Aporogobia La introducción del texto “Aporofobia”
Diego Milito ²²Examen24 de Abril de 2018
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La introducción del texto “Aporofobia”, de Adela Cortina, estudia el caso del turismo en España, haciendo referencia a la importancia que tiene esto para el país español, las formas de recibimiento por parte de la comunidad local hacia los extranjeros, su cordialidad, y la importancia de los medios de comunicación para abrirle las puertas con “entusiasmo”, como describe la autora, a las distintas personas que llegan al país. Es importante, aquí, destacar el concepto y el adjetivo de extranjero, ya que abarca a comunidades de distintas etnias y razas, que son aceptados de muy buena manera por parte del estado y la sociedad española. Pues bien, ¿es entonces España un país con gente muy “abierta” y con las puertas disponibles para todas las etnias y razas? La escritora responde a esta pregunta otorgándole una importancia particular al turismo. Y es que este es la principal fuente de ingresos de España. Por lo cual, los extranjeros tienen una función “económica” implícita en su rol de turista, que genera una gran prosperidad en el país europeo. Pues sí, la sociedad española es xenofílica hacia este tipo de extranjero, es decir, los recibe con amor y amistad. Ahora bien, los refugiados políticos, aquellas personas que escapan de conflictos bélicos, inmigrantes pobres, o forasteros, a quienes “su éxodo viene de muy lejos en el espacio y en el tiempo y no les trae a nuestro país el atractivo del sol, las playas, la belleza natural y artística, y mucho menos nuestra proverbial hospitalidad…”, la autora los define como “Otro tipos de extranjeros”, que no pueden cumplir su rol “correcto” de turista, aquel que genere prosperidad económica. Y, frente a esta categoría distinta de extranjero, la sociedad española no los recibe con entusiasmo, sino que más bien lo hace con rechazo, o mejor dicho, no acepta su llegada al país. El problema de estas personas no es cuestión de raza o etnia, por lo cual no se puede hablar de xenofobia, sino que a los españoles les molesta que sean pobres, que vayan a complicar la vida, y que arriben sin recursos, pero si con problemas. Son vistos como una amenaza para el bienestar de la comunidad española por su simple condición económica de ser pobre. Adela Cortina destaca esta actitud de racismo y recelo con el nombre de aporofobia, el “…rechazo, aversión, temor y desprecio hacia el pobre, hacia el desamparado que, al menos en apariencia, no puede devolver nada bueno a cambio”. Pues entonces podemos ver que el estado español es la máxima representación del mundo del dar y el recibir: la sociedad acepta y recibe a todo tipo de comunidad, sin importar de donde provenga o sus etnias, mientras este genere empleo y dinero en distintos rubros, pero no lo hace con aquel que sea pobre y llegue a España con intenciones de tratar de sobrevivir, en muchos casos (como el de los inmigrantes pobres). Dichas personas son excluidas política, económica, y socialmente de ese mundo. Esta fobia hacia el pobre, es un concepto que la escritora, si bien lo ejemplifica con el caso español, es universal. Es decir, es una cuestión o un problema que se da a nivel global y en todas las comunidades humanas que hay que solucionar. Es un “atentado diario, casi invisible, contra la dignidad, el bienestar y el bienestar de las personas concretas hacia las que se dirige”, a la que la autora cree que “acabar con estas fobias es una exigencia del respeto, no a “la dignidad humana”, que es una abstracción sin rostro visible, sino a las personas concretas, que son las que tienen dignidad, y no un simple precio.”
En la introducción del texto “Aporofobia”, la filósofa española Adela Cortina, analiza los casos de desprecio hacia los extranjeros pobres a nivel global, estudiando en particular el caso de España. Al respecto, la escritora sostiene que existe cierta fobia en contra de los inmigrantes que llegan al país sin poder contribuirle beneficio alguno. Para validar dicha postura, Cortina presenta distintos argumentos. En primer lugar, explica que los turistas son recibidos de buena manera en el país español, ya sea por el gobierno como por los propios habitantes y ciudadanos. No solamente eso, sino que también, la escritora habla de xenofilia “hacia ese tipo de extranjeros”, es decir, un deseo de amor y amistad hacia ellos. Este tipo de extranjeros, como dice Adela Cortina, se caracteriza por el beneficio “económico” que estos contribuyen en España, debido a que son la principal fuente de ingresos del país: crean empleo, suben cifras de ocupación hotelera, etc. Pero, señala, que aquellos extranjeros que no pueden contribuir económicamente en el turismo español, como pueden ser refugiados políticos y de inmigrantes pobres, no despiertan este sentimiento de xenofilia en la comunidad española, sino más bien genera un rechazo. En segundo lugar, Adela Cortina subraya que estos “otros tipos de extranjeros”, no generan rechazo por su raza o etnia, religión, color, sexo, o por venir de afuera. Sino más bien por su situación económica y por una cuestión de status social. La filósofa señala “el rechazo inmisericorde a la oleada de extranjeros pobres” por parte del pueblo español, considerándola así una acción de discriminación por la situación socio-económica en la que arriban estos turistas. En tercer y último lugar, la escritora señala y explica que vivimos en un mundo en el que está construido sobre un determinado contrato político, económico o social. Un “mundo del dar y el recibir, en el que solo pueden entrar los que parecen tener algo interesante que devolver como retorno”.
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