Consecuencias de la cuarentena en la salud nutricional
inessmontesEnsayo11 de Febrero de 2022
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Inés Montserrat Santana Montes
No. De Expediente: 278905
Licenciatura en Nutrición.
CONSECUENCIAS DE LA CUARENTENA EN LA SALUD NUTRICIONAL
La mal nutrición: un efecto colateral de la cuarentena
Todo aislamiento social conlleva efectos colaterales, y en México, donde ocho de cada diez personas tienen exceso de peso, el efecto nutricional es uno de los más problemáticos. Estudios recientes demuestran que en estos días la mayoría opta por azúcares y alcohol, baja la dieta de frutas y verduras, y si bien muchas personas prefieren cocinar más comida casera, casi todas las recetas consisten en harinas o postres. Los especialistas alertan sobre el peligro que pueden generar estas derivas alimentarias, sumadas a la falta de actividad física, sobre todo en la población con mayores factores de riesgo, la más frágil ante el Covid–19.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Más de 73% de las muertes que ocurren en el país son causadas por enfermedades no transmisibles (ENT), como las respiratorias, cardiovasculares, oncológicas, la diabetes y la obesidad, sumando a todo esto las enfermedades que sufren los pacientes inmunodeprimidos. Si bien todo lo que ocurre con la pandemia está afectando o favoreciendo de manera distinta a cada persona, algo está probado: en este período de aislamiento social, todos los factores de riesgo que aumentan esa fragilidad sanitaria, desde el consumo de alcohol hasta el sedentarismo, se acrecientan de manera importante.
OBJETIVO DEL TEXTO
Informarle al lector sobre la importancia del impacto que genera la cuarentena y el aislamiento, y cómo afecta la Salud Nutricional de cada persona, así mismo, se mencionarán sus antecedentes, distintas propuestas de solución para tratar los desórdenes alimenticios , temas de reflexión relacionados a la Nutrición y a los profesionales que la estudian , y por último se plasmarán diferentes propuestas de nuevos hábitos alimenticios que se pueden implementar en esta cuarentena desde casa , así como de acciones que se pueden llevar a cabo para el fortalecer no sólo el cuerpo sino también la mente , generando una nueva manera de pensar.
ANTECEDENTES
Desde que comenzó la cuarentena a raíz de la pandemia por el coronavirus, las horas parecen días y estos últimos meses han sido los más largos de todo lo que va del año. Ese es más o menos el sentir generalizado entre la gente del mundo y, por supuesto, la de México. Sin número de afecciones se han presentado en esta cuarentena; tanto físicas como psicológicas, entre ellas síntomas como: nerviosismo, incertidumbre, miedo, falta de apetito, dificultades para conciliar el sueño. El hecho de que la rutina se haya modificado y de tener menos actividad; no salir y no hacer ejercicio físico al aire libre, genera sin duda cierto nivel de estrés y ansiedad.
ANÁLISIS
Una situación tan peculiar como la que se está viviendo, exige igualmente una mirada ajustada a esa excepcionalidad. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que en México afectan, según estudios epidemiológicos, hasta al 10% de los mexicanos, especialmente a las mujeres, situación en la que el confinamiento puede ser una situación de riesgo, por tanto, se puede ver agravada su sintomatología. Esta situación puede aumentar la preocupación y el sentimiento de obsesión o miedo por algunos alimentos y por el control del peso. Muchas personas se encuentran todo el día en casa con comida disponible, sin actividad física, expuestos a situaciones con una gran carga emocional, y muchas veces las personas prefieren ponerse “dietas”, comiendo muy poco o en exceso, sin tener absolutamente ningún conocimiento sobre el tema, afectando de manera grave su salud tanto física como mental.
DISCUSIÓN
Desórdenes Alimenticios, un doble encierro durante la cuarentena
Desde dietas restrictivas hasta medidas compensatorias, pasando por hiperactividad, vómitos, atracones, son algunos de los síntomas alimentarios de los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Los episodios de ansiedad, generalmente, suelen impulsar a comer en exceso, mientras que en los episodios de más intensa tristeza se suele restringir más la ingesta de alimentos. Queda claro que la cuarentena puede ser un desencadenante de esta sintomatología, o que el confinamiento saque a la luz trastornos que hasta el momento habían estado ocultados. Al estar encerrados en nuestras casas, la movilidad física es menor, y puede hacerse más evidente el miedo hacia la comida o la tendencia a realizar algún tipo de conducta compensatoria que hasta el momento no había aparecido.
¿Cómo podemos ayudar a alguien con un desorden alimenticio?
