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Estudio Politico Ideologico De Las Constituciones De 1961 Y 1999

angelgaraban13 de Junio de 2012

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La Noción de Justicia en la Infancia y Adolescencia:

Una Visión Constructivista y Evolutiva

Liliana Cubillos

cubilloslpsi@yahoo.es

Escuela de Psicología

Universidad Central de Venezuela

Resumen

Dentro del ámbito de la psicología socio-cognoscitiva del desarrollo moral, el concepto de justicia constituye la noción moral más racional, y por ende, el indicador más preciso para conocer el juicio moral de un individuo. En el artículo, se revisa las diversas concepciones de justicia, en su sentido ético.

A continuación, se describen las etapas del desarrollo de la noción de justicia, desde una justicia retributiva a una justicia basada en la benevolencia, igualdad, equidad y mérito, así como las relaciones entre las nociones de justicia y los niveles del desarrollo moral. En cada caso, se reportan estudios que apoyan dichas descripciones. Finalmente, se destaca la importancia de incluir los factores culturales en el estudio de la noción de justicia y el desarrollo moral.

Palabras claves: desarrollo, juicio moral, noción de justicia

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La psicología socio-cognoscitiva del desarrollo moral, ha insistido mucho en que la noción de justicia es el indicador más preciso para conocer el juicio moral. Piaget (1977) define el juicio moral como un sistema de reglas, donde la esencia de cualquier moralidad debe buscarse en el respeto que cada uno (a) de nosotros (as) le profese a esas reglas. El estudio de las sanciones constituye, por tanto, una vía válida para conocer qué noción tiene el niño de la regla, cómo aplica ciertas reglas para juzgar hechos de distribución de premios y castigos, entre otros aspectos. Además, nos informa del isomorfismo entre el desarrollo cognoscitivo y el desarrollo del juicio moral.

Cuando un niño (a) le asigna una sanción a un culpable, asume una actitud ante las reglas: sea de obediencia o de autonomía, expresa una noción de justicia distributiva o retributiva, se coloca en un estadio de juicio moral, ya sea realismo moral o moral de la cooperación y muestra una estructura cognoscitiva.

Para Piaget (1977), la noción de justicia constituye el conocimiento moral más racional y, parece devenir, directamente de la cooperación. El sentimiento de justicia es, en gran cuantía independiente de los preceptos y ejemplos de los adultos y dependiente de la solidaridad entre pares y el respeto mutuo.

Kohlberg (1992), el psicólogo más conocido en el tema del desarrollo del juicio moral, presenta significativos avances frente a las ideas básicas propuestas por Piaget, Entre ellos merecen especial atención la noción de moralidad y el agregando que realiza al número de etapas del desarrollo, lo que significa que el mismo, no sólo ocurre durante la infancia del individuo, sino que se extiende hasta más allá de la adolescencia.

En lo referente a la noción de moralidad, Kohlberg señala que la moral es lo justo. El desarrollo del juicio moral sería, entonces, una progresiva sucesión de etapas hacia juicios cada vez más justos. La consideración de lo justo como núcleo de lo moral fue apoyada posteriormente por un filósofo muy influyente como Habermas (1985), lo que le dio una mayor solidez a la afirmación de Kohlberg. Éste, al igual que Piaget, sostiene que la moralidad está enraizada en el desarrollo cognoscitivo y en las relaciones sociales, pero enfatiza en algo particular, la habilidad del individuo para adoptar roles.

Ahora bien, tanto Kohlberg como Piaget, defienden el razonamiento sobre la justicia como uno de los aspectos más importantes para conocer la moralidad de los sujetos; esto es, el razonamiento que hacen los sujetos, aunque no utilicen el término justicia, nos permite conocer su juicio moral.

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Estos distintos tipos de razonamiento dan lugar a las distintas etapas. En el caso de Paiget, dos etapas, en el caso de Kohlberg, 6 etapas, englobadas en tres niveles de desarrollo moral.

Las ideas que sobre la justicia va construyendo el sujeto durante su infancia y adolescencia van cambiando. Precisamente ese tránsito constituye la columna vertebral de este trabajo, abordado desde una línea constructivista y evolutiva y contemplando los planteamientos conceptuales de los teóricos más significativos en el tema.

Para discernir sobre la justicia, es importante conocer las distintas acepciones que este término tiene. Nos pareció pertinente realizar una reseña sobre lo que importantes filósofos han dicho al respecto, siempre en el sentido ético. A continuación, se presentan los planteamientos de los distintos autores mencionados, acompañando sus descripciones con algunos estudios representativos que confirman sus tesis, para finalizar con algunas reflexiones

sobre los aspectos medulares de las distintas teorías tratadas.

