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CUENTO EL MINERO

ferry369Tarea24 de Abril de 2020

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EL MINERO

Recuerdo bien que todo inicio el día dieciséis de agosto, estaba buscando oro y diamantes en la mina  junto a mis dos amigos, Miguel y Antonio, estaba junto a ellos charlando mientras trabajábamos, pero obviamente también estaban presentes todos mis otros compañeros de trabajo, ese día todo iba bien hasta que Antonio se empezó a poner paranoico, esto sucedió por que en la mina existía una historia de una extraña criatura que supuestamente rondaba por esos lugares, en ese momento suponía que esta historia fue inventada y divulgada a otras personas con la excusa de que esta criatura pudo haber mutado por el material radioactivo que hace tiempo se encontró en la mina, se dice que solo lograron sobrevivir dos personas, una de ellas al poco tiempo se suicidó y la otra se volvió loca, Antonio creía en esta historia porque asegura que en numerosas ocasiones logró ver la silueta de ésta extraña criatura, dice que es una criatura alta y delgada pero no lo parece porque todo el tiempo camina encorvada, al solo haber podido ver esta criatura corriendo por razones obvias se esconde para evitar que la criatura no lo encuentre.

La razón de su paranoia y preocupación es que este día Antonio había notado que uno de nuestros compañeros de trabajo no estaba, por esto estuvo distraído por un largo tiempo, esto causó que al no fijarse en su labor se resbalara con una piedra, ocasionando que sus gafas de protección se rompieran en el impacto, él dijo que iba a ir por sus gafas de repuesto, tiempo después Antonio llegó corriendo con el brazo ensangrentado, le pregunté qué fue lo que había pasado y él me contó que al intentar buscar su maleta en donde estaban sus gafas de repuesto escuchó en el camino unos extraños ruidos como si estuvieran masticando algo crujiente, cranch, cranch, cranch… cuando Antonio intentó revisar qué estaba pasando desviándose del camino  lo primero que vio fue un charco de sangre en el piso, cuando alzó la mirada vio como esa extraña criatura estaba devorando los huesos de la pierna izquierda del trabajador que había desaparecido ese día, Antonio asegura haber visto que toda la cara de la persona estaba totalmente rasgada y su cráneo destrozado, dejando ver partes de los sesos esparcidos por todo el suelo; al ver esta escena tan perturbadora Antonio quedo atónito y sin darse cuenta dejó caer su casco de protección de sus manos, que al chocar contra el piso causó un fuerte sonido y la criatura inmediatamente empezó a perseguirlo, la razón de su herida en su brazo derecho es porque la criatura en su intento de atraparlo intentó agarrar su pierna pero no lo logró y simplemente rasgó su brazo con sus largas y filosas garras; con un botiquín de primeros auxilios intento sanar su herida, le dije a Antonio que no le contara a nadie sobre eso ya que si lo hacia nuestros compañeros se iban a alarmar, lo que causaría más problemas.

Poco tiempo después de lo sucedido se escucha un estruendo increíblemente fuerte, por lo que muchos de nuestros compañeros de trabajo fueron a ver qué estaba pasando, les advertimos que no fueran pero no nos hicieron caso. Miguel llegó y le dijo a Antonio que le dijera todo lo que estaba pasando, él no aguanto más y decidió contarle, Miguel al escuchar todo lo que estaba pasando se alarmó mucho y empezó a preocuparse por su vida, yo solo intenté calmarlo mientras me aseguraba de que Antonio no le dijera a nadie más sobre esto. Mientras tanto los demás trabajadores estaban esperando a la llegada del resto de sus compañeros que habían ido a investigar; tiempo después nos percatamos que de los ocho trabajadores que fueron a revisar lo qué estaba pasando, solo regresaron tres, uno de ellos tenía heridas graves y ni siquiera podía pararse establemente, mientras algunos de nuestros compañeros intentaban ayudarlo los otros dos nos contaban que la salida principal había sido bloqueada por una enorme pared de roca, estaban muy asustados y confundidos porque afirmaban que el causante de este derrumbe no era humano, los dos describían a la criatura con las mismas características que me contó Antonio.

