Análisis lacaniano de un paciente: Duelo paterno, deseo inhibido y fantasías de dominio
Federico GallardoApuntes12 de Septiembre de 2021
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Universidad de
Buenos Aires
Facultad de Psicología
Tercer Trabajo domiciliario
Psicopatología catedra I
(NAPARSTEK)
Prof. Titular Regular: Fabián Naparstek
Docente: María de los Ángeles Lujan
Comisión: Nº 22
segundo cuatrimestre
Año 2020
Integrante:
Nombre y apelido: Torres, Pamela
L.U: 34137295 - 0
E-MAIL: jennyphert09@gmail.com
Recorte Clínico
Hombre de 35 años, comienza el análisis cundo se entera que su padre padece de una enfermedad terminal. Nunca trabajo, nunca tuvo una relación estable y tampoco termino una carrera universitaria. Sus estudios le producen un frecuente mal estar y esto se repite en otras actividades.
Es la urgencia de poder terminar la carrera y obtener un título universitario antes de que su padre fallezca lo que lo lleva a tomar la decisión de analizarse.
Relata en la entrevista que sus deseos se convierten en obligaciones que lo abruman, siempre se exige un poco más. Todo lo realiza bajo una demanda severa. Las dificultades para sostener el deseo le han llevado a interrumpir frecuentemente las relaciones amorosas. Sus fantasías sexuales son de dominio, un hombre dominado por una mujer. Por tal motivo teme a mantener una relación estable o duradera.
1)Lacan en el seminario 3 plantea que, volverse mujer y preguntarse que es una mujer son dos cosas diferentes. Diría que hasta cierto punto preguntarse es lo contrario de llagar a serlo.
Si la histérica se pregunta qué es ser una mujer esta pregunta no es, sino que un modo neurótico de preguntarse. y la forma neurótica de la pregunta es la pregunta no desplegada. El neurótico usa de su yo para no hacerse la pregunta. La neurosis supone además una respuesta anticipada, para no acercarse al lugar donde no hay una respuesta, donde el otro no responde. No hay respuesta para nadie porque no hay significante para decir sobre ello. Esa respuesta se localiza en el nivel del fantasma.
el neurótico, para poder evitar la angustia que le generaría, desvía el recorrido tomando el cortocircuito del fantasma y respondiendo así la pregunta anticipadamente, es decir, preguntándose, pero sin desplegar el interrogante. Según Lacan, esa es la característica de la gente normal, no hacemos pregunta, nos lo enseñaron y por eso estamos aquí. De este modo nos quedamos más tranquilos.
Esta es la manera neurótica de regular el deseo, de sostenerlo en una “pere-version”, la del fantasma. Se desencadena la neurosis cuando la pregunta se despierta.
Las diversas contingencias de la vida empujan al neurótico al borde del agujero que pretende evitar. el encuentro con aquello que logra conmover, hacer tambalear la respuesta anticipada que el neurótico sostiene a nivel del fantasma. Hay una vacilación del fantasma, que se sigue del golpe que sufre por algún encuentro con lo real, golpe a la “versión del padre”. Esto es lo que le provoca angustia y eventualmente es lo que puede conducir al neurótico a un análisis.
2) Lacan mantiene las dos formas de pensar el síntoma propuestas por Freud y hace un recorrido similar. Si bien en una primera época toma el síntoma en su vertiente significante, en un segundo tiempo profundizará en la doble vertiente del síntoma y lo reformulará a partir de conceptos claves como el goce, el objeto a y el fantasma.
comenzó abordando el síntoma en su vertiente significante, es decir como una formación de compromiso. Sirviéndose de la lingüística, descubrió que las leyes de funcionamiento del inconsciente descritas por Freud, condensación y desplazamiento, se corresponden con las leyes de funcionamiento del lenguaje, metáfora y metonimia. Esta similitud lo llevó a plantear que “el inconsciente está estructurado como un lenguaje e (Lacan 1993 (1964), p. 28). el síntoma no es más que su formulación, su puesta en palabras, un síntoma hablado por el paciente. es lo que el paciente cuenta de su síntoma a su analista, quien lo escucha y lo interpreta. es una de las formaciones del Inconsciente. es el significante de un significado reprimido de la conciencia del sujeto, lo reprimido es el significado, y el síntoma que aparece es su significante. debe ubicarse en relación al discurso del Amo porque el síntoma incluye el discurso del Otro en el secreto de su desciframiento.
