Lido Anthony Iacocca

Si hay una figura predominante en la historia automotriz de la segunda mitad del siglo 20 ese es Lee Iacocca, trabajolico, creativo, innovador, dotado de probablemente la mejor percepción de los gustos de los consumidores y de la evolución del mercado que la industria haya visto, sin embargo la genialidad y popularidad de Iacocca supera el éxito y transforma su vida en una verdadera leyenda.

Lido Anthony Iacocca, nació en pensilvania en 1924, de ascendencia italiana, estudio en Lehigh y Princeton licenciándose en ingeniería industrial, aun en practicas entro a Ford motor company en 1946, seis años después ya era jefe de ventas de Filadelfia, luego Washington y para 1960 era vicepresidente y director general.

Con el sartén por el mango Iacocca saca a relucir su genialidad, con una agresiva competencia y superados por las demás compañías en segmentos jóvenes, Lee desarrolla un concepto novedoso, encarga la creación del nuevo Mustang, un deportivo pequeño, barato pero hermoso y elegante, el éxito fue aplastante, el mustang batió todos los record de ventas y da el impulso decisivo para el surgimiento de los Muscle cars. El mismo subcontrata a Carrol Shelby para crear las afamadas versiones que convierten al mustang en leyenda.

Siempre manteniendo una visión mundial del mercado, predice la explosiva irrupción de los vehículos importados asiáticos, pero entra en problemas con el resto de la dirigencia americana, el Pinto, otro de sus aciertos es fuertemente cuestionado por defectos y no logra el ser un contrapeso a los autos japoneses a pesar de sus increíbles ventas iniciales.

Iacocca estaba en la cima, en 1970 pasa a presidente de la firma y logra mantener a la empresa relativamente firme ante el desastre de la crisis del petróleo.

Pero la historia de Lee recién comenzaba, en 1978 debido a los celos patológicos del heredero de Henry Ford, Iacocca es despedido humillantemente y degradado a dirigir un deposito, caído en desgracia y acosado por los medios, se desliga de la compañía a la que había dedicado su vida.

La vuelta al éxito estaba a la vuelta de la esquina, la Chrysler enfrentaba la quiebra y necesitaba un salvador, Iacocca necesitaba un trabajo y mas que nada una nueva oportunidad, reunió un equipo desde Ford y aprovecho los amplios poderes que la compañía en su desesperación le había entregado, durante su primer año a cargo del conglomerado Iacocca cobro solo 1 dólar al mes, pero consiguió 5 mil millones de dólares de ayuda estatal, levanto a la compañía de forma casi milagrosa y rompió nuevos esquemas. Lee se transforma en héroe nacional, su autobiografía publicada en 1983 se transforma en uno de los libros mas leídos de la historia vendiendo 7 millones de ejemplares solo en estados unidos.

Con las riendas de chrysler fuertemente en sus manos, reestructura la compañía y sorprende al mercado con la aparición de un nuevo concepto, si en los 60s Iacocca había leído la necesidad de apuntar al mercado joven y en los 70s el predominio de la economía, en los 80s antes que nadie coloca al segmento femenino y familiar como norte, su idea de minivans es revolucionaria, las ventas de Chrysler y su propia cuenta corriente se disparan.

Iacocca se retiro en 1992, luego de su partida y aun cuando se mantuvo cercano, la empresa se desmorona, las nuevas ideas de Lee no logran ser escuchadas, su opinión en los conceptos del viper o el prowler no tienen suficiente eco. Para el 2002, con la empresa en las manos de la Daymler benz, Iacocca muestra otra faceta premonitoria y pide a la casa matriz teutona el volver a trabajar directamente en la

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