Después de esto ya estaba totalmente seguro de que en este lugar había habitado una criatura misteriosa desde hace tiempo, pasaron unos minutos mientras todos procesábamos lo que estaba pasando y cuando empecé a pensar con claridad me reuní con los demás trabajadores para así encontrar la manera de salir de esta situación, pero esto no sirvió de nada debido a que mientras estábamos pensando qué hacer empezamos a escuchar como si alguien estuviera corriendo bruscamente, algunos se asustaron y se quedaron en donde estaban, en cambio otros compañeros y yo fuimos a ver si era un sobreviviente, pero no vimos nada, ni siquiera a la extraña criatura, uno de nuestros compañeros sin pensarlo fue corriendo y gritando el nombre de uno de los trabajadores, al parecer era un amigo muy cercano a él, apenas se adentró un poco en este camino y todos vimos como la silueta de un largo y delgado brazo salió del techo, gritamos muy fuerte para que lograra escapar, pero ya era muy tarde, el hombre no alcanzó a reaccionar y en consecuencia el largo brazo lo agarró con fuerza, se escuchó un grito, muchos crujidos y luego una lluvia de sangre y extremidades cayendo del techo, luego de esto la mayoría de nosotros salimos corriendo mientras algunos otros con valentía y lealtad se quedaron protegiendo a los dos heridos, yo fui a ayudar a Antonio y le pregunté que si podía caminar, él dijo que sí, ya que lo único que le impedía caminar normalmente solo era el dolor que tenía por su brazo herido, en ese momento volteé a ver a Antonio, agarré un pico y corrimos lo más rápido que pudimos buscando un lugar seguro; luego de correr sin rumbo me tropecé con una roca y ya en el suelo vi algo inquietante, me di cuenta que una parte del piso era diferente, como si hubieran intentado cubrir algo, con el pico le di un fuerte golpe y cayeron en picada solo una cuantas rocas, le di muchos más golpes y por fin pude ver cómo se abría una entrada a un oscuro agujero, al entrar con Antonio me di cuenta que era un agujero bastante grande, donde al menos alcanzaban seis personas, nunca había visto este lugar porque era difícil darse cuenta del cambio del suelo, cuando entramos encontré una maleta donde habías muchas velas, tres encendedores, unas ocho linternas, algunas bengalas, navajas etc., le di una linterna a Antonio y con las mismas rocas que se cayeron por el impacto empecé a cerrar de nuevo la entrada, hice mi mayor esfuerzo para que no se notara mucho que había un desbalance en el suelo, pero por los pequeños agujeros que no logre tapar lograba salir la luz, entonces puse mi chaqueta en la entrada del agujero y la logré dejar estable, de esta manera la luz no podía salir; con Antonio decidimos usar una de las linternas para no estar a ciegas ya que las velas no serían muy favorables, cuando le eche un vistazo al agujero me di cuente que había una nota en la que se mencionaba que este escondite fue hecho para que si alguien lo lograra encontrar le sirviera de escondite para escapar de la criatura, junto con esta nota se encontraba una lista de consejos para escapar de la criatura y una de las cosas más importantes que me iba a servir para lograr escapar de ésta es que odia la luz, en ese momento entendí porque habían tantas baterías y linternas, cuando seguí leyendo el papel encontré una parte en la que se mencionaba que si ésta cosa llegaba a morder a alguien le dejaría una especie de veneno, esta herida tiene tres etapas, primero la herida se va a tornar de un color verdoso, luego iba a debilitar al portador de este veneno, y por último se esparciría por todo su cuerpo y mataría a la víctima, al leer esto me preocupé mucho por Antonio ya que al ser un veneno de una criatura desconocida lo más probable es que esta situación no tenga cura, no le avisé que su vida estaba corriendo riesgo ya que de esa manera probablemente se hubiera rendido y no hubiera querido seguir adelante, cuando terminé de leer todo lo mencionado en la nota ya estaba mucho más preparado para afrontar a este ser, al tener mi reloj me di cuenta que ya eran las diez de la noche y hasta eso Antonio ya se había dormido, yo decidí quedarme despierto para que Antonio estuviera a salvo, esa noche empecé a pensar qué sería de Miguel y de los demás trabajadores, luego me acordé que no revisé los demás bolsillos de la maleta, ahí encontré catorce latas de sopa y unas cuantas cucharas, cuando revisé el último bolsillo encontré algo que me devolvió las esperanzas, en ese bolsillo se encontraba una radio de policía, al ver esto tuve que resistirme de dar un grito de euforia, y justo en ese momento intenté enviar un mensaje pero no había respuesta, intenté cambiarle la frecuencia infinidad de veces pero por alguna razón no respondía, empecé a frustrarme y quería rendirme, pero mientras hacía esto no me percaté de algo muy importante, el sonido de la radio atrajo a la criatura, justo en ese momento apagué la radio rápidamente e intenté hacer el menor ruido posible, escuché unos pasos justo encima de nosotros, percibí como la criatura empezaba a olfatear en lugares cercanos a los de la entrada de la guarida, con mi ropa tapé la linterna por si la criatura estuviera viendo por los pequeños orificios alguna señal de luz, no apagué la linterna por miedo a que la criatura lograra escuchar el clic del botón.

