Caso de Estudio “Almacenamiento de Sustancias Químicas”

ANÁLISIS DE CASOS

A partir de la lectura de los siguientes casos prácticos, identificar y enumerar los Factores de Riesgo, Actos y Condiciones Inseguras observados y plantear medidas preventivas para cada caso.

1) Caso de Estudio “Almacenamiento de Sustancias Químicas”:

¿Para qué querrán todo esto?, se pregunta Matías mirando el camión repleto, con un producto químico, y estacionado frente a la fábrica: este material aquí no se gasta ni en un año. Matías trabaja como mecánico en una pequeña empresa dedicada a la fabricación de pesticidas y su puesto de trabajo es el de mantenimiento de las maquinarias. Él y Tomás, otro operario recién incorporado a la empresa, están sustituyendo a dos compañeros del depósito de productos que están faltando por algún accidente laboral. No tienen experiencia en este trabajo y tampoco han recibido ninguna indicación al respecto, pero las necesidades de la empresa requieren que esta sustitución se realice de manera inmediata. Mientras los dos jóvenes estaban comentando sobre como “bajar” el cargamento, Alicia, la responsable de la recepción de equipos, materiales e insumos, les indica que deben vaciar el camión y trasladar toda la carga al almacén. Una vez allí, deben colocar los productos en sus correspondientes zonas, siguiendo las señalizaciones marcadas en las estanterías y el sistema de clasificación del recinto. “Es muy fácil”, dice Alicia, “donde veas calaveras coloca calaveras, donde veas llamas...llamas, y así con todos… lo que no quepa, lo dejan en el patio descubierto que está junto al almacén”. Los dos han puesto manos a la obra en el almacén y, mientras Matías está terminando de bajar los últimos envases de “isocianato de metilo”, Tomás arrastra hacia el patio un carretón de mano cargado con productos que no caben. Cuando llega a la puerta de acceso al patio, que está situada dentro del propio almacén, se encuentra con varios envases

que dejo Matías obstruyendo parcialmente la entrada. Tomás fuerza un poco el “pallet” donde estaban situados y consigue moverlo un poco, lo justo para poder pasar. Con el desplazamiento uno de los envases cae hacia un lado dejando gotear isocianato y al mismo tiempo golpea un recipiente de plástico con agua que estaba medio escondido y que alguien había dejado abierto, haciéndolo derramar su contenido sobre el suelo. Tomás no se da cuenta de este último hecho y continúa arrastrando el carretón hacia el patio pensando que más tarde colocará todos los envases en su sitio. Al llegar al patio exterior comprueba con sorpresa que todo el orden que había encontrado en el almacén allí no existía. En el centro del patio estaban mezclados toda clase de bidones: unos identificados como “líquidos inflamables”, otros con la etiqueta de “sustancias tóxicas” y otros con la indicación de

“nocivo e irritante”. Además, había también muchos tambores de metal que tenían

manchas de óxido en la parte inferior. En otro extremo del patio también había un montón de recipientes de plástico que se veían muy estropeados; la mayoría estaban resecos y agrietados y dos de ellos tenían el asa rota. Tomás, desconcertado ante el panorama, deja todo lo que lleva en el carretón junto a esos bidones y regresa hacia el

almacén para recoger lo que se había caído. Al entrar nota un olor muy fuerte y observa que en el suelo hay una enorme mancha líquida, emanando gases, que ocupa buena parte del almacén. Al parecer, algo había reaccionado y desprendía humos muy desagradables. Queriendo remediar el inconveniente ingresa para retirar los envases volcados pero se siente mal y un sexto sentido lo alerta de que aquello es peligroso y, asustado, se dirige hacia Matías para contarle lo ocurrido. Matías no lo duda; salen rápidamente del almacén y van en busca de un teléfono para advertir que

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