ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Monografía Del Libro Operación Masacre

villal20 de Noviembre de 2012

5.629 Palabras (23 Páginas)1.237 Visitas

Página 1 de 23

Rodolfo J. Walsh nació en 1927 en la localidad de Choele-Choel, provincia de Río Negro. Fue escritor, periodista, traductor y asesor de colecciones. Su obra recorre especialmente el género policial, periodístico y testimonial, con celebradas obras como Operación Masacre y Quién mató a Rosendo. Walsh es para muchos el paradigmático producto de una tensión resuelta: la establecida entre el intelectual y la política, la ficción y el compromiso revolucionario. El 25 de marzo de 1977 un pelotón especializado emboscó a Rodolfo Walsh en calles de Buenos Aires con el objetivo de aprehenderlo vivo. Walsh, militante revolucionario, se resistió, hirió y fue herido a su vez de muerte. Su cuerpo nunca apareció. El día anterior había escrito lo que sería su última palabra pública: la Carta Abierta a la Junta Militar.

A lo largo de la siguiente monografía se abordará la temática de la violencia utilizada durante la dictadura militar como un medio de represión.

El hecho de tener ideales diferentes a los del poder dominante implicaría serias consecuencias. Muchos murieron queriendo defender sus ideales, y otros cayeron inocentemente, esto último se puede evidenciar claramente con lo relatado en Operación Masacre, en donde Walsh remarca las falencias y fatalidades cometidas por los militares durante el gobierno de facto correspondiente al golpe de estado del ´55. “Operación Masacre es el prólogo de la tragedia que vendrá después. Aramburu y Rojas serán el prólogo de Videla y Messera. Rodolfo Walsh

pasará de ser testigo a protagonista, será brutalmente asesinado, al igual que aquellas personas del basural de José León Suárez. La hipótesis que propondremos desarrollar, a lo largo de todo el trabajo es la siguiente:

`En Operación masacre, nos centraremos, en su autor, evidenciando los episodios cruentos que le tocaron vivir durante los gobiernos de facto: la dictadura del ´55 y la del ´76, analizando los métodos de represión utilizados, con fragmentos del la fuente principal (Operación Masacre), del libro titulado “Nunca Más” y de fuentes históricas´

El contexto en el que escribió Walsh

Los años presididos por Aramburu, fueron años de tensiones, rencores y violencia. Se emprendió el juicio por "traición a la Patria" contra Perón y figuras de su gobierno. Un tribunal militar separó al líder de sus rangos castrenses.

El diario LA PRENSA fue restituido a sus propietarios y fueron clausuradas publicaciones que simpatizaban con el Presidente derrocado.

El Partido Peronista fue proscripto, la Fundación Eva Perón fue disuelta y sus bienes fueron liquidados.

Pesó la prohibición de toda canción, emblema y nombre asociado al peronismo.

La Comisión Nacional de Investigaciones acentuó su acción allanando y deteniendo.

El gobierno se autodefinió liberal y democrático, al tiempo que ponía en práctica un plan para "desperonizar" el país para el cual contó con el apoyo de partidos políticos que reclamaron un endurecimiento del régimen.

“Con Aramburu

terminaron las ambigüedades. Hubo vencedores y hubo vencidos: era fatal que así fuera (…) se activó la labor de las comisiones investigadoras que debían examinar lo actuado por el régimen peronista para llevar a justicia a los responsables; se prohibió el uso de símbolos relativos al régimen depuesto; y desde luego, se detuvo a muchos dirigentes políticos y gremiales. Sin duda, a partir de noviembre de 1955 quienes habían sido partidarios de Perón, sintieron duramente su condición de derrotados”[1]

Y fue en este vil y condenador espacio, en el que un hombre con firmes convicciones e ideales decidió desarrollar sus pensamientos a pesar de las adversidades. Rodolfo Walsh, en 1957, inició las investigaciones de los fusilamientos. Publicó las primeras notas en el diario Mayoría y, finalmente, en forma de libro, bajo el título de Operación masacre.

“A continuación reproducimos un fragmento del libro Operación Masacre, escrito por Rodolfo Walsh en 1957, luego de una exhaustiva investigación realizada en plena dictadura. Según cuenta el periodista en el prólogo: “Durante casi un año no pensaré en otra cosa, abandonaré mi casa y mi traba jo, me llamaré Francisco Freyre, tendré una cédula falsa con ese nombre, un amigo me prestará una casa en el Tigre, durante dos meses viviré en un helado rancho de Merlo, llevaré conmigo un revólver, y a cada momento las figuras del drama volverán obsesivamente”.[2]