Pasó aproximadamente una hora y media y escuché un fuerte estruendo, en ese momento la criatura salió corriendo rápidamente, por un momento tuve la ilusión de que alguien le había disparado a la criatura, pero al analizarlo bien me di cuenta de que el sonido se escuchó como si algo se hubiera caído, unos veinte minutos después se empezaron a escuchar fuertes gritos, Antonio se despertó confundido y con miedo, a los pocos segundos me pregunto qué estaba pasando y le contesté que la criatura había encontrado a nuestros compañeros, con tristeza Antonio pronuncio el nombre “Miguel”, le dije que lo más probable es que a él también lo haya encontrado, Antonio insistía en que yo descansara mientras el vigilaba que la criatura no se diera cuenta que estábamos ahí, pero mientras discutíamos sobre eso él se empezaba a quedar dormido, todo el trabajo que hizo Antonio lo había dejado desgastado y al parecer el veneno ya estaba surtiendo efecto porque su herida ya estaba tomando ese color verdoso, solo que él no lo había notado, al final ya no pronunciaba bien las palabras y empezó a caerse hacia atrás lentamente, alcancé a sostenerlo y lo acosté lentamente, revisé si aún respiraba y me di cuenta que apenas estaba iniciando la segunda fase de la enfermedad, seguí pensando en cómo salir de aquella situación y lo mismo se presentó el siguiente día pero esta vez encontré una manera de ser más discreto con la radio, con la manga de mi buso tapaba el parlante de la radio para que el sonido fuera más bajo, aunque no obtuve resultado, intenté mantener la calma, esa noche tampoco dormí y al siguiente día seguí intentando lo mismo, después de que la criatura viniera a ver si había alguien no volví a escuchar ni sentir que la criatura estuviera cerca, escondí la nota para que Antonio no se alarmara por su posible muerte, y unas tres  horas después no soporté y caí dormido, cuando desperté Antonio estaba despierto y sentado a mi lado, a su lado izquierdo estaba la radio y la nota en donde decía lo de su enfermedad, parecía que lo había leído hace poco porque aun habían unas lágrimas en su cara, al levantarme me miró y apuntando a su brazo en donde estaba su herida, me dijo “así que voy a morir”, lo abracé y le dije, “todo estará bien”, sentí como una lagrima me caí en la nuca, y en ese momento pensé en confrontar a la criatura para poder salvarlo, pero Antonio dijo que le ayudara con la radio y dejé de pensar en eso, como no quería discutir con él en ese momento no le dije sobre mis intentos fallidos con la radio y solo le dije que con mi buso disminuyéramos el sonido, intentamos cambiar la frecuencia unas diecisiete veces y al instante al cambiar por último la frecuencia se disparó un fuerte sonido, en ese momento nos pusimos muy felices, pero recordé a la criatura y le dije a Antonio que aprovechemos mientras la criatura intenta encontrarnos, escuchamos la voz de una persona y le preguntamos si era algún oficial o algo por el estilo y nos contestó que sí, al instante le dijimos que mandara una ambulancia y refuerzos a la dirección de la mina, nos preguntó detalles más específicos y le contestamos que no teníamos tiempo y que nos escucharía la criatura, un poco confundido nos dijo que haría lo mejor que pudiera, apagamos la radio al instante y escuchamos pasos cada vez más y más fuertes, estábamos casi seguros que era la criatura ya que era muy poco probable que alguien siguiera vivo afuera, cuando los pasos pararon empezamos a escuchar como la criatura olfateaba muy cerca de la entrada del escondite, al poco tiempo de esto me percaté de un olor fuerte que antes había ignorado, al seguir el olor me di cuenta que al lado derecho de Antonio se encontraba una lata de sopa abierta, lentamente le señalé hacia la lata y él me susurro en el oído que lo perdone porque al despertar