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DEMOGRAFIA


Enviado por   •  9 de Octubre de 2013  •  4.675 Palabras (19 Páginas)  •  304 Visitas

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Introducción

La población humana, sujeto activo y pasivo de la actividad económica, merece un estudio detenido que, incomprensiblemente, no es habitual en los manuales introductorios a la Economía.

La demografía estudia fenómenos tales como natalidad, nupcialidad, fecundidad, mortalidad, migraciones, actividad y educación. Estas variables demográficas no son autónomas sino que dependen de condicionamientos socio-económicos y culturales a la vez que tienen una profunda influencia sobre ellos.

En primer lugar se presenta un panorama de la evolución de nuestra especie que permitirá comprender el especialísimo e irrepetible momento de la historia de la humanidad que estamos viviendo como consecuencia de la explosión demográfica. La comprensión de las causas de este fenómeno requiere el estudio de algunas variables demográficas, de cómo determinan el tamaño de la población y de porqué muestran diferente comportamiento en diferentes países.

Finalmente, el análisis de algunas pirámides de población permite contrastar diversas sociedades de nuestro tiempo y comprender sus peculiares problemas, a la vez que se dota al alumno de la posibilidad de manejar un instrumento habitual en el análisis de sociedades.

Demografía

La demografía (del griego δήμος dēmos 'pueblo' y γραφία grafía 'trazo, descripción' –estudio de la población–) es la ciencia que tiene como objetivo el estudio de las poblaciones humanas y que trata de su dimensión, estructura, evolución y características generales.

La demografía estudia estadísticamente la estructura y la dinámica de las poblaciones, así como los procesos concretos que determinan la formación, la conservación y la desaparición de las poblaciones. Tales procesos, en su forma más agregada, son los de fecundidad, mortalidad y migración -emigración e inmigración-.

Definición de demografía

La demografía, estudia aquellos procesos que determinan la formación, la conservación y la desaparición de las poblaciones. Tales procesos, en su forma más agregada, son los de fecundidad, mortalidad y movilidad. La variedad de combinaciones de estos fenómenos, interdependientes entre sí, supone la velocidad de las modificaciones de la población, tanto en sus dimensiones numéricas como en su estructura.

Historia de la demografía

El historiador, sociólogo, demógrafo y humanista Ibn Jaldún (1332-1406) se considera el padre de la demografía, ya que fue el primero en considerar los datos estadísticos en sus estudios para representarlos y obtener nuevos datos más representativos.

Se considera al inglés John Graunt (1620 - 1674) el primer demógrafo, además de fundador de la bioestadística y el precursor de la epidemiología con la publicación, en 1662, de su obra Natural and Political Observations Made upon the Bills of Mortality. El alemán Johann Peter Süssmilch (1707-1767), estadístico y demógrafo, elaboró tablas de vida, utilizadas en ciencias actuariales y seguros, fue citado por Malthus.

En 1798 Thomas Robert Malthus, considerado el otro padre de la demografía moderna, publicó su clásica obra llamada "Ensayo sobre el principio de la población", en la que, entre otras cosas, advertía de la tendencia constante del crecimiento de la población humana superior al de la producción de alimentos, e informó de los distintos factores que influían sobre este crecimiento: la guerra, el hambre, la enfermedad y la anticoncepción. Sus predicciones alarmistas le dieron y dan aún fama y reconocimiento.

Pero Malthus se equivocó en sus predicciones temporales sobre la fecha de la catástrofe malthusiana pero no en su análisis sobre el crecimiento de la población. La ciencia ha conseguido aumentar la producción de alimentos, especialmente en los países industrializados, donde muchos de ellos se han convertido en exportadores de productos agrícolas (a las que se han incorporado los denominados alimentos transgénicos). Pero el verdadero problema actual está, aunque parezca paradójico, en la superproducción de alimentos y no porque no existan necesidades de ellos, especialmente en los países pobres, sino porque quienes más los necesitan no los pueden adquirir.

No hay que olvidar que la posibilidad de estudiar la población nace con la estadística y, también, con la elaboración de censos regulares y universales. El intento de censar a la población para conocer su número, y recaudar impuestos, es muy antiguo; desde los romanos hasta la Edad Moderna hay noticias en este sentido. Pero las dificultades técnicas para un recuento rápido no permitían la realización de tales estudios. A pesar de los avances del siglo XX, la misma situación se presenta en muchos países subdesarrollados o con conflictos políticos y militares.

El estudio de la población antigua se hace por medio de fuentes indirectas: series, diezmos, recuentos de fuegos o una supuesta densidad demográfica óptima, para poder vivir en un territorio, cuando las poblaciones estudiadas son muy antiguas. Y en la Edad Antigua surgió, con el desarrollo del Imperio romano, la magistratura del censor, encargado de hacer los inventarios de población (censos) con fines tributarios en todo el territorio imperial.

Existen algunos datos desde la antigüedad que permiten observar una curva de crecimiento, que en los últimos años sigue una proporción geométrica. Así, se estima que hace unos 2,000 años había una población total cercana a los 250 millones de personas. Para llegar a esa cifra se habían necesitado casi un millón de años, si admitimos esa fecha como la de aparición de los primeros representantes de nuestra especie.

Un milenio y medio después, hacia 1650, la población de la tierra era ya el doble, y cuatro veces más tres, siglos después, en 1850. Desde esa fecha, cuando se inicia a gran escala la revolución industrial, las cifras se han disparado.

Nos encontramos entonces con que en el curso de solo cien años, en 1950, y después de las grandes sangrías que supusieron las dos guerras mundiales, las estimaciones dan un total de 2,500 millones de habitantes, es decir, dos veces y media más que en 1850. Para aumentar otros dos mil millones hacen falta solo 25 años y se calcula que para finales del presente siglo, veinticinco años más a contar desde esa fecha nuestro planeta dispondrá de más de 6,000 millones de personas. Este aumento

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