Ensayo de Pareja, Matrimonio y Familia

Ensayo de Pareja, Matrimonio y Familia

Carlos Betech Jafif

22/abril/2014

Universidad Iberoamericana

Cada día nos acercamos más a una nueva etapa de nuestra vida, la cual es crear una familia, un hogar, una casa, un nuevo comienzo. En esta etapa de nuestras vidas es muy importante informarnos acerca de lo que se aproxima como esposo y como padre de familia. Es esencial en educarnos e irnos acoplando a una relación más seria para que cuando llegue el día en que decidamos casarnos y formar un hogar con nuestra pareja, ya tengamos las herramientas adecuadas para poder salir adelante en cualquier situación que se nos presente. Pareja, Matrimonio y Familia nos puede dejar mucho en nuestra vida, pero no para aplicarlo ahorita, sino a futuro ya cuando sea el momento de empezar una nueva etapa. El capítulo de elección en la pareja yo creo que es esencial ya que te ayuda a conocerte a ti mismo y a partir de eso ya puedes decidir qué es lo que en realidad quieres para tu vida.

La juventud de hoy en día cada vez está más alejada de lo que son los valores y la educación, cada vez más Internet y menos platicas en la mesa, o más fiesta y discotecas y menos comidas en casa de algún familiar. El lazo de padre/madre e hijo se ha ido perdiendo debido a la falta de comunicación que se tiene, yo elegí este tema porque quiero tratar de dar a entender este punto y de esta forma despegarnos un poco de todo eso que nos impide tener una armonía completa en la casa, poder ser un buen hijo para que de esta forma, en un futuro, podamos ser un buen padre/madre y esposo/a incluso con la situación que se nos presente.

¿Me podrías decir qué te haría sentir mejor que una linda palabra en cualquier momento? ¿Una caricia con el amor y la ternura suficientes para quitar un miedo o un momento de tristeza? ¿Sentir el apoyo de la otra persona hasta el punto en que la sientas como tu cómplice? ¿Hablar, poder contar con ella y sentir que te escucha y te apoya en todo lo que estás diciendo, aunque no esté de acuerdo?

Creo que todos coincidimos en el gusto que produce el sentirse importante, querido y, sobre todo, respetado por el entorno en el que convivimos todo el tiempo, pero especialmente, por nuestra pareja.

Pero siendo sinceros y realistas, así como hay cosas buenas, nunca hacen falta las malas. Nunca te has puesto a pensar en cuál es causa de ésta pregunta. ¿Qué pasa cuando llegamos a sobrepasar los límites de la otra persona, somos poco tolerantes e individualistas? ¿Qué pasa realmente? ¿De quién o de qué es la culpa de que las cosas cambien?

Pues sí, así como hay cuentos de princesas y príncipes, existen los de ogros y brujas. ¿En eso nos convertimos cuando vemos cambios negativos en nuestras relaciones? Tal vez no es del todo necesario transformarnos en eso para que la historia se convierta en la peor, simplemente existe un factor clave para que todo se dé: únicamente con que cualquiera de los dos empiece a ser irrespetuoso con el otro, todo comenzará a convertirse en pesadilla, las cosas empezarán a decaer, al punto de perder hasta las ganas y dejar que todo termine.

Aprender a poner límites a algunas personas es muy importante. Del mismo modo que las paredes de tu casa determinan el ámbito donde tú vives, un límite define el espacio emocional que te corresponde como ser humano diferenciando lo que eres y quieres de lo que no eres y no quieres.

Cada vez que debas decir “no” o hacerte respetar y no lo haces, estás comprometiendo tu integridad. Es como si no existiesen los límites inmobiliarios de tu casa y cualquiera pudiera entrar y salir cuando se les diese la gana.

El lograr armonía en nuestra vida depende tu capacidad de darte cuenta hasta dónde puedes ceder ante tu pareja. Si consideras que no estás poniendo freno a conductas fuera de lugar y hasta destructivas de otros, entonces estás comprometiendo tu autonomía y dignidad como persona.

Hace como 2 años tuve un incidente que podría describir esta situación. Tuve la oportunidad de trabajar con una persona que no se dirigía de una manera amable para pedirme las cosas, tenía un tono agresivo que no me hacía sentir bien y me desmotivaba bastante en el desarrollo de mi tarea. Sentía que tenía que poner límites y pasé un tiempo largo sin hacerlo por temores de todo tipo; hasta que un día comprendí la necesidad de establecer y expresar ese respeto que me correspondía como ser humano. Cuando lo hice me di cuenta que los beneficios que obtuve al hacerlo superaban el beneficio que obtenía antes, de esta forma me evite muchos conflictos futuros que seguramente se iban a dar. Cuando trabajé con estas estrategias, pude resolver el problema, con tranquilidad y la relación con esa persona mejoró muchísimo. Este es un pequeño ejemplo; por supuesto existen diferentes situaciones y de distinta complejidad.

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