La Vida en el Sexto
omarlmlEnsayo13 de Diciembre de 2012
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El SEXTO
La obra El Sexto se trata de un libro testimonio, que denuncia el horror carcelario, las experiencias de un estudiante universitario llamado Gabriel (Arguedas, recluido en el penal “El Sexto” por las protestas de los estudiantes universitarios, noviembre de 1937-
octubre de 1938) En este lugar conocerá las injustitas y demás aberraciones que se cometen dentro de una prisión.
Al llegar al penal El sexto, es enviado al pabellón donde se encuentran los políticos donde se conoce a los lideres de los apristas (Luis) y los comunistas (Pedro), (Camác es un comunista con quién tiene que compartir la celda), luego de una conversación con los lideres de ambas agrupaciones llega a la conclusión que ninguno de los partidos es compatible con sus ideas.
Puñalada es un asesino; jefe de unas de las bandas que existen dentro de la prisión; este controla el negocio de prostituir a un joven llamado clavel, la venta de drogas y otros objetos dentro de la prisión. Este y los otros jefes de la prisión, “Rosita” y “Maraví”, desean controlar por completo el penal motivo por el cual existe una cierta tensión entre ellos.
Gabriel descubre, sorprendido, que en el Sexto es posible hablar sin tapujos de la situación política, expresar ideas que afuera eran impronunciables: Pero la libertad de palabra es la única ventaja que el mundo de adentro tiene sobre el mundo de afuera. En todo lo demás el claustro carcelario es una pesadilla. Hay presos de tres categorías y cada una de ellas ocupa una de las tres plantas en que se escalonan las celdas: abajo, los vagos, asesinos y delincuentes avezados; en medio, los ladrones y forajidos principiantes y arriba, en el último círculo infernal, los políticos.
La vida en el Sexto, en la novela incluye todas las atrocidades carcelarias comunes, homosexualismo, tráfico de alcohol y droga, colusión de criminales y policías, bestialidad de los guardianes, existencia de pandillas sometidas a jefezuelos que reinan por el terror, también describe a los vagos que distraen su tiempo arrojando sus piojos a los que caminan por la planta baja; los cabecillas puñalada y Maraví defecan sobre periódico que sus acólitos – los “paqueteros” se encargan de arrojar al excusado; un Perfecto ordena a los soplones que hagan tragar excrementos a los presos políticos; la comida es hedionda y podrida, además de escasa, y para los débiles nula; así, los vagos deben contentarse con devorar cáscaras y pepas, lamer el suelo, al japonés, uno de los matones le ha prohibido cagar inmóvil y debe hacerlo a la carrera o a escondidas; un muchacho ultrajado por los matones es luego prostituido, lo alquilan a los demás delincuentes por cincuenta soles “pase” y cuando los guardias lo encierran en un calabozo el negocio prosigue pues los clientes lo fornican a través de los barrotes. La vida es un campo de batalla donde cada cual libra varias peleas pues todos están contra todos: costeños contra serranos, indios y cholos contra negros y zambos, apristas contra comunistas, policías y soplones contra detenidos, delincuentes comunes contra presos políticos, etc.
Por eso Gabriel, prefiere juzgar a los individuos no por sus diferencias políticas. Sino por su personalidad, y llega a sentirse hermano de adversarios como Camác, Moc’ontullo o Pacasmayo, en quienes por sobre las ideologías predomina cierto instinto justiciero.
Cuando el pianista muere, se acusa a Gabriel de ser responsable de su muerte, se dice que las ropas que le regalo atrajeron la codicia de los vagos y que estos lo asesinaron para robárselas. Cuando ambos mueren, Gabriel afirma: “En el japonés y el Pianista había algo de la santidad del cielo y de la tierra”. La violencia no es solo política y social, contamina todas las acciones humanas. El libro ha sido construido sobre todo a base de diálogos, la parte descriptiva es menos importante que la
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