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Bitacora.


Enviado por   •  14 de Febrero de 2014  •  Ensayos  •  445 Palabras (2 Páginas)  •  223 Visitas

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La autora parte de la conclusión de que hay dos tipos de pueblo, los destructores que creen en la cultura de la fuerza y los inconsistentes que con resentimiento y fascinación se someten al poderoso, pues eso les reporta seguridad. El Estado moderno detenta el monopolio legítimo de la fuerza, actúa a través de su burocracia y establece relaciones recíprocas entre los que gobiernan y los gobernados.

Una democracia se proyecta hacia el futuro, una república se sustenta en el pasado por que somos el producto de nuestra historia, somos herederos de las ideas políticas del siglo antepasado, de las grandes revoluciones. Una democracia no se verifica por la simple existencia de partidos políticos y de elecciones, sino por la capacidad que tengan los actores políticos como hombres de Estado de tomar decisiones políticas fundamentales que aunque no siempre responden a las expectativas de todos los sectores de la población, hacen funcionar el aparato estatal. La política es el arte de hacer Estado.

Se ha sustituido el intervencionismo paternalista del Estado benefactor por un Estado maternalista que trata a los ciudadanos como si de menores de edad se tratase, es un Estado que no ha dado prueba de su autoridad, entendida ésta como la capacidad reeducar al pueblo, no como la facultad de sojuzgar.

La política debe mirar al pasado solo en la medida que le sirva para proyectarse al futuro. Sin embargo nuestro país ha abusado recreando la revolución hasta llegar al mito, es lo que conocemos como populismo. De este modo nos tienen sojuzgados, tal vez por la pasividad con la que aceptamos esa “seguridad” que nos reporta el sistema o porque aun no estamos preparados para un liberalismo integral.

Aun cuando el capitalismo se funda en ideas liberales, en una sociedad capitalista no todos los sectores de la población deben estar motivados por el ánimo de ganancia, que es un ánimo que por condición natural deja a un lado el intelecto, son sectores que deben sustraerse de la influencia mercantilista como es la educación, la información, la justicia, la ciencia y el arte. Y es que un Estado moderno no puede sustentarse sólo en reformas económicas, sino en reformas ideológicas profundas, de lo contrario está garantizado el colapso del aparato estatal.

Desgraciadamente la opinión pública no se cuestiona, es volátil, inconsistente y se deja dominar por lo emotivo, por lo cual resulta muy fácil manipularla mediaticamente. Los medios de comunicación fabrican la historia, pasan de la anécdota, hasta llegar a la fábula, estamos bajo la dictadura de la interpretación de los medios de comunicación. No progresamos, la lucha política debe emprenderse por cambios sustanciales tendientes a preservar nuestros valores y cultura nacionales.

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