Son efectos del lenguaje, no hay una esencia de la enfermedad, los fenómenos psicopatológicos son efectos que la estructura del significante produce en el sujeto. Pero no son solamente lenguaje, el síntoma es una manera que encuentra el sujeto de gozar. Gozar que no es placer, sino una satisfacción paradójica que implica a las pulsiones parciales y conlleva a la vez sufrimiento.
Para Lacan el síntoma adquiere un estatuto diferente que las demás formaciones del inconsciente.
Es identificación con la madre fálica
EL NEUROTICO VIVE EN ANGISTIA, EL FETICHISTA NO
“Esa noche sueña: “Desciendo de una casa que está en un peñasco por un sendero en el que voy teniendo dificultades y de pronto me doy cuenta que el camino es peligroso”. Las asociaciones del sueño giran en torno al significante “ilegitimidad”, el cual es asociado metonímicamente con el significante “desciendo”. Ambos son significantes amos de su novela familiar. La historia de su familia, está marcada por la elección amorosa de su padre. Su madre, una mujer de clase media, fue recibida por la adinerada familia paterna como una auténtica arribista. De entrada, hubo un rechazo hacia la “mujer pobre”. Las asociaciones que establece el significante “desciendo” se refieren al rechazo de la identificación con su padre. “Él desciende de la estirpe de su padre” enuncia, pero parecerse a él es lo que nunca quiso, es lo rechazado, lo peligroso. Su padre dilapidó
la herencia familiar. “Temo parecerme a mi padre”. Las asociaciones continuaron durante una serie de sesiones hasta anudarlas con la frase de sus fantasías sexuales; “un hombre es dominado por una mujer”, lo que produjo en el sujeto una auténtica sorpresa
Lacan definió el uso exclusivo del término goce, para referirse a esta particular forma de satisfacción pulsional inconsciente que no genera placer a nivel consciente.
Por las características de la pulsión, el síntoma, asociado a la compulsión a la repetición, aporta una satisfacción más allá del principio del placer. En lo que se repite hay un goce sustitutivo. Pero esta situación no debe llamar a confusiones, el síntoma no suple una satisfacción pulsional reprimida, sino que es el sustituto de una insatisfacción pulsional.
Castración y fantasma participan, de manera conjunta y diversa,
A partir de la estructuración subjetiva, el fantasma será la brújula del neurótico, al punto que Lacan (1993 (1967)), sin ambigüedades, afirma que: “[...] la realidad es, [...], comandada por el fantasma”.
Lacan retoma del término freudiano fantasía, especialmente en al análisis realizado en “Pegan a un niño” (Freud 1990 (1919e)), y lo reelabora como fantasma. Al inicio de este texto (p. 177) queda claro que para Freud, el fantasma está asociado a la obtención de placer. Considerando que el goce está más allá del principio del placer, podemos entender que el placer es lo que le hace de límite al goce, “[...] el placer defiende del acceso al goce” (Lacan 1993 (1967), p.52). De este modo, tal como plantea J-A. Miller (1989), en “una hipótesis estrictamente lacaniana, el fantasma es como una máquina para transformar el goce en placer. [...] para domar al goce, pues por su propio movimiento el goce no se dirige hacia el placer sino hacia el displacer.” (p. 20) Es decir que el fantasma es un guión de vida que el asigna al sujeto, un papel en el cual goza.
III. SINTOMA Y FANTASMA La experiencia analítica nos demuestra que el paciente habla de su síntoma, se queja de él y que ese, es el punto de entrada a un análisis. En cambio, de su fantasma no habla, no se lamenta, digamos que, por el contrario, obtiene placer de él. Es decir que las personas no consultan por sus formas de gozar, por su fantasma, sino que consultan por sus síntomas.
Tanto en el síntoma como en el fantasma, hay un saber inconsciente en juego. El síntoma por su consistencia significante, siempre remite a una significación anterior y encaja a la perfección con la asociación libre. No ocurre lo mismo con el fantasma, que nace con el sujeto y por lo tanto es un saber que no remite a un tiempo anterior y no es posible interpretarlo. Por el contrario, el fantasma provoca el fracaso de la interpretación, cuestión que lleva a Lacan a plantear que el fantasma no sólo es imaginario y simbólico, sino que tiene un componente real. El fantasma no se interpreta, se construye en el análisis.
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