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El Bosque De Los Pigmeos


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2012  •  1.680 Palabras (7 Páginas)  •  636 Visitas

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elefante. Con la ayuda de Nadia que hablaba el idioma de las bestias pusieron un poco de polvos mágicos en las heridas del animal con lo cual dejaron de sangrar y cortaron las redes que lo aprisionaban. El elefante se marchó dando bramidos que Nadia tradujo y dijo que si lo necesitaban no dudaran en pedirle ayuda.

Los pigmeos condujeron a sus amigos hasta su pequeña y miserable aldea y les dieron algo para comer. Alexander les explicó debían enfrentarse a los tres malvados. Que la solución no era llevar el marfil que Kosongo les pedía sino derrotarlo y también a Mbembelé y Sombe y que juntos lo lograrían.

Capítulo 10: La Aldea de los Antepasados

A la mañana siguiente los pigmeos decidieron como se enfrentarían a los tres malvados. Sabían que los contrabandistas llegarían dentro de un par de días a buscar el marfil o a los niños pigmeos, por lo que debían atacar la aldea en un plazo máximo de treinta y seis horas.

Para llegar a la aldea de Kosongo debían pasar por la aldea de los antepasados y Alexander propuso que les pidieran ayuda. Los pigmeos se horrorizaron ante la idea pero Alex y Nadia les hicieron comprender que no les temían y que hablarían con ellos. Se decidió que los pigmeos esperarían ocultos en el bosque donde prepararían sus armas y harían una ceremonia, mientras los forasteros intentaban hablar con los antepasados.

La aldea de los antepasados estaba en un claro del bosque rodeada por un alto muro circular construido con piedras, troncos, paja y barro. No se veía ninguna puerta salvo un pequeño hueco de unos ochenta centímetros colocado a cierta altura.

Alex trepó por el muro para investigar y vio lo que parecía un villorrio abandonado. Ayudó a su amiga y saltaron al otro lado. Encontraron restos humanos perfectamente ordenados en pirámides y se preguntaban quién mantenía tanto orden si nadie pisaba ese lugar.

Capítulo 11: Encuentro con los Espíritus

Se sentaron entre dos tumbas dispuestos a pasar unas horas de soledad. Alex sentía la cercanía de su amiga con una intensidad diferente, la quería más que a nadie en el mundo y temía perderla. Hablaron sobre su futuro. El quería ser médico, ella lingüista.

De pronto sintieron una presencia a pocos pasos. Alex encendió su linterna y vieron a una vieja bruja, envuelta en andrajos, con una enorme melena blanca y desgreñada, tan flaca como un esqueleto. Un fantasma, pensaron, pero se trataba de la mismísima reina Nana-Asante en carne y hueso, había permanecido oculta en ese cementerio alimentada por las ofrendas que los cazadores dejaban para sus antepasados. Los espíritus eran sus amigos y compañeros. Estaba enterada de todo de lo que ocurría en Ngoubé y los estaba esperando.

Los muchachos presenciaron la aparición de los espíritus del bosque y los antepasados y por un tiempo indeterminado se fundieron con ellos formando parte de un único espíritu en un viaje increíble que recordarían el resto de su vida.

Cuando Nadia suplicó a Nana-Asante que fuera a Ngoubé con ellos para luchar contra los tres malvados, ésta aceptó sin vacilar.

Capítulo 12: El Reino del Terror

Durante la ausencia de los muchachos, en la aldea los demás miembros de la expedición tuvieron que entenderse con Mbembelé ya que Kosongo no aparecía por ningún lado.

Kate fue conducida a la oficina de Mbembelé para hablar con él acerca de los jóvenes desaparecidos, pero a este lo único que le interesaba del incidente era castigar a los guardias que los dejaron escapar.

Mbembelé le manifestó su intención (más bien le dio la orden) de incorporar a Angie a su harén. Le dijo también que tenían permiso para circular por la aldea pero les prohibió acercarse al recinto real, los corrales o el pozo.

Cuando Angie se enteró de los propósitos del comandante, se negó furiosa, pero el hermano Fernando y Kate la convencieron de ser amable durante un par de días para ganar tiempo.

Aprovechando que podían moverse por la aldea investigaron algo de lo que querían saber, como que los misioneros estuvieron allí pero desaparecieron, que solo la hermandad del leopardo tenía acceso a armas de fuego, que los guardias bantúes obedecían más por miedo que por lealtad, que el pozo era un charco lleno de cocodrilos y que todos, incluidos Kosongo y Mbembelé, sentían un terror enorme por el brujo Sombe. Por petición de Kate, Jena, la esposa de Beyé-Dokou fue asignada para limpiar sus aposentos, pero en realidad lo que buscaban era obtener información por medio de ella; y lo consiguieron.

Los guardias bantúes que iban a ser castigados, se batieron en duelo a muerte por orden del comandante a la vista de todos. Cuando terminó el combate y Mbembelé se disponía a rematarlos, Angie se interpuso y diciendo que aceptaba ser esposa de Kosongo, pidió la vida de los guardias como regalo de bodas.

Capítulo 13: David y Goliat

Los pigmeos dormían cuando Nana-Asante y los muchachos llegaron. Al principio pensaron que se trataba de un fantasma, pero ella les convenció de que estaba viva y les dijo que había llegado el momento de volver a Ngoubé,

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