ANVERSO Y REVERSO DE LA TOLERANCIA.

ANVERSO Y REVERSO DE LA TOLERANCIA.

Adolfo Sanchez

• La tolerancia, como relación peculiar entre los hombres, entra tardíamente en la historia. En el plano de las ideas, la reivindicación del principio de la tolerancia sólo llegará con Spinoza y Locke, en el siglo XVII, y con Voltaire, en el XVIII. Desde entonces, las sombras de la intolerancia, que oscurecían casi todo el planeta, se han ido recortando penosa y lentamente, sin que dejen de proyectarse hasta nuestra época.

• En una época que algunos han caracterizado como la el “fin de las ideologiaza”, se echa mano de ideologías opuestas, como las del liberalismo y socialismo para reivindicar la tolerancia, o las del racismo y exacerbado nacionalismo, para defender o encubrir la intolerancia.

• Tratar de esclarecer la tolerancia, sus fundamentos y sus límites, teniendo como fondo su anverso, la intolerancia, no es una tarea puramente teórica o académica, sino

práctica y vital.

• Tolerancia se trata de una forma de relación en la que uno es el sujeto tolerante y otro el tolerado o destinatario de esa actitud.

• Lo que se tolera es diversa: ideas, gustos, preferencias, actos o formas de vida.

• Los tipos de tolerancia: religiosa, política, racial, nacional, étnica, cultural, artística, sexual, familiar, escolar, etc.

• La tolerancia siempre se tratara de una relación entre hermanos.

• Históricamente, la tolerancia se ha reivindicado muy tarde y escalonándola de un campo a otro.

• Entender por tolerancia como relación necesaria, valiosa y deseable entre individuos, grupos sociales o comunidades diversas. Frente al negativo de la intolerancia como relación innecesaria, carente de valor e indeseable entre seres humanos, podemos caracterizarla por los siguientes rasgos:1) la tolerancia se da en la relación de un sujeto con otros, cuya alteridad se manifiesta en sus diferentes convicciones, ideas, gustos, preferencias, formas de vida, etc. O sea: presume cierta diferencia entre uno y otro. 2) que sea reconocida o se tenga conciencia de ella. 3) es indispensable también que la diferencia reconocida, o de la que se es consciente, nos importe. 4) a la vez que se reconoce una diferencia que nos

importa y afecta 5) aunque no se acepte o apruebe lo diferente, por no concordar con las opciones propias, se admite el derecho del otro a ser diferente, y a mantener sus diferencias. 6) admitir ese derecho no significa para el sujeto tolerante renunciar a lo propio.

• Lo que quiere decir que la tolerancia no sólo admite el disenso que tiene su raíz en la diferencia originaria, sino también el que se mantiene

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