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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ESTRATEGIA MARITIMA

pjha19805 de Febrero de 2015

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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ESTRATEGIA MARITIMA

Eri Solís Oyarzún

*

1. Introducción.

Mientras florecían las avanzadas sociedades agrícolas establecidas

en la Mesopotania y el Nilo, en el centro del Mediterráneo comenzaba

a surgir una civilización esencialmente diferente. En Creta, isla que

encierra por el S. los despedazados archipiélagos del Egeo, se

asentaba una corriente migratoria de hombres provenientes de Siria

y Anatolia. Con particular arrojo y ansias de aventura se internaron

en el mar avanzando de isla en isla a medida que sus contornos se le

mostraban tentadores en el horizonte. Incluso se atrevieron a perder

de vista el seguro y acogedor puerto de zarpe. Emil Ludwig comentó

la maravillosa empresa de estos primitivos navegantes: "Con el

descubrimiento de nuevas islas y costas sorprendió nuevas

posibilidades, construyó buques mayores y los dotó de armas. Este

monótono elemento, que no ofrecía fronteras ni caminos, que no era

de nadie y por lo tanto pertenecía a todos, atrajo por igual a los

audaces y reflexivos... para navegar a costas desconocidas. A través

del mar, que no reconoce dueños, se podía comerciar con islas

extrañas".1

En el tercer milenio aC., Creta gozaba de una ubicación

privilegiada al estar a medio camino de las grandes civilizaciones

de la antigüedad. Asimismo su territorio contaba con depósitos de

cobre, plata y plomo y los estrechos valles eran aptos para cultivos

especializados. Sus habitantes, acostumbrados a soportar los rigores

del mar, construían robustas embarcaciones capaces para transitar

amplios espacios de agua a fin de practicar inicialmente el pillaje

y más tarde, al evolucionar, se dedicaron a embarcar grandes

cantidades de mercaderías para practicar el intercambio comercial.

En estas circunstancias, el país se convirtió en la primera potencia

marítima de la humanidad: la talasocracia cretense. Su poder y

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prosperidad no se basaba en ejércitos numerosos sino en una cuantiosa

