Nacimiento, plenitud y muerte del cisne

El nacimiento, plenitud y muerte del cisne

El Modernismo fue un movimiento artístico literario que se desarrolló, según algunos críticos desde 1888 a 1916 respondiendo a la publicación de “Azul” el primer libro de poemas y cuentos de Rubén Darío, publicado en 1888 y el año de su fallecimiento en 1916, siendo él quien llevó la estafeta por todo el mundo y por eso es considerado su máximo precursor.

Esta denominación de precursor y hasta de fundador del movimiento siempre se ha puesto en duda por muchos críticos, pues a la par de él ponen a otros escritores, quienes dieron sus aportes para que el Modernismo se conozca como el movimiento que fue hoy en día, entre ellos están: José Martí, José Asunción Silva, el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera y el cubano Julián de Casal.

Otros apoyan la teoría que Darío con su viaje a El Salvador donde conoce a Francisco Gavidia, un romántico en toda la extensión de la palabra, logra sentar las bases para desarrollar finalmente este movimiento, puesto que Gavidia ya había estudiado el verso alejandrino y la cesura que él había establecido le daba mayor musicalidad, pues lo partió en dos hemistiquios de siete verso cada uno.

 Teniendo como base ese descubrimiento y las dos corrientes en boga en Francia es como el escritor nicaragüense le da forma por fin al movimiento del Modernismo. La primera corriente denominada Parnasianismo surge como una reacción al exceso del subjetivismo y el sentimentalismo del Romanticismo, ya que buscaba una poesía alejada de los propios sentimientos y con temas relacionados con el arte, la belleza, los paisajes exóticos con una marcada preferencia por la antigüedad clásica especialmente griega y del lejano oriente.

La segunda corriente que es el Simbolismo se caracterizó por utilizar el lenguaje literario como un instrumento de conocimiento que a través de los símbolos intenta captar lo que los sentidos no perciben, por lo cual se encuentra impregnado de misterio y misticismo.

El Modernismo ya en su plenitud contó con figuras como el uruguayo Julio Herrera y Raissig, el mexicano Amado Nervo, el argentino Leopoldo Lugones y ya casi en su última etapa Enrique González Martínez entre otros más que se dejaron influenciar por ésta nueva estética tan novedosa en su época.

Entre los temas predominantes figuran los amores teñidos de romanticismo, la evasión de la realidad, la vuelta al pasado utilizando las mitologías antiguas, los cosmopolitas que se centran más en París y los americanistas centrados más en temas como el indigenismo y como grito de alerta ante la amenaza de invasión de los Estados Unidos en los países latinoamericanos.

Otro tema que prevalece mucho es el erotismo pero ese dulce, delicado y hasta sublime enfocado más al sentir de la mujer ejemplo de eso es el poema “Íntima” de Delmira Agustini.

“Vamos más lejos en la noche, vamos
donde ni un eco repercuta en mí,
como una flor nocturna allá en la sombra
me abriré dulcemente para ti.”

Los ambientes más comunes y utilizados enmarcan personajes orientales, seres mitológicos y de antiguas civilizaciones, dulces princesas, damas y caballeros, jardines y paisajes versallescos y la utilización de hermosos animales como símbolo universal de la belleza representado por el cisne.

Durante el auge del movimiento se dieron dos etapas, aunque para algunos críticos fueron más, pero las más marcadas sólo fueron dos, por un lado estaban los preciosistas quienes preferían los temas exóticos y para ellos el arte no ejercía un compromiso con la realidad sino que se relacionaba con la estética de la evasión, por otro lado estaban los mundonovistas donde ya se valorizan más las raíces hispánicas de América y aparece por fin el interés por los temas sociales y políticos de la época.    

Aunque en la primera etapa fue la más prolífera en un principio, pues los poetas cansados del mundo o de las situaciones políticas que vivían, deciden evadir esa realidad que ay tanto el Romanticismo había criticado y que según ellos se había involucrado mucho en lo social que fue eso al causa de su extinción definitiva, por esa razón ellos prefieren crear un mundo nuevo donde sólo ellos podía aspirar, ejemplo de ello se puede notar en el siguiente fragmento del poema titulado “Sonatina” de Rubén Darío.

“La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.”

En estos versos se denota la evasión total de la realidad por parte de Darío, ya que a pesar de la situación precaria que pasaba Nicaragua en ese entonces, él prefiere ahondar en este caso la tristeza de una princesa utilizando ese lenguaje artificioso de cual ellos eran expertos dejando de lado las simplicidades de la vida y apostándole más a una poesía pura como el la llama.

El estilo en esta estepa es más un esteticismo que busca la pureza del lenguaje lo que les lleva a cuidar hasta el límite la expresión tanto en musicalidad como lo es el ritmo, pausas, aliteraciones, onomatopeyas, así también el léxico como lo son los cultismos, adjetivaciones donde abundan los epítetos y el uso de figuras literarias más simbólicas y originales como las metáforas e imágenes.

En cambio en la segunda etapa que es la mundonovista es cuando los escritores empiezan a poner los pies sobre la tierra y ven que ya no pueden evadir esa realidad que los está envolviendo mientras ellos siguen pensado en  princesas y castillos, debido a esto se ven en la necesidad de comenzar a escribir y hasta denunciar de alguna manera la realidad que viven los países latinoamericanos, eso se puede notar en el poema “Lo fatal” donde Darío muestra su etapa como poeta más maduro.

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