tenia hambre y decidió comer, empecé a pensar en qué hacer y por costumbre metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón, sentí algo áspero y al sacar mi mano estaba llena de viruta y fragmentos de carbón, me acordé que sacaba de la mina diariamente pedazos de carbón para luego hacer asado o algo por el estilo, al instante se me ocurrió una idea, iba a esparcir por todo el lugar polvo de carbón para usarlo como aislante del fuerte olor de la sopa, cuando ya había pensado en cómo hacerlo agarré mi pico y lentamente fui fragmentando todos los carbones que se encontraban en mi bolsillo y luego con el mango del mismo pico empecé a moler los pedazos de carbón contra el piso, agarré todo el polvo que pude y empecé a soplarlo lentamente por todo el escondite, a los pocos segundos la criatura dejo de olfatear como si ya no percibiera el olor, el plan salió a la perfección pero había un problema, al haber polvo de carbón en todo el lugar a Antonio y a mí nos empezó a dar ganas de toser, yo sacudí un poco mi ropa y tape mi nariz y boca con ella, le señalé a Antonio que hiciera lo mismo pero él no sacudió la ropa y simplemente se tapó, al hacer esto vi como su ropa se deformó por como Antonio inhalo fuertemente aire ya que había intentado aguantar la respiración, al instante puso una extraña cara para intentar contener las ganas de toser, no podía aguantarlo por su cuenta e intento tomar un sorbo de sopa para calmar las ganas, pero no sirvió de nada, Antonio no pudo resistir y dio un fuerte tosido, luego de esto con sus manos se tapó la boca, escuchamos un fuerte chillido, como si la criatura quisiera decir algo, empezamos a escuchar como la criatura daba fuertes golpes en el piso, estos golpes eran aleatorios pero todos cerca de la entrada del escondite, le di una linterna y un par de navajas a Antonio y yo cogí una bengala y el pico, nos quedamos quietos mientras los dos estábamos listos para defendernos, luego de unos segundos todo quedó en silencio y vimos como la delgada y ensangrentada mano de la criatura rompía la entrada del escondite con un fuerte golpe, yo encendí la bengala para cegar a la criatura pero esta solo intentaba evitar la luz, no tenía más opción que confrontarla y acerqué la bengala a la cara de la criatura, esta soltó un chillido y volteó la cabeza y con su mano intentó rasguñarme, mientras esquivaba sus manotazos me di cuenta que su cuello estaba vulnerable y agarre el pico con fuerza y se lo clave en la parte vulnerable del cuello, soltó un fuerte y atemorizante chillido, yo me alejé un poco y observé alegre como la criatura sufría, después de todo parecía no tener la menor compasión con nosotros, se logró arrancar el pico del cuello y con furia lo lanzó hacia nosotros, pero no tuvo la más mínima puntería, vi que intentaba volver a atacarnos y cuando parecía haberse recuperado completamente, entró completamente al escondite y me lanzó un extraño gas verdoso que emanaba de su boca, este me dejo un poco aturdido y sentí como me rapaban la bengala de la mano, me asuste y con dificultad abrí los ojos, rápidamente vi a mi alrededor, me di cuenta que el que me quitó la véngala fue Antonio y estaba intentando alejar a la criatura, lo miré con satisfacción de que no le hayan hecho nada y le pedí la bengala, cuando me la dio fui directamente hacia la criatura pero esta vez se reusaba a alejarse, noté que sus enormes ojos grises eran un blanco fácil, y con  todas mis fuerzas y con mucha velocidad pinché el ojo izquierdo de la criatura con la parte de la bengala que emanaba toda su luz, aunque se había apagado logré atravesar el parpado y dejé a la criatura tuerta, esta empezó a chillar fuertemente por las heridas que le hice, me dirigí hacia la maleta y tomé otra bengala, la prendí y fui hacia la criatura rápidamente, esta al verme soltó