Crecer

CRECER

Mientras que los escolares como nos explican los autores viven en una continuidad relativa su estatuto de niño y su estatuto de alumnos, los colegiales hacen la experiencia de una verdadera tensión, es decir, una ruptura entre el alumno y el adolescente.

En el colegio es donde se desarrolla toda una esfera de experiencias de los individuos.

Grandes y pequeños

se dice que los adolescentes están presos entre los desajustes constantes de la infancia a la adolescencia esto se debe a que ellos todavía no saben que ya están dejando de ser niños para convertirse en adolescentes, al mismo tiempo que quieren crecer también quieren quedarse con la misma edad para divertirse más.

Además los adultos también participan mucho en esta sensación que ellos sienten, un ejemplo que nos ponen los autores es que algunos padres tratan a sus hijos como chicos cuando les conviene y después cuando les piden que les hagan algo les dicen que ya son grandes para hacerlo, entonces, esto para ellos es confuso porque no saben si son tratados como chicos o grandes porque de verdad lo son o por conveniencia.

Pero en el colegio es donde estos chicos experimentan más claramente las diferencias de tamaño, ya que se encuentran con compañeros más grandes o más chicos que ellos, hay una gran variedad de tamaños de los colegiales.

La disparidad de tamaño habla también de las jerarquías subjetivas de madurez, este grado de madurez juega como un signo de distinción personal en el seno del universo colegial, a esa edad es donde hay algunos muy maduros y otros no, por una parte de debe a las diferencias de edades y otras al desarrollo que tenga cada uno. En la desorganización general de los tamaños, los colegiales son siempre inadaptados, juegan en falso y nunca se sienten en el lugar donde deberían estar exactamente.

Algunos que ya están maduros se siguen portando como si fueran unos niños y viceversa.

Algunos colegiales piensan que cuando se va al colegio es como si debieran crecer de golpe, eso pasa porque a veces ya tienen que ser más responsables y ya no andar con jueguitos como los que hacían cuando eran niños. Piensan que deben deshacerse de todos los recuerdos de la infancia.

El deseo de seguir siendo pequeño y crecer a la vez invade a todos los colegiales, ellos quieren seguir haciendo las cosas que hacían cuando eran niños pero también quieren comportarse como unos adolescentes. Domina las relaciones en el interior de la clase, relaciones que parecen siempre desajustadas. Los alumnos son a la vez demasiado grandes y demasiado pequeños, y se reconocen en sutiles signos de madurez.

A menudo que se producen estas transformaciones, las parejas de alumnos que se sientan juntos se hacen y se deshacen según la madurez de cada uno. Otros al crecer, se acercan a un camarada que se ha quedado pequeño para ser su protector, el hermano o la hermana mayor: así marcan su grandeza.

En todos estos juegos de tamaño, la cultura de masas adolescente tiene lugar esencial, distribuyendo los códigos de la madurez en la vestimenta, los gustos musicales…

Chicas y muchachos

la vida en el colegio está dominada por una viva oposición entre los sexos, desde el punto de vista escolar, las chicas ostentas un comportamiento más conforme a las exigencias de la institución escolar y mayor seriedad, los alumnos mismos señalan que las chicas son descritas como más serias, lo que es denunciado por los muchachos que es una injusticia.

Las chicas como bien sabemos, crecen mas rápido que los muchachos, tanto física como mentalmente.

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