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Las Poquianchis, Mito O Realidad


Enviado por   •  19 de Marzo de 2013  •  1.062 Palabras (5 Páginas)  •  701 Visitas

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“ Las Poquianchis, leyenda o realidad “

Síntesis:

En el Rancho Loma de San Ángel, municipio de San francisco del Rincón, en el estado de Guanajuato, existió una casa propiedad de las hermanas Delfina, María de Jesús y Eva González Valenzuela, quienes más tarde serían conocidas como “las poquianchis”.

Era esta una casa de “recreación masculina”, (prostíbulo para mejor referencia), en donde hombres de todas las clases económicas y sociales acudían todas las noches, días o tardes, (en realidad la hora no importaba) a beber licor, bailar y disfrutar de compañía femenina. Era muy común encontrarse desde hombres de campo, obreros, comerciantes, industriales, hasta políticos y jefes de policía; todo aquel que pudiera pagar por los “servicios” que ahí se ofrecían, era siempre bienvenido.

Fue en 1964, cuando una noticia conmocionó a la opinión pública. Una joven que logra escapar de la casa de las hermanas, apoyada por su madre, denuncia ante las autoridades la serie de atrocidades que se llevan a cabo en las “casas de esparcimiento” de las hermanas González Valenzuela.

La policía rescata a muchas mujeres (la mayoría jovencitas) de las casas y detiene a Delfina, Ma. De Jesús y Eva.

Durante el juicio a las hermanas, se ponen al descubierto todos los horrores que se cometían con las jóvenes que tenían la desgracia de caer en las manos de las despiadadas mujeres. Todas las formas de “trabajo” salieron a la luz pública. Se descubrió que las jóvenes que “trabajaban” en los tugurios habían sido secuestradas, reclutadas e inclusive compradas y obligadas por la fuerza a prostituirse de la forma más vil y degradante jamás imaginada. Las mantenían viviendo en condiciones inhumanas, entre suciedad y sin alimentarse. No podían negarse o revelarse, so pena de recibir castigos que iban desde encierros en cuartos totalmente oscuros, con toda clase de alimañas y ratas, sin agua ni alimentos, desnudas y golpeadas. Las enfermedades de tipo sexual eran muy comunes, y cuando alguna de las jóvenes caía en desgracia, era asesinada por sus propias compañeras de infortunio, quienes eran obligadas a matarlas a palos bajo la amenaza de correr la misma suerte. Fueron innumerables el número de abortos que sin ningún cuidado o la menor de las higienes se practicaron de manera clandestina en estas casas. Fueron muchos también los cadáveres de mujeres, niños y fetos que se encontraron en las fosas clandestinas excavadas en los patios de esas casas.

A toda esta ola de horror y repulsión, se unió una más que puso de manifiesto la realidad social que se vivía en esos lugares y en esos tiempos.

Toda una red de corrupción policíaca y política era quien ofrecía y daba protección a las “madrotas”, quienes pagaban los “favores” con grandes cantidades de dinero ( que era repartido entre “los de arriba y mandos intermedios ), pero sobre todo con “atenciones y mercancía especial”, cuando visitaban los antros.

Durante el juicio, “las poquianchis” fueron acusadas y encontradas culpables de toda clase de delitos tales como prostitución, secuestro, trata de personas, homicidio, cohecho, y muchos más. Fueron sentenciadas a cumplir una condena de 40 años de prisión en Irapuato Guanajuato, lugar donde murió Delfina tras larga agonía, se dice que Eva enloqueció y también muere, Ma. De Jesús cumplió su condena, salió libre y años después falleció.

Resumen:

Las

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