DE LA ALQUIMIA A LA QUIMICA
Enviado por marianafranco99 • 21 de Abril de 2015 • Síntesis • 955 Palabras (4 Páginas) • 321 Visitas
INDUSTRIAL Y DE SERVICIOS No. 163
LECTURA, EXPRESION ORAL Y ESCRITA
RESEÑA “DE LA ALQUIMIA A LA QUIMICA”
PROFRA. MARGARITA RAMOS VALIER
MARIANA LIZETTE PÉREZ FRANCO 41/7
ADMINISTRACIÓN DE RECURSOS HUMANOS
ABRIL, 2015
DE LA ALQUIMIA A LA QUIMICA
Capitulo I
Zenón, aprendiz, dijo que “la mayor parte de los libros son un enredo incomprensible y lo peor del caso es que han sido escritos deliberadamente así”, Zenón estaba tratando de aclarar las dudas que lo asaltan constantemente. Empezó a dudar sobre lo que hasta ese momento habían sido verdades incontrovertibles.
Los griegos, estimaban las experimentaciones con la materia asunto propio de los esclavos o bárbaros, para ellos lo interesante era construir a base de lógica una explicación racional y razonable del mundo.
En este capítulo, se menciona que Aristóteles aceptaba la existencia de los cuatro elementos postulada por Empédocles y decía que todo está formado por partículas pequeñísimas de aire, agua, fuego y tierra. Platón sugirió cuáles formas tendrían; las del fuego, según él, tienen forma de tetraedro, las del aire de octaedro, las de agua de icosaedro y las de tierra, de cubo.
Los alquimistas buscaban el proceso, el camino, la vida, la sucesión de transformaciones que convirtieran cualquier substancia en oro, trataban no sólo de hallar el proceso, sino de acelerarlo porque nuestra vida es corta. La meta de su obra era el oro alquímico, no sólo el metálico sino el alquímico, es decir, conjuntamente la Piedra filosofal, el elíxir de la vida y la materia primordial. Aristóteles habría dicho que su meta primordial se supera en oro. Los alquimistas consideraban al oro más perfecto que la plata o el cobre porque el oro no tiene impurezas, esto se debe a que se compone de una proporción de los cuatro elementos, mientras que los demás metales contienen más tierra de la que deberían, lo dijo Platón en su Timeo.
Capitulo II
El herrero y el monje se preparaban para recibir con todos los honores a los adeptos que habían llegado de todas partes de Europa. Basilea hervía con el fervor de aprender medicina en la universidad por invitación del imprescindible doctor Paracelso. Paracelso sostenía que Dios ha creado el universo a partir
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