Bioetica Valores
kandelaloredo25 de Mayo de 2014
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Algún día de este año
FORMACION DE VALORES
TENGAMOS UN BUEN ÁNIMO (taller)
LA FELICIDAD….más que un fin, es un camino en eterno movimiento por el que debemos adaptarnos a él, y en ese diario vivir, vamos construyendo lo que deseamos tener: “EL ÉXITO.”
Un persona puede considerare exitosa si lo es en un conjunto de factores.
Económico……… ¿ganas lo que necesitas?
Profesional…….. ¿te gusta lo que haces?
Familiar…………. ¿convives con tu familia?
Social…………….. ¿disfrutas a tus amistades y vecinos?
Espiritual……….. ¿tienes paz interior?
Salud…………….. ¿gozas de bienestar?
En cada uno de estos factores no seremos 100% exitosos, pero siempre será posible buscar un saldo positivo. Esto se logra si sabemos y expresamos nuestros PROPÓSITOS. Sin un propósito claro seguiremos cambiando de rumbo constantemente sin llegar a ninguna meta, buscando trabajo, sin amigos y con nada estaremos satisfechos. Sin un propósito andaremos por la vida haciéndola más difícil, pesada, incierta, aburrida y dolorosa. Tener un propósito es saber, que objeto tiene la vida que vivimos.
Pero no basta tener un propósito; para tener éxito, se requiere una ACTITUD, que es la manera de actuar, pensar, relacionarse con otras personas ante diversas circunstancias. Esto es a través de la ÉTICA, que nos enseña a diferenciar lo que está bien o mal, lo que funciona o no, lo correcto o incorrecto, lo que favorece o perjudica al ser humano y a la vida en comunidad: todo ello basado en la MORAL. - La ética-, es la reflexión que nos ayuda a tomar decisiones y -la moral-, es la práctica de esas mismas y que se expresan por medio de costumbres, tradiciones, guías para mejor vivir cotidianamente. Estas guías se llaman VALORES, que son las cualidades de las acciones de las personas, de cosas, que las hacen atractivas para el ser humano: es decir “para bienestar personal y el bienestar de la sociedad.
Estos valores se convierten en BUENOS HABITOS y cuando se repiten constantemente por consiguiente, se transforman en VIRTUDES.
¿En donde nace todo lo anterior? En el alma de la FAMILIA.
¿Quiénes son los responsables? Los padres de familia, los maestros, la religión, el gobierno, la misma sociedad, los profesionales de la salud y todos los que tienen un propósito del bien común. ¿Quién debe restituir el daño provocado por no inculcar valores, virtudes, hábitos, ética, moral, propósitos? Todos. Pero no de la manera que hasta ahora lo hemos hecho porque el producto está a la vista.
No necesitamos más medicinas….necesitamos menos enfermos.
No necesitamos más cárceles……..necesitamos menos delincuentes.
No necesitamos más leyes………….sino cumplir y hacerlas cumplir las que hay.
MS. Humberto de Jesús Barbachano Rodríguez
Basado en el libro Hacia un mundo feliz…hoy Gerardo Paz
Listado de valores y su antónimos.Lo demasiado también es maloAdministraciónIncompetencia 27JusticiaArbitrariedadAhorroDespilfarro 28LealtadTraiciónAmistadEnemistad 29LibertadEsclavitudAmor Odio 30MansedumbreIra AutodominioExceso 31ObedienciaDesobedienciaAutoestimaMenosprecio 32OptimismoPesimismoCompasiónInsensibilidad 33OrdenCaosCompromisoExcusa 34PacienciaDesesperaciónConfianzaDuda 35PatriotismoAntipatriotismoCreatividadDestrucción 36PerdónCondenaDecisiónIndecisión 37PerseveranciaClaudicaciónDeterminaciónInseguridad 38PrudenciaNecedadDignidadHumillación 39PuntualidadImpuntualidadDiligenciaIndolencia 40RespetoOfensaDiscernimientoConfusión 41ResponsabilidadIrresponsabilidadDisciplinaRelajamiento 42SaludEnfermedadDisposiciónDesatención 43ServicioAbandonoEntusiasmoApatía 44SiembraDesperdicioEsfuerzoPereza 45SinceridadhipocresíaExcelenciaMediocridad 46SociabilidadIntroversiónFidelidadInfidelidad 47SolidaridadDivisiónFortalezaDebilidad 48ToleranciaIntoleranciaGenerosidadEgoismo 49TrabajoOcioGratitudIngratitud 50Valor-ValentíaTemorHonestidadCorrupción 51VigilanciaDescuidoHumildadSoberbia 52VoluntadDesánimo
El sexar, pudiera ser un valor, viendo desde el punto de vista de la sexualidad humana
Educar las virtudes humanas
Motivados por el amor.
