso Diego, mejor conocido por ella como el amor de su vida.
Actualmente, algunas personas dicen que Frida y Diego estaban locos, que lo que tenían no era amor sino un capricho para ver quién podía ser el mejor, lo que yo digo es que como ellos no hay dos que se les iguale. Ninguna persona actualmente aceptaría que su pareja tuviera amantes, bueno yo no lo aceptaría, también depende de la mentalidad de cada quien, porque yo he conocidos gente en mi comunidad que acepta las infidelidades de su pareja y aun así las perdonan, pero repito depende de la mentalidad de cada quien.
Este trabajo está titulado Amor a pinceladas. Nos lleva a un mundo donde salen las verdades a relucir sobre una relación muy caótica, donde las infidelidades estaban a la orden del día. El amor no era el tema principal, ante todo el dolor de Frida y la pasión de ambos, nos llevan a un mundo bizarro y fuera de lo común. Toco los temas más importantes, como la sexualidad de ella, las aventuras extramaritales de ambos y una pequeña reflexión sobre las relaciones sentimentales en el siglo XX, aquí en México.
En la primera parte de mi ensayo, hablo sobre los problemas que existían en siglo XX, sobre el machismo, el levantamiento de voz de las mujeres y sobre cómo cambio la idea sobre las relaciones de pareja. Por consiguiente inicio a hablar sobre las múltiples relaciones, fuera y dentro de su matrimonio que tuvieron Diego Rivera y Frida Kahlo. Al final planteo una opinión acerca de a quién le perjudicó más esta relación y el tipo de vínculo amoroso que tenían.
Mi aportación sobre el tema que elegí es aclararles que un amor como el de Diego y Frida no es único, se da mucho actualmente. Pero en la época donde ellos se desempeñaban no era muy común que una mujer se metiera con hombres y mujeres; o que un hombre tuviera mujeres por montones. Ante la sociedad era visto de una manera muy mala porque creían que ante todo el honor era lo principal. Diego y Frida rompieron todos esos tabúes y por ese motivo se les considera la pareja más polémica del siglo XX.
La relación de Frida Kahlo y Diego Rivera se dio a principios del siglo XX. Conviene por tanto hacer una valoración acerca de la manera en que se concebían diversas cuestiones, tales como la vida conyugal. Uno de los puntos fundamentales que se abordaban era el de la fidelidad. En el siglo XX, en México, a la fidelidad se le veía con buenos ojos, porque fue considerada como una ley social; sino se cumplía era fuertemente castigada por las autoridades y por la iglesia. Por lo mismo, los cónyuges (pero en especial las mujeres), podían ser acusados por simples sospechas y puestos a prueba para vigilar su conducta moral. La sociedad mexicana se regía por las leyes que dictaba la autoridad civil que definía al adulterio como un decreto claramente establecido con ciertas protecciones de “tinte moral” y la iglesia veía a la infidelidad con ojos de pecado. Por su parte, el adulterio conlleva una sanción jurídica y moral que se debía acatar sin resistencia alguna.
Dentro del matrimonio fue considerado como un pecado esencialmente femenino, más que el masculino. Fue cometido, tanto por hombres como por mujeres, sin embargo, fue calificado como un pecado principalmente para las mujeres y una falta grave que rompía con la fidelidad al marido.
También el ejercicio de la sexualidad se empezó a dar con mayor libertad, ya no era necesario contraer nupcias para tener una vida sexual activa. Las relaciones sexuales antes del matrimonio toman un papel muy importante en este siglo, porque todo apunta hacia un modelo de convivencia conyugal donde el matrimonio pierde centralidad como la institución que legitima la vida en pareja y, con ello, el ejercicio de la sexualidad y la formación de la descendencia. De ahí que en el trabajo citado arriba sólo se considere el adulterio cometido por mujeres. Y de ahí también que los legisladores hayan penalizado más a las adúlteras que a los adúlteros.
Para algunas mujeres que vivían en zonas urbanas, tener relaciones sexuales con un hombre era sólo un juego y no era tan importante como en siglos pasados. Sin embargo, Elisa Speckman Guerra nos plantea que en las leyes del Código penal, el honor tenía un gran peso que se le daba a quien lo poseía, preservaba y defendía; el honor se compartía entre las élites y los sectores medios que habitaban en la Ciudad de México.
Por otro lado, Julieta Quidrolán comenta que, sin embargo, en la última década del siglo pasado, el matrimonio civil y el religioso pierden fuerza; en general se seculariza (aumento de los matrimonios sólo civiles) y rápidamente comienza también a desinstitucionalizarse.