un chillido aún más fuerte y con su garra me rasgo el brazo con el que sostenía la bengala, fue doloroso pero si mostraba signos de debilidad la criatura tomaría ventaja y me asesinaría, aparenté que no hubiera pasado nada e hice un amague como si quisiera volver a atacarla, no la ataqué de inmediato porque mi brazo ya no tenía fuerzas, al hacer esto la criatura me miró con miedo y se hizo para atrás, luego me acerqué decididamente más y ésta salió corriendo del escondite, esperé unos segundos y asomé mi cabeza con la bengala siempre en mi mano para poder mirar, la criatura mientras corría rápidamente volteo la cabeza y al mirarme soltó otro chillido y al intentar ir más rápido se tropezó y cayó, se levantó rápidamente y siguió su camino, volví a entrar al escondite y vi que Antonio estaba en el piso, le pregunte que si estaba bien y el me contestó que ya estaba entrando en la etapa tres de su enfermedad, cuando escuché eso supe que no teníamos tiempo para esperar al rescate y me aseguré de que la criatura no estuviera cerca y puse en la maleta todo lo necesario para poder defendernos de la criatura, saqué a Antonio del refugio y lo puse encima de mi chaqueta para poder arrastrarlo ya que él no estaba en condiciones para caminar, saqué una de las linternas y antes de irnos le di de comer a Antonio una de las latas de sopa, él estaba tan hambriento que se tomó la que le di muy rápidamente y también le di la mitad de otra, mientras tanto yo también me tome una y con lo que sobró de la sopa que no terminó de tomarse Antonio la lance al escondite y me asegure de que el olor a comida se impregnara en el lugar, hice esto porque sabía que la criatura regresaría y mientras nosotros escapamos, la criatura se distraería en el escondite, empecé a caminar mientras arrastraba a Antonio por donde mi intuición me guiaba, tenía la bengala para poder ver y para para ahuyentar a la criatura, luego de unos cinco minutos empecé a darme cuenta que era el camino a la salida, le dije a Antonio que resistiera y que ya estábamos muy cerca, lo acomodé mejor y empecé a ir más rápido, entre más nos acercábamos a la salida íbamos viendo cuerpos de nuestros compañeros, cuando ya habían pasado diez minutos Antonio me tocó la pierna y me dijo que mirara atrás, cuando volteé se veían los dos enormes ojos grises, para darme cuenta si era él lance sin pensarlo la bengala y cuando llegó a sus pies se veía como la criatura nos señalaba con su largo dedo y soltó un chillido tan fuerte que hizo eco en toda la mina, mientras el corría hacia nosotros yo buscaba desesperado algo de utilidad contra la bestia en la maleta, mientras más se acercaba Antonio decía cada vez con más preocupación que la criatura estaba cerca, hasta que encontré una pistola de bengalas, la saqué y rápidamente le puse la recarga correspondiente, gracias a la luz de atrás intenté tener más puntería pero de todas maneras esto no sería de mucha utilidad ya que la bala de la bengala zigzagueaba y si no le daba por lo menos la podría ahuyentar, me percaté que la bengala le dio como en la frente pero no sabía con mucha certeza si el impacto fue cerca de un ojo o si fue en el lado derecho o izquierdo de la cara, bueno, el punto es que le di y ahora estaba más herida que antes, cuando escuché de nuevo su chillido esta vez parecía como si fuera de rabia envés de dolor, se lanzó rápidamente a atacarnos y saqué otra bengala de la maleta, empecé a ir lo más rápido que podía pero el ácido que me mando la criatura y también su rasguño no me permitían avanzar muy rápido, estaba viendo borroso y me sentía muy cansado, cuando estaba a punto de rendirme, Antonio me dijo que aún teníamos oportunidad ya que al parecer le di cerca del ojo derecho de la criatura que sería el único que le servía, Antonio saco de su bolsillo una de las dos