¿Qué es la Justicia?

El término justicia es polisémico; las distintas definiciones que encontramos en el diccionario de la Real Academia Española (2004), constituyen un claro ejemplo de ello. Vocablo que viene del latín iustitia que significa una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece. Pero también nos encontramos con definiciones de carácter teológico como por ejemplo un atributo de Dios por el cual le da orden a todas las cosas en número, peso o medida, o como la divina disposición con que castiga o premia, según merece cada uno. Otras definiciones más generales serían: Lo que debe hacerse según derecho o razón. Derecho, razón, equidad.

Además de ser un término polisémico, también es polémico. Pareciera que todos nosotros tomamos conciencia de la importancia de la justicia en nuestra vida diaria, en el momento en que enfrentamos experiencias semejantes del padecimiento de la injusticia. Probablemente ese padecimiento funciona como un sustrato necesario para la comprensión y el uso continuado que posteriormente hacemos de este vocablo.

Otro aspecto que no debemos pasar por alto cuando disertamos sobre la justicia es la presencia a lo largo de toda la historia, de distintos tipos de discriminación, ya sea por razón de sexo, o de raza, o de condición social, entre otros, lo que no impidió la construcción de nociones universales de ese

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término que, a la larga, sólo eran aplicables a grupos humanos privilegiados. De esta manera, cualquier definición de justicia, particularmente desde un enfoque ético, aparece llena de connotaciones, por lo que ese término no significará necesariamente lo mismo para dos personas distintas, ni tampoco para una misma persona en distintos períodos de su vida (Martínez, 1999).

Historia del Concepto Ético de Justicia

Ante todo hemos de distinguir, sin pretender una clasificación exhaustiva, entre los usos más habituales del término: La justicia en sentido ético, relacionada con las creencias morales, en donde aparece tanto como: a) una cualidad moral que puede ser referida a distintos sujetos (exigencias justas, intercambios justos, comportamientos justos, personas justas, leyes justas, instituciones justas, guerras justas, entre otros), como también b) una capacidad humana para juzgar en cada momento lo que es justo y lo que no

(sentido de justicia, intelecto práctico-moral, razón práctica, entre otros), como también c) alguna teoría ético-política (justicia liberal, justicia libertaria, justicia socialista, entre otros.

De todos modos, es sabido que en la Biblia no se hace ningún tratamiento filosófico sistemático del concepto de justicia ni de ningún otro concepto ético. Quizás el legado más claro del Nuevo Testamento esté expresado en la transformación de la Ley del Talión, “ojo por ojo, diente por diente”, y que lo entendemos como “devolved bien por bien y mal por mal”, pero con el agregando de la frase: “haced el bien y no mires a quien”. Esto nos pudiera conducir a considerar a lo justo como hacer el bien, sin importar como los otros nos traten. Además, esta regla de oro ya viene expuesta en el Viejo Testamento a través de la frase: “lo que no quieras para ti, no lo hagas a nadie”. Esta formulación se vuelve positiva en el Nuevo Testamento: “todo lo que queráis que hagan con vosotros los hombres hacedlo también vosotros con ellos” (Cortina, 1997).

Algunas Aportaciones a lo Largo de la Historia de la Filosofía

En la primera mitad del siglo VI a de C., el filósofo Anaximandro, oriundo de la colonia de Mileto, en Asia Menor (610-547 a. de C), expone claramente su concepción de justicia en un conocidísimo fragmento (Cubells, 1979, pp. 24-25): “El principio y elemento de las cosas es lo indeterminado (ápeiron). De donde los seres tienen su origen, allí mismo encuentran su destrucción por razón de su necesidad. Pues las mismas cosas se hacen Volumen XXV

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mutuamente justicia y se dan expiación por su culpa según el orden del tiempo”.

Tal vez en la mentalidad de Anaximandro, y de sus coetáneos, sigue Cubells, el orden político es justo, al parecer, cuando se garantiza que todos se darán recíprocamente un trato tal que, en caso de daños arbitrariamente ocasionados, los responsables expiarán sus culpas antes o después, conforme

al inexorable designio del tiempo. Esta noción de justicia conforma hasta cierto punto la mentalidad occidental en general, sobre todo en la medida en que sugiere que la justicia consiste en un cierto

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