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Cómo organizar el Estudio


Enviado por   •  30 de Marzo de 2013  •  Trabajos  •  3.228 Palabras (13 Páginas)  •  376 Visitas

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CÓMO ORGANIZAR UN TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

AUTORES:

Bernardo Martínez Aurioles Eduardo Almeida Acosta

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA PUEBLA U NNERSIDAD MADERO 2006

Coordinación editorial

Circe Patricio Garcés González Angulo Ricardo Escárcega Méndez Edición y diseño Juan Jorge Ayala

Primera edición, 2004 Segunda edición, 2005 ISBN: 970-9720-09-0 Primera reimpresión, agosto de 2006

DR @ Bernardo Martínez Aurioles

Eduardo Almeida Acosta

DR @ Universidad Iberoamericana Puebla

Blvd. Niño Poblano 2901, UT Atlixcáyotl,

Puebla, México, CP 72430

DR @ Universidad Madero

Camino Real a Cholula 421 2,

Col. La Concepción Buenavista, San Andrés Cholula, Pue. CP 72150

Impreso y encuadernado en México Printed and bounded in Mexico

ÍNDICE

PRÓLOGO 11

INTRODUCCIÓN 15

PROCESO DE INVESTIGACIÓN 19

l. ELECCIÓN DEL PROBLEMA 20

2. FORMULACIÓN DE LA PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 22

3. ESTABLECIMIENTO DE LOS OBJETIVOS 24

4. FORMULACIÓN DE LA HIPÓTESIS 25

5. PROYECTO DE INVESTIGACIÓN 26

6. ACOPIO DE INFORMACIÓN 36

7. PROCESAMIENTO DE INFORMACIÓN ~ 41

8. ELABORACIÓN DEL REPORTE DE INVESTIGACIÓN 43

9. REVISIÓN DEL BORRADOR 52

10. IMPRESIÓN DEL TEXTO 53

BIBLIOGRAFÍA ~ 54

Investigación: proceso que, tras definir un problema que requiere y vale la pena estudiar mediante la aplicación de métodos adecuados, procura obtener información relevante y fidedigna que se describe, analiza e interpreta para verificar, corregir, extender o aplicar el conocimiento.

PRÓLOGO

Quienes se dedican a la investigación científica afirman que su actividad es muy interesante y hasta fascinante. Quienes en el pasado fueron investigadores y han dejado de serlo, continuamente hacen esfuerzos por volver a investigar. ¿Qué es lo que resulta tan atractivo de la investigación científica? Sin duda, la discusión con colegas inteligentes y bien informados, la elaboración de hipótesis para explicar hallazgos, la confirmación o el rechazo de las teorías o especulaciones propias, ver publicados los escritos propios, hacer hablar a los resultados numéricos o de otro tipo, ser el primero en descubrir un fenómeno o en encontrar una solución para un problema, mirar más allá de la superficie de las cosas. Para quienes gustan de ejercer sus talentos, para quienes disfrutan de la lectura y el razonamiento, la investigación científica es una actividad absorbente y placentera que no puede considerarse un trabajo «como cualquier otro».

La investigación también tiene algunos aspectos fastidiosos: escribir un proyecto de investigación que debe ser aprobado por otros, escribir un reporte de acuerdo con las normas y todos los requisitos formales de una revista en particular, someter el trabajo propio al juicio de revisores que dictaminan si se publica o no y qué correcciones deben hacerse, repetir experimentos en los que se cometieron errores, capturar los datos, hacer transcripciones, enfrentar la indiferencia de los colegas que descalifican el trabajo propio, hacer antesalas para obtener fondos o permisos y, en fin, las partes «burocráticas» de la investigación que alejan al investigador del laboratorio, del campo, de la observación, de la biblioteca.

Desafortunadamente los estudiantes se inician en la investigación comenzando por todas las partes fastidiosas y ninguna de las interesantes. No es de extrañar que cada vez haya menos jóvenes interesados en volverse científicos y que, en consecuencia, la comunidad científica de México esté envejeciendo. Los profesores de metodología, que usualmente no son ni han sido investigadores, se han encargado de quitar el gusto por la ciencia a los jóvenes universitarios. La exigencia de escribir «reportes de investigación» de un problema que no les interesa, cumpliendo todos los requisitos de la APA, sin confundir dónde van dos puntos y dónde punto y coma, buscando bibliografía suficiente «a ver de dónde», cuando menos 20 o 30 referencias, para hacer un marco teórico, hace que la metodología sea una materia detestada por la mayoría de los estudiantes. Si a esto le sumamos los análisis estadísticos crípticos, tenemos los ingredientes necesarios para matar el interés científico, de las nuevas generaciones. En lugar de estimular el gusto por el trabajo inteligente e imaginativo, muchos profesores de metodología, con sus exigencias formales, hacen que los estudiantes se sientan incapaces para la investigación.

Las políticas de investigación de algunas universidades y de algunas instituciones y fundaciones que aportan dinero para investigar, también tienen su responsabilidad. Quien aporta los fondos puede decir con justa razón: «yo apoyo las investigaciones que me interesan», que no necesariamente son las que le interesan al investigador. Cuando un investigador novel tiene que realizar todas las partes aburridas de la investigación y además investigar un problema que no le interesa, empezará a ver su trabajo como «cualquier trabajo» y desertará en cuanto encuentre otro con mejores perspectivas económicas. Los investigadores veteranos han aprendido a disfrazar sus propios intereses para que parezcan ser los de la institución que aporta los fondos.

Pero, entonces ¿qué hacer? Es irremediable que para ser investigador hay que aprender los aspectos formales que tienen mucha burocracia y nada de talento. El libro que el lector tiene en las manos está hecho con la intención de ayudar a los investigadores principiantes

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