Introducción del libro Virtudes humanas José Antonio Alcazár Fernando Corominas
En la familia se pueden conseguir que los hijos crezcan en valores motivados por el amor. Cada hijo es un mundo y nace con una serie de cualidades y características: algunas positivas y otras negativas.
En la familia es posible asumir los puntos débiles porque los hijos saben que sus padres y hermanos les quieren como personas únicas y valiosas, con sus defectos y virtudes.
Este es el punto de partida para que se propongan luchar por separado y por adquirir los valores que se proponen. Para ello podemos apoyarnos en los puntos fuertes que tiene cada hijo.
Los padres tienen en las ocasiones normales de convivencia familiar, numerosas ocasiones de actuar educadamente con los hijos. Este modo de actuar configura un estilo familiar de educación. Así todos los miembros comparten y respetan una serie de criterios y comportamientos.
La dimensión de la educación en valores.
La educación de las virtudes humanas tiene componentes COGNITIVO (conocimientos), VOLITIVO (querer), AFECTIVO (tener e gusto, el afecto) y CONDUCTUALES (acciones demostrables y observables). Una vez adquirido un sistema de ideas morales, la aplicación de las normas a las circunstancias de cada situación exige el discurso racional y la prudencia. Para pasar a la acción concreta, además de la decisión hace falta la orientación de los afectos y, por otra parte la fuerza de voluntad necesaria para que sea capaz de seguir la propia decisión.
Formación del entendimiento.
Se trata de ayudar a los hijos a asimilar y hacer suyos los valores y criterios de vida que se les presentan, de tal modo que se fomente en ellos un sano espíritu crítico. Se ha de lograr un clima familiar en el que los hijos puedan exponer y defender sus propias razones. Los padre han de escuchar con atención y respeto esas reflexiones, procurando ofrecerles los puntos de apoyo indispensables para que encuentren por sí mismos una sólida fundamentación racional.
Quien asume una actitud de diálogo sincero toma en serio su libertad y la de los demás, tiene en cuenta sus derechos y los de los demás, adopta una actitud de solidaridad propia de quien sabe que, -según Terencio-, nada de lo humano puede resultarle ajeno.
Fortalecimiento de la voluntad.
Pensar es requisito indispensable pero no suficiente. Es necesario ayudar a los hijos a tener fuerza de voluntad mediante la adquisición de las virtudes. La fuerza de voluntad fomenta la autoestima de los hijos y su seguridad personal, al proporcionarles facilidad y energía para conseguir las metas a que aspiran. Para una atención coherente con los objetivos y valores que conforman el proyecto personal de vida, es necesaria la fuerza moral.
Cultivo de la afectividad.
Junto con el cultivo de la inteligencia y de la voluntad, es necesario además atender el desarrollo de la afectividad. La educación moral dirige también la atención de la ordenación de la afectividad favoreciendo una disposición generosa hacia el bien que, en ocasiones, exige sacrificio y renuncias para superar el propio egoísmo. Tener «buenos sentimientos» facilita la firme voluntad para el bien. Las vivencias y valores que se apoyan en el sentimiento y la afectividad enraízan más fuertemente en la persona. Los afectos y sentimientos aportan la energía que lleva a la acción moral. La educación del afecto moral es un asunto complejo. En parte porque la mayor parte de las emociones morales se desarrollan antes de los ocho años, es un tema poco investigado y se escapa de la sistematización de un programa educativo. Lo que está claro que se debe hacer es guiar las sensibilidades morales, ayudar a moderarlas de modo que los niños aprendan a identificarlas, expresarlas, comprenderlas juzgarlas y dirigirlas.
En resumen. El objetivo de la educación en valores es precisamente el de integrar la razón, la voluntad y el sentimiento en cada actuación de la persona. Esto es, alimentar la inteligencia con el conocimiento de los valores, enseñar a reflexionar, para decidir lo más adecuado en cada situación, y de examinar luego, si la actuación que se ha decidido concuerda con el fin que se buscó. Por otra parte, para fortalecer la voluntad es preciso proporcionar al niño, de acuerdo a su grado de madurez, ocasiones de actuar libremente de acuerdo con los fines que se han hecho propios; esto es, facilitarle oportunidades de ejercicio.
Hay que educar enseñando a esforzarse día a día en hacer lo que uno entiende que debe hacer: aprovechar el tiempo, sacar partido a las propias capacidades personales, procurar vencer los defectos del propio carácter, buscar siempre hacer algo más por las personas que están a nuestro alrededor, mantener una relación cordial con todos, etc. Para todo este programa de educación hace falta una motivación (voluntad mejor dispuesta es la más motivad), que es la clave de la educación de los sentimientos.
“Los hijos deben sentirse queridos”
Transcrito por Dr. Barbachano
Definición de volitivo
La
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