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DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA


Enviado por   •  16 de Marzo de 2016  •  Documentos de Investigación  •  5.824 Palabras (24 Páginas)  •  501 Visitas

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DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA

Profesora: Milagros Sáiz Roca

  1. Introducción.
  1. Consideraciones acerca de la Historia de la Psicología aplicada.
  1. Historia de la Psicología Jurídica.
  1. Los pioneros.
  1. Los temas tradicionales de la inicial Psicología Jurídica.
  1. Psicología del delito: la capacidad de juicio moral y la motivación delictógena.
  2. La Psicología del testigo: la capacidad testimonial, la obtención de datos por entrevistas y la determinación de la veracidad de las declaraciones.
  3. La obtención de la evidencia delictiva
  4. Los informes forenses: la valoración judicial de las personalidades psicopáticas y de la debilidad mental.

  1. Introducción.

Deberíamos empezar esta reflexión histórica centrándonos brevemente sobre un asunto importante para el ámbito forense: el aspecto de la responsabilidad de los actos delictivos.

En la sociedad occidental, antes del siglo XVII, se determinaba la culpabilidad del acusado de un crimen, mediante pruebas que se creían que expresaban la voluntad de Dios y el castigo se prescribía de acuerdo al principio conocido como la Ley de Talión (ojo por ojo, diente por diente) Recordemos como en el medievo los actos delictivos llevados a cabo por personas que ahora podríamos diagnosticar de enfermos mentales, tenían como consecuencia el encarcelamiento con penas adecuadas al acto cometido, o bien el sometimiento a la pena de ser quemado por la Santa Inquisición dado que los actos eran producto de la brujería o de estar endemoniado.

En 1724 un juez inglés formuló la prueba de la “bestia salvaje” de acuerdo con la cual un delincuente no era responsable de sus acciones si no podía distinguir el bien del mal más de lo que puede hacerlo una bestia salvaje. Esta prueba se funda en que el funcionamiento de la razón es lo que distingue al hombre de los animales.

En 1843 esta ley es sustituida por la regla de responsabilidad conocida como “regla de Mc Naugthen”:

“En todos los casos ha de suponerse que el hombre está en su sano juicio y que posee un grado de razón suficiente para ser responsable de sus crímenes hasta que se pruebe lo contrario. Para establecer una defensa por razones de locura debe probarse claramente que en el momento de cometerse el acto, el acusado obraba bajo un defecto de la razón tal, causado por enfermedad de la mente, como para no conocer la naturaleza y cualidad del acto que se estaba realizando; o si lo conocía que no sabía que lo que estaba haciendo era injusto”

Este planteamiento es el que prevalece, para que el acusado sea absuelto de la pena habitual, ya dándole por inocente o commutando la cárcel por el manicomio. Así, el perito debe demostrar que el acusado o atravesaba un momento de “locura transitoria” o padece una enfermedad mental que le merma sus posibilidades de juicio razonable.

Algunos psicólogos, como Marbe, en la historia de la psicología forense afirmaron que una acción sólo resulta juzgable y sancionable si se ha cometido la misma en conocimiento de las consecuencias que provocaría, que el sujeto quería provocar estas consecuencias y, por último, sabía que su conducta era delictiva.

Así parece claro que desde el juzgado se ha reclamado clásicamente la intervención de expertos, justamente para determinar la responsabilidad del acusado en los actos cometidos. Estos expertos han provenido inicialmente del campo de la Medicina Legal –los famosos médicos-forenses, que no sólo han realizado autopsias somáticas, para determinar las causas de los fallecimientos, sino que también, en discusión con los psiquiatras, han realizado dictámenes psicológicos. Otros especialistas y cultivadores (juristas, criminólogos, educadores), en ausencia del rol del psicólogo, han intervenido en los procesos judiciales aunque, en general, fueron personas que ahora no podríamos etiquetar como psicólogos, o, mejor dicho, eran personas que no habían recibido una preparación profesional para el ejercicio de esta labor.

Necesitaremos esperar a que la psicología opte por el camino de la ciencia, para empezar a encontrar una actividad profesional en esta área de especialidad, por ello no estaría de más aquí comentar, aunque brevemente, estos inicios para que tengáis algún conocimiento sobre ellos, aunque después si os interesa vosotros mismos profundizaréis en el tema. Hablemos un poco, pues, de lo que ha sido la Psicología aplicada.


  1. CONSIDERACIONES ACERCA DE LA HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA APLICADA.

Igual que al buscar las raíces de la psicología científica podemos adentrarnos en el devenir de la historia de la psicología filosófica, no hay que esperar al nacimiento de la psicología como ciencia para encontrar rastros de intentos de aplicación de ideas psicológicas. Sin embargo, la psicología aplicada, tal como la entendemos