Si algún conocido muestra señales de un desorden alimenticio, no se debe guardar silencio. Tener una conversación y hablar al respecto es el primer paso para obtener ayuda.
Lo más importante, es saber identificar si en familiares, amigos o incluso en uno mismo, se están presentando síntomas de algún desorden alimenticio, que como se mencionó anteriormente, pudo haber estado oculto y se haya desarrollado de manera más notoria en esta cuarentena.
Tratar de estar tranquilo y sin prejuicios es el primer paso para ayudar en este tipo de situaciones, hacerle saber a la persona lo preocupante que es la situación y lo peligroso que se ha vuelto su comportamiento poco saludable. Ser honesto y brindar apoyo siempre será la clave para comunicarse de manera correcta con las personas e incluso con uno mismo. También es importante considerar un tratamiento si es que se considera necesario, cuanto antes alguien que lo necesita inicie el tratamiento, mejor será el resultado.
En la selección de los alimentos influyen varios factores en los que se encuentran: gustos, preferencias, antojos, ingresos económicos, disponibilidad y acceso. En estos días de aislamiento social, es muy probable que la sensación de inseguridad aumente, generando así, cambios en los hábitos de alimentación, como respuesta al estado de alerta en el que se encuentran la mayoría de las personas.
Propuestas de solución
Una adecuada planificación del día a día contribuirá a consolidar hábitos saludables. Algunas de las sugerencias que se pueden llevar a cabo son: establecer un plan de alimentación que incluya las cinco comidas del día, que todos los miembros de la familia puedan participar en estas comidas y que coman el mismo tipo de alimentos, facilitar un ambiente tranquilo durante las comidas, y algo muy importante, evitar el uso de tecnología o escuchar noticias de los medios que puedan tener un alto impacto emocional. Otra cosa que se debe tomar en cuenta es cuando se realicen las compras de supermercado; una lista de alimentos previamente elaborada, ayudará a no dejarse llevar por el impulso de comprar más alimentos de los que son necesarios o a los que se está acostumbrado.
Algunos pequeños consejos que también ayudan a mejorar la sensación de bienestar al mismo tiempo que mejoran la salud son:
- Consumir por lo menos 5 porciones de frutas y verduras al día; es preferible consumir aquellas frutas con cáscara y verduras que se consuman crudas.
- Tomar entre 6 y 8 vasos de agua natural al día.
- Reducir el consumo de sal o alimentos que sean fuentes de esta (embutidos, enlatados, salsas, aderezos, etc.).
- Reducir el consumo de azúcar o alimentos que la contengan (azúcar blanca, azúcar morena, miel, cereales azucarados, refrescos, jugos, etc.).
- Disminuir el consumo de panes industrializados, salsas, helados, etc.
- Así mismo, aumentar el consumo de fibra a través de cereales integrales, frutas, verduras, avena, etc.
- Realizar alguna actividad física diariamente, de 30 a 45 minutos.
-Hambre emocional: Es importante saber reconocer cada uno de los antojos, los cuáles pueden estar relacionados con el estado emocional. Los alimentos deben generar momentos de bienestar, sin embargo, no pueden ni deben ser utilizados como un recurso para ocultar las emociones. En estos momentos es normal que las personas se sientan vulnerables y en situación de riesgo, es importante recordar lo que representa saber identificar aquellos aspectos que están a al alcance y los que no.
Incorporar en nuestra dieta alimentos ricos en triptófano como:
- Pollo, pescados, huevos.
- Lácteos y sus derivados.
- Soya, semillas de ajonjolí y de zambo.
- Almendras, nueces, maní.
Funciona como un antidepresivo natural. Además, se pueden incorporar el consumo de alimentos que contengan componentes como: vitaminas del complejo B, magnesio, zinc y ácidos grasos omega 3; estos trabajan junto al triptófano en la producción de serotonina, conocida como el neurotransmisor de la felicidad. Para esto, es recomendable el consumo de piña, plátano, vegetales de hojas verdes, brócoli, zapallo, frijol, soya, garbanzo, quínoa, cereales integrales y chocolate negro.
Los beneficios de la Actividad Física en Cuarentena
El deporte y la actividad física permiten al cuerpo mantenerse activo y enérgico, lo que es esencial en tiempos de encierro y menor movimiento. Además, ayudan a mantener ciertas capacidades físicas que con la inactividad se van debilitando. Lo básico que es necesario cuidar es mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio y mantener un descanso adecuado, dejando que el cuerpo se recupere, lo que previene además estados de ansiedad o depresión.
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