navajas que le di en el escondite y mientras le pasaba una bengala, Antonio desenvainó la hoja de la navaja y se la lanzó a la criatura con las ultimas fuerzas que le quedaban, recuerdo bien que él siempre tuvo mucha puntería en el juego de dardos y por eso tenía fe en él, los dos observamos atentamente a ver si le daba a la criatura y vimos como la hoja de la navaja se clavaba fuertemente en el vientre de la criatura, esta se agacho unos momentos al suelo para intentar sacársela, al levantarse puso su mano derecha en su vientre e intentaba seguir en pie, a lo lejos se lograba ver la salida con la barrera de piedras que esta criatura había puesto hace rato, en ese momento nuestra mayor preocupación era que al estar vulnerables intentando sacar alguna roca la criatura nos asesinara, vi para atrás y noté que aunque la criatura se acercara con lentitud ya estaba muy cerca y nos iba a alcanzar, escuché que Antonio me pidió perdón y sentí como si un peso se liberara de mi brazo, cuando volteé a mirar que estaba haciendo, vi como Antonio había rasgado la chaqueta para poder liberarme de su peso y permitir que pudiera escapar, iba a ir por él de nuevo y con su navaja apunto hacia mi mano que estaba a punto de tomarlo y me dijo estas palabras, “escapa de este lugar y se feliz, de todas maneras no lograré sobrevivir”, luego acercó su bengala hacia la criatura para hacerla retroceder y con una sonrisa desinteresada en su rostro apunto hacia la salida, yo sabía que él no me iba a dejar salvarlo, fui corriendo hacia la salida con lágrimas en mis ojos y escuchaba como Antonio intentaba levantarse, escuché como si algo se hubiera regado en el piso y vi a Antonio parado aun con su navaja llena de sangre y a la criatura al frente de él con una profunda cortadura que Antonio le provocó en el cuello, luego de esto supe que no se iba a detener, así que volteé para ver como escapaba y vi que había un lugar en donde lograría salir y si tumbaba esa roca no se derrumbarían las demás por un tipo de soporte que hacia una roca más grande que estaba encima de esa, saqué el pico de la maleta mientras escuchaba como Antonio seguía luchando con la criatura, cerré mis ojos de donde salió una lagrima que rápidamente recorrió toda mi cara, me llene de valor y con todas mis fuerzas empecé a darle golpes a la roca, después de unos cuantos golpes logré sacar la roca y se escuchó con fuerza como la roca impactaba fuera de la mina, se logró ver la luz del día y voltee a mirar a Antonio, note que le había infligido grandes daños a la criatura y con una sonrisa en su rostro lo vi por última vez, la criatura le dio un fuerte manotazo en el rostro y supe que en ese momento Antonio había muerto, salí de la mina y lancé mi bengala para ahuyentar a la criatura que estaba dentro de  esta, me alejé un poco y observé como la criatura casi ciega asomaba su cabeza y al sentir la luz del sol esta volvía a entrar, me acerqué un poco y la criatura saco su largo brazo por el orificio, lleno de odio agarré su mano con fuerza y con la misma roca que saqué para poder escapar, la agarré con fuerza y con dificultad la alcé y al dejarla caer en su muñeca se escuchó un fuerte sonido como si toda su mano estuviera rota, luego la criatura intentaba meter su mano de nuevo pero yo insistía en hacerla sufrir más, saqué de la maleta una navaja y le arranque tres dedos al azar, supuse que  no chillaba por el corte que tenía en la garganta, y cuando me distraje con eso apliqué menos fuerza en mi agarre y en ese momento la criatura aprovechó para soltar su mano, vi como se iba lentamente porque ya no lo podía hacer de manera normal por todas sus heridas, supe que no llegaría muy lejos y me fui del lugar, llegué a la carretera y seguí caminando, el lugar estaba desierto.

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