Filosofos Politicos
veronicaovando4 de Mayo de 2015
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NICOLAS MAQUIAVELO
Maquiavelo nace en Florencia en 1469, de familia noble, y recibe una educación
esmerada. Participa activamente en la vida política hasta los 44 años, dedicándose entonces a
Su obra más importante es "El Príncipe". Maquiavelo se interesó fundamentalmente por
presentar la mecánica del gobierno, prescindiendo de las cuestiones morales, y formulando
los medios por los cuales el poder político puede ser establecido y mantenido. En la medida
en que el fin del Estado es garantizar la seguridad y el bienestar, el gobernante tiene derecho
a valerse de medios inmorales para la consolidación y conservación del poder. El
pensamiento de Maquiavelo está dominado por el realismo político: se ha de analizar el acto
político puro, sin connotaciones trascendentes o morales.
En este contexto, es interesante el análisis de la personalidad del político. Persona hábil,
capaz de manipular situaciones valiéndose de cualquier medio; con destreza, y una
equilibrada combinación de fuerza y tesón, además de intuición para sortear los obstáculos
que se le presenten y una carencia total de escrúpulos.
Maquiavelo consideraba la República como la mejor forma de gobierno posible, lo que
parece difícilmente conciliable con su doctrina del despotismo político. No obstante, el
despotismo estaría justificado sólo como paso previo a la ordenación del Estado sobre el que
se establecería la República. El despotismo político sería entonces un mal menor que
conllevaría la posibilidad de establecer un gobierno republicano, es decir, un gobierno de la
mayoría. El gobernante es bueno, es decir, justificable, por su eficacia, no por sus
connotaciones ético-religiosas. No se trata de describir estados ideales, sino de gobernar
estados reales. En definitiva, la "modernidad" de Maquiavelo parece radicar en el énfasis que
puso en el Estado como un cuerpo soberano que mantiene su vigor y unidad mediante una
Maquiavelo señala, que es primordial que en dicha república se disponga de las
instituciones necesarias para canalizar el conflicto dentro de las mismas sin las cuales la
república se desarmaría. Ninguna de las otras formas de gobierno como la aristocracia,
la tiranía, la democracia o la monarquía logran el equilibrio de los partidos dentro del
régimen por lo que son inestables}
Maquiavelo aclara también que puede existir un hombre cuya virtud política (saber
aprovechar los momentos de fortuna y escapar de los desfavorables) supere a la república en
conjunto pero dicha virtud política morirá con el mortal que la posea, cosa que no ocurriría en
Además de esto, debe recordarse que el Príncipe presenta analogías con la figura romana y
republicana del dictador, investido de poderes absolutos durante un breve período y teniendo
que rendir cuentas posteriormente ante la república
Maquiavelo entiende que todo Príncipe debe tener virtud y fortuna para subir al poder:
virtud al tomar buenas decisiones y fortuna al tratar de conquistar un territorio y encontrarse
con una situación (que no fue provocada por él mismo) que lo ayuda o beneficie conquistar.
Aquel príncipe que obtenga el poder mediante el crimen y el maltrato, siendo éste vil y
déspota; debe entender que una vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud hacia el
Maquiavelo fue además un auténtico precursor del trabajo de los analistas políticos y
Las ideas del florentino Nicolás Maquiavelo (1469-1527) provocan las más
contradictorias opiniones: mientras unos lo consideraban padre de la descreencia y apólogo
de la crueldad y la tiranía otros lo han valorado como iniciador del pensamiento político
moderno o crítico encubierto del despotismo. En cualquier caso el pensamiento de
Maquiavelo es de vital importancia para comprender el mundo político del Renacimiento y
quizás también de la actualidad.
A pesar de todo el príncipe debe acrecentar su prestigio de virtud ya que la apariencia de
bondad es un arma poderosa por la que se guían los hombres.