marina mercante, un ágil tráfico internacional y una producción

encauzada hacia la exportación. La Enciclopedia del Mar Albatros

señaló sobre Creta: "Desempeñó el papel de agente comercial

intermediario en la cuenca oriental mediterránea. Sus naves llegan

hasta Sicilia... Importan minerales y exportan aceite, vino y

productos manufacturados, especialmente púrpura y objetos de cerámica

y bronce. El activo comercio promueve una ola de prosperidad

económica, sobre la que cabalga -una de las más brillantes culturas

de la Antigüedad: la cultura minoica, rica, colorida y plena de

vitalidad. En la primera mitad del segundo milenio precristiano la

hegemonía naval cretense en el Mediterráneo fue indiscutida. De los

cretenses aprendieron el arte de navegar los fenicios y más tarde los

griegos".2

En el transcurso de la declinación cretense, iniciada en el

siglo XIV AC., la cuenca del Mediterráneo vivió un periódo de graves

perturbaciones. Hordas bárbaras originarias de las heladas áreas

septentrionales buscaron zonas más templadas y en su avance empujaron

a los pueblos radicados en el Medio Oriente. El dinámico proceso

generó guerras y desestabilizó la región. El imán polarizador de las

invasiones eran los ricos y fértiles dominios faraónicos. Periódicas

acometidas de filisteos, aqueos hikesos y otros debilitaron al

imperio del Nilo. El Almirante francés Barjot y el historiador

J.Savant escribieron sobre estos acaecimientos ocurridos alrededor

del 1200 AC.: "Los pueblos de Asia Menor y de las islas,

envalentonados por estas circunstancias, se coaligan y emprenden la

marcha hacia el delta. La reunión de las tropas procedentes del Sinaí

y de los barcos de los pueblos de la mar debe efectuarse en Pelusio

(actual emplazamiento de Port Said), plaza fortificada donde se eleva

la famosa torre de Ramses III. El soberano egipcio al amparo de sus

murallas, reune su flota que cubría la desembocadura del Nilo y los

lagos adyacentes. Guarnece sus barcos con soldados y sus tiros

acribillan a los barcos de los pueblos de la mar. La victoria es para

los egipcios y Egipto se ha salvado. Un bajo relieve, en el valle

3

de los Reyes, inmortaliza esta importante acción naval de la

antigüedad".3

Pelusio tiene una destacada importancia para la guerra marítima,

pues es la primera gran batalla naval decisiva registrada por la

historia. Además. este encuentro sintetiza la dialectica bélica entre

el mar y la tierra, donde el primero intenta invadir en tanto la otra

resiste el empuje oceánico. Los resultados de este violento dialogo

fluctúa en favor de uno u otro según los procedimientos y tecnologías

imperantes. Sin embargo, existe un fenómeno invariable, gracias a la

movilidad extraordinaria de la fuerza naval, la súbita aparición de

feroces guerreros en el horizonte frente a las costas despierta pavor

en los hombres de la tierra. En el evento recién descrito, la tierra

venció al mar pero con inusitada frecuencia ha sucedido lo contrario.

"En el mar se han hecho y deshecho las fortunas, las potencias e

incluso el destino de pueblos y estados. Este elemento inmutable,

casi universo, fascinante y temible, es a la vez espectador y actor,

causa y efecto de la historia de la humanidad. Parece como si ésta

hubiera elegido para su devenir el elemento mar como escenario

perfecto en el que ofrecer su propia representación. Caldeos y

asirios, fenicios y egipcios, persas y griegos, romanos y

cartagineses, cristianos y musulmanes, españoles y franceses,

británicos y alemanes, americanos y japoneses, todos los grandes

imperios han decidido en el mar sus destinos de potencia, de éxito,

de decadencia y, finalmente, de desaparición. Y la historia sobre el

mar continúa... Salamina, Actium, Lepanto, Trafalgar, Tsushima,

Jutlandia y Midway son algunos de los muchos acontecimientos que,

acaecidos en el mar, han representado victoria y derrota, poderío y

decadencia de pueblos y naciones a través de los tiempos.4

2. Evolución del Pensamiento de la Estrategia Marítima.

A pesar de la gravitante influencia del poder naval en la suerte

de diversos conflictos bélicos, en particular en aquellos que se

jugaba la suerte del mundo conocido, con escasas excepciones, sus

protagonistas e historiadores no analizaron dicha realidad. Ni menos

4

trataron de indagar, en forma sistematizada, los principios

gravitantes para alcanzar el éxito. Durante la prolongada época de

la navegación a remo y vela la guerra en el mar se hizo de acuerdo

a las enseñanzas de la tradición oral, la práctica y el destello del

ingenio personal. Un documento británico de principios del actual

siglo se lamentaba: "Los mas jóvenes estudiantes de estrategia naval

se encuentran con muchas dificultades, pero una de las mayores, y

ciertamente la más descorazonadora, es la aparente intangibilidad de

las guerras pasadas. En las ocasiones cuando se les recomienda leer

historia naval, lo cual realizan, encuentran que este estudio no les

revela ninguna norma estratégica, que la dirección de nuestras

antiguas campañas en el mar parecen sólo el resultado del azar, y las

lecciones que contienen no conducen a ninguna deducción

estratégica".5 En general todo lo escrito, había una voluminosa

literatura, se refería con exclusividad a la táctica con sus

evoluciones y formaciones.

Entre los expertos existe consenso respecto a la existencia de

numerosos precursores en la gestación del pensamiento estratégico de

carácter marítimo. Uno de ellos es indudablemente Tucidides; quien

en la "Historia de la Guerra del Peloponeso" describe el prolongado

conflicto sostenido entre Atenas, potencia marítima, y Esparta,

Estado continental. En su texto el autor traza valiosos conceptos

relativos a estrategia marítima. Comenta cuando Atenas concentra sus

esfuerzos en el mar obtiene resonantes éxitos, pero fracasa en

actividades marginales como la conquista de Siracusa, empresa

eminentemente terrestre. En el caso nacional, O'Higgins y Portales

descollaron por sus meridianas intuiciones sobre la guerra en el mar.

El capitán General, al conquistar el dominio del Pacífico Oriental,

aseguró la independencia de Iberoamérica; en tanto el segundo

estadista afirmó en 1836: "Las fuerzas navales deben operar antes que

las militares, dando golpes decisivos, Debemos domimar para siempre

en el Pacífico: esta debe ser su máxima ahora, y ojalá fuera la de

Chile para siempre".6 Pero como afirmó el Almirante Castex: "Se llega

pues, al final del siglo XIX, habiendo encontrado en los tiempos

5

modernos muy pocos escritos referente a la teoría de estrategia

naval. Es verdad, que durante el mismo periódo se había hecho

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