ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Canto Triste A La Patria


Enviado por   •  5 de Julio de 2013  •  1.856 Palabras (8 Páginas)  •  587 Visitas

Página 1 de 8

ANÁLISIS LITERARIO DE ¨CANTO TRISTE A LA PATRIA BIEN AMADA¨ DE HÉCTOR INCHÁUSTEGUI CABRAL

AUTOR Y SU ÉPOCA:

Héctor Incháustegui Cabral, autor del controversial poema “Canto triste a la patria bien amada”, nació en 1912 en la provincia Peravia, Baní y Murió en Santo Domingo en 1979. Autor de una fecunda producción literaria y ensayística de gran rigor intelectual, la denuncia de la injusticia y la defensa de las clases menos favorecidas, está considerado como una de las voces más destacadas de la poesía social antillana del siglo XX.

Es una de las figuras mas destacadas del panorama cultural dominicano, en el que desempeñó cargos tan relevantes como el de presidente de Sociedad Nacional de Escritores y el de Vicepresidente de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos de la República Dominicana. Además, fue designado miembro correspondiente de la Real Academia Dominicana de la Lengua, y galardonado en 1952 con el prestigioso premio "Pedro Henríquez Ureña". Durante muchos años, trabajó en labores educativas y ganó fama de avanzado pedagogo, actividad que compaginó con su dedicación a la escritura y con el desempeño de misiones diplomáticas al servicio de su nación.

En su faceta de escritor, se dio a conocer como poeta merced a la publicación, en 1939, del volumen de versos titulado Poemas de una sola angustia, opera prima en la que mostraba su interés por el entorno social -principalmente urbano- y por las duras condiciones de vida de sus compatriotas. En la estela de la vertiente poética social transitada en las Letras estadounidenses por el poeta Carl August Sandburg, Héctor Incháustegui aunó la dureza y el rigor de su voz crítica con un cierto tono de desenfado que pronto le condujo a cultivar una ironía contestataria cercana a los postulados ideológicos del anarquismo.

Pero esta ideología libertaria, que propugnaba la confraternidad universal del ser humano para aumentar los ecos de la denuncia de la injusticia social, no le impidió centrar su atención en algunos aspectos específicos de su pueblo (como la descripción del paisaje dominicano), con lo que el tono lírico de su voz poética acabó desbordando los reducidos límites de la interiorización para alcanzar, en determinadas composiciones, una encendida dimensión épica que se hace patente en poemas como "Canto triste a la Patria bien amada", "Preocupación del vivir" e "Invitación a los de arriba". Y, al postre, los temas y las técnicas procedentes de la poesía social, sumados a su afán por recoger el testigo del legado vanguardista, dan como resultado una producción rigurosa, irónica y libertaria en la que se constata, verso a verso, el desencanto del poeta derivado de su lúcida contemplación del mundo que le rodea.

Canto triste a la patria bien amada

Patria...

y en la amplia bandeja del recuerdo,

dos o tres casi ciudades,

luego,

un paisaje movedizo,

visto desde un auto veloz:

empalizadas bajas y altos matorrales,

las casas agobiadas por el peso de los años y la miseria,

la triste sonrisa de las flores

que salpican de vivos carmesíes

las diminutas sendas.

Una mujer que va arrastrando su fecundidad tremenda,

un hombre que exprime paciente su inutilidad,

los asnos y los mulos,

miserable coloquio del hueso y el pellejo;

las aves del corral son pluma y canto apenas,

el sembrado sombra, lo demás es ruina...

Patria,

en mi corazón un acerico

en donde el recuerdo va dejando

lanzas de bien agudas puntas

que una vez clavadas temblorosas quedarán

por los siglos de los siglos.

Patria,

sin ríos,

los treinta mil que vio Las Casas

están naciendo en mi corazón...

Patria,

jaula de bambúes

para un pájaro mudo que no tiene alas,

Patria,

palabra hueca y torpe

para mí, mientras los hombres

miren con desprecio las pies sucios y arrugados,

y maldigan las proles largas,

y en cada cruce de caminos claven una bandera

para lucir sus colores nada más...

Mientras el hombre tenga que arrastrar

enfermedades y hambre,

y sus hijos se esparzan por el mundo

como insectos dañinos,

y rueden por montañas y sabanas,

extraños en su tierra,

no deberá haber sosiego,

ni deberá haber paz,

ni es sagrado el ocio,

y que sea la hartura castigada...

Mientras haya promiscuidad en el triste aposento campesino

y sólo se coma por las noches,

a todo buen dominicano hay que cortarle los párpados

y llevarle por extraviadas sendas,

por los ranchos,

por las cuevas infectas

y por las fiestas malditas de los hombres...

Patria,

y en la amplia bandeja del recuerdo,

dos o tres casi

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.7 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com