El gobernante deberá cuidar el parecer justo, compasivo y religioso pero se deberá cuidar
también de serlo cuando no conviene a sus intereses ya que, por ejemplo, ser compasivo y no
aniquilar a un enemigo derrotado que se rinde podría conllevar una guerra en el futuro que
ocasionase más sufrimiento al pueblo y más peligros a un príncipe pusilánime que a un
gobernante que no temiese ser cruel.
Como se dijo Maquiavelo siempre ha sufrido una simplificación de su pensamiento: por
un lado es verdad que considera que el príncipe está más allá de la moral ordinaria y no deben
juzgarse sus actos en sí sino por sus consecuencias pero por otro lado asume que satisfacer las
exigencias del pueblo para no ser víctima de su odio es uno de los factores vitales de la
política; el pueblo adquiere así un papel central en la reflexión del florentino.
“De aquí surge una controversia: si, es mejor ser amado que temido o viceversa. Se
contesta que correspondería ser lo uno y lo otro, pero como resulta difícil combinar ambas
cosas, es mucho más seguro ser temido que amado.”
Martin Lutero
Martín Lutero, nacido como Martin Luder,[1] después cambiado a Martin Luther, como es
conocido en alemán (* Eisleben, 10 de noviembre de 1483 – ibídem, 18 de febrero de 1546),
fue un teólogo, fraile católico agustino recoleto y reformador religioso alemán, en cuyas
enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante. Inauguró la doctrina teológica y cultural
denominada luteranismo e influyó en las demás tradiciones protestantes. Su exhortación para
que la Iglesia regresara a las enseñanzas de la Biblia impulsó la transformación del
cristianismo y provocó la Contrarreforma, como se conoce a la reacción de la Iglesia Católica
Romana frente a la Reforma protestante. Sus contribuciones a la civilización occidental
fueron más allá del ámbito religioso, ya que sus traducciones de la Biblia ayudaron a
desarrollar una versión estándar de la lengua alemana y se convirtieron en un modelo en el
arte de la traducción. Su matrimonio con Catalina Bora el 13 de junio de 1525 inició un
movimiento de apoyo al matrimonio sacerdotal dentro de muchas corrientes cristianas.
Lutero empezó a enseñar que la salvación es un regalo exclusivamente de Dios, dado por
la gracia a través de Cristo y recibido solamente por la fe.[7]
Más tarde, Lutero definió y reintrodujo el principio de la distinción propia entre la Ley de
Moisés y los Evangelios que reforzaban su teología de la gracia. Como consecuencia, Lutero
creía que su principio de interpretación era un punto inicial esencial en el estudio de las
Escrituras. Notó que la falta de claridad al distinguir la Ley Mosaica de los Evangelios era la
causa de la incorrecta comprensión del Evangelio de Jesús en la Iglesia de su época,
institución a la que responsabilizaba de haber creado y fomentado muchos errores teológicos
Lutero vio este tráfico de indulgencias, no solo como un abuso de poder, sino como una
mentira, que no teniendo base en las Escrituras podría confundir a la gente y llevarla a confiar
solamente en la mentira de las indulgencias, dejando de lado la confesión y el
arrepentimiento verdadero. Lutero predicó tres sermones contra las indulgencias en 1516 y
1517. Pero su enojo siguió creciendo y, según la tradición, el 31 de octubre de 1517 fueron
clavadas las 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg como una invitación
El Papa advirtió a Martín Lutero el 15 de junio de 1520 con la bula papal Exsurge Domine
que se arriesgaba a la excomunión, a menos que en un plazo de sesenta días repudiara 41
puntos de su doctrina seleccionados de sus escritos. En octubre de 1520 Lutero envió su
escrito En la Libertad de un Cristiano al Papa, añadiendo la frase significativa: "Yo no me
someto a leyes al interpretar la palabra de Dios". El Papa León X excomulgó a Lutero el 3 de
enero de 1521 mediante la bula Decet Romanum Pontificem.
Lutero facilitó la propagación del protestantismo, siendo la primera persona que imprimió
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