Era claro, que no era el mejor contexto para escribir, su vida corría riesgo, se enfrentaba

a diversas adversidades y lo colocaban en el ojo de la tormenta. La represión y las medidas tomadas fueron muy duras, desde los fusilamientos, hasta los centros clandestinos de detención implementados en la dictadura del ´76, descriptos explícitamente en libros como “Nunca Más”

Operación masacre

“La primera noticia sobre los fusilamientos clandestinos de junio de 1956 me llegó en forma casual, a fines de ese año, en un café de La Plata donde se jugaba al ajedrez, se hablaba más de Keres o Nimzovitch que de Aramburu y Rojas, y la única maniobra militar que gozaba de algún renombre era el ataque a la bayoneta de Schlechter en la apertura siciliana.”[3]

Así comienza Walsh su relevante obra literaria, la cual marcó un hito en la literatura argentina que en 1957, ocho años antes de que apareciera A sangre fría, de Truman Capote, lleva a su apogeo al relato testimonial (o no ficcional).

Walsh utiliza la ficción para narrar el cruento episodio ocurrido en los basurales de José León Suárez.

Un punto clave y a destacar, es que Operación Masacre es una respuesta sobre el compromiso del escritor y la eficacia de la literatura. Frente a la buena conciencia progresista de las novelas "sociales" que reflejan la realidad e idolatran las acciones políticas, influenciadas por los tiempos, Walsh levanta la verdad cruda de los hechos, la denuncia directa, el relato documental, intentando definir la situación de la manera más clara y evidentemente posible a través de la literatura ficcional.

“La novela era, para Walsh, algo así como la representación de los hechos.” Yo prefiero su simple presentación. (…) Eso quiere decir que la novela es lo difícil de decir, lo que se resiste a ser dicho? Lo que me compromete más a fondo? Otra variante que he pensado es que la novela es la última forma del arte burgués, y por eso ya no me satisface”.[4]

Una vez más, un escritor argentino, vuelve a los orígenes de la prosa argentina, a los textos de denuncia, criticando a la autoridad, y a su incompetencia, tal y como el gaucho Martín Fierro, mostrando su inconformidad con el gobierno y la realidad que se está viviendo “Una cosa me llama fuertemente la atención. Los policías van armados de simples máuseres. Para la misión que llevan, y en circunstancia, que vana cumplir, es casi incomprensible” (Operación Masacre. Ediciones de la flor; Pág 86) .

Una vez más, volvemos a las raíces, hablando en nombre de la verdad y denunciando los manejos del poder. El relato policial, el panfleto, el ensayo, la historia, la denuncia, el testimonio político, la autobiografía, el periodismo, la ficción: todos estos registros se unen sostenidos por una escritura propia, teniendo como base los principios de la lengua Nacional.

En la escritura de Wash, se reflejan dos estrategias claves utilizadas en la literatura, las cuales marcan un giro literario en la redacción: comienzan las conjeturas. Para esto, Walsh utiliza la poética de la elipsis y la poética de la forma.

La poética de la forma, se

hace notar claramente, en la importancia y en la precisión que le da a los horarios, las descripciones de los hechos y de las personas, a poyándose a su vez, en hechos concretos de la historia oficial, para así después poder contrastarla con la realidad de lo acontecido.

“1.45. En el despacho del jefe de la Unidad Regional San Martín, inspector mayor Rodolfo Rodríguez Moreno, también está encendida la radio. El decreto de ley marcial se ha vuelto a propalar a las 0.45, 0.50, 1.15, 1.35. Ahora lo están pasando nuevamente. Hace alrededor de quince minutos se ha difundido el Comunicado N° 1 de la Vicepresidencia de la Nación, donde por primera vez se informa al país con algún detalle sobre lo que está ocurriendo. En nombre del señor presidente provisional –reza el texto– se comunica al pueblo de la República que a las 23 del día sábado se produjeron levantamientos militares en algunas unidades de la provincia de Buenos Aires. Inmediatamente el Ejército, la Marina y la Aeronáutica, apoyados por la Gendarmería Nacional, la Prefectura y la Policía, iniciaron operaciones para sofocar el intento de rebelión. Se ha decretado el imperio de la ley marcial en todo el territorio de la República. Se recomienda a la población tener calma y confianza en la fuerza y consolidación de la Revolución Libertadora. Firmado: Isaac F. Rojas, contraalmirante, vicepresidente provisional”[5]

En la cita anterior, se demuestra el importante uso de los horarios y el significado de éste en el fusilamiento, apelando una vez

más al manejo ideológico de la población recurriendo a la “calma y confianza” de la misma, sin darse a conocer los oscuros manejos detrás de esta ley, y las irregularidades que se cometieron luego.

Para contar las vidas y los últimos pasos de los protagonistas, narrar lo sucedido la noche de los asesinatos y mostrar el expediente judicial

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (34 Kb)
Leer 22 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com