También se incrementa la soltería y en forma paralela, comienza a haber más tolerancia hacia las relaciones sexuales premaritales y la reproducción fuera del matrimonio, todo esto en un escenario de inestabilidad conyugal creciente. Todo apunta hacia un modelo de convivencia conyugal donde el matrimonio pierde centralidad como la institución que legitima la vida en pareja y, con ello, el ejercicio de la sexualidad y la formación de la descendencia.
La mujer tuvo que atravesar obstáculos para poder tener voz y voto en la sociedad, lo que costó vidas en esta lucha, pero al final, las mujeres pudieron vencer el machismo y así reclamar sus derechos. El papel de las mujeres se empezaba a notar, puesto que alzaron la voz para reclamar por sus derechos y tuvieron un papel significativo en este siglo, porque éstas empezaron a romper el papel de mujeres sumisas guiadas por un hombre.
Las ideas feministas de principios del siglo XX irrumpieron el modelo de feminidad de las mexicanas, al menos en algunos sectores de las mujeres letradas. Se luchó por una ciudadanía, la cual fue otorgada hasta 1953 mediante el voto femenino.
Puntualizaremos en breves rasgos como era la pareja más polémica de esa época, marcada y a la vez destructiva, pero con un gran talento inigualable, Frida Kahlo y Diego Rivera.
Pintora mexicana. Aunque se movió en el ambiente de los grandes muralistas mexicanos de su tiempo y compartió sus ideales, Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida.
Considerado como el máximo representante de la Escuela Mural Mexicana, Diego Rivera realizó una obra monumental, tanto en cantidad como en volumen. Su brillante personalidad, su gusto por la polémica, además de su talento como pintor; lo volvieron un personaje reconocido en el panorama cultural y político del México de los veinte a los cincuenta.
Particularmente ellos se conocieron en la Escuela Nacional Preparatoria, donde Diego había pintado un mural en 1922. Ella fue de nuevo a ver al entonces famoso artista en el Ministerio de Educación Pública, donde él estaba trabajando en otro mural. Frida admiraba a ambos, al artista y al hombre y quería su opinión acerca de su arte. Rivera estaba muy impresionado y la animó a continuar con su trabajo. La gran impresión de Diego se extendía también a la mujer, y se convirtió en un frecuente huésped en la casa de Kahlo. Asimismo, incluyó una imagen de Frida en uno de sus murales en el Ministerio de Educación Pública.
Este es el contexto social en el cual se desarrolla la relación conyugal que establecieron los artistas Frida Kahlo y Diego Rivera. Iniciaremos describiendo las múltiples relaciones sentimentales de él, porque si hablo simplemente de Diego y Frida no sería un trabajo completo, sin que hable de las infidelidades mutuas. Diego fue considerado un niño prodigio, empezó a pintar a los dos años de edad; estudió y trabajó en España, Francia e Italia, donde descubrió su pasión por el muralismo.
En su caso, pincel y talento “matan carita”. Diego Rivera era dueño de un inmenso genio, tanto para pintar como para conquistar mujeres, tuvo 4 esposas y 50 amantes, registradas. Sin ser un hombre atractivo físicamente llegó a ser todo un “Don Juan”.
Uno de sus amores fue Angelina Beloff, quien era retratista, paisajista, educadora, grabadora, ilustradora, escenógrafa y titiritera, todo un estuche de monerías, como a Diego le gustaba. Ambos contrajeron nupcias en junio de 1911. Aunque mientras Angelina Beloff estaba contenta y emocionada por su embarazo, Diego tuvo un tórrido romance con Marevna Vorobev-Stebelska. Pero la vida le deparaba una tragedia en 1918 junto a Angelina: la pérdida de su hijo que murió a causa de una neumonía; quizá la pérdida de su hijo fue aminorada por su hija Marika, causa de su relación extramarital.
Pasado el tiempo y olvidando a Angelina y Marevna, conoció a la que sería su segunda esposa: Lupe Marín. Ella era escritora y posó desnuda para Diego. Se casaron el 20 de julio de 1922 y tuvieron dos hijas, a las cuales Diego igual olvidó. Por la inestabilidad emocional de Diego se separaron y Lupe contrae nupcias con Jorge Cuesta.
Prosiguiendo con el repertorio de mujeres de Diego ―de quienes se enamoraba con facilidad― la siguiente mujer en su vida fue Tina Modotti, la cual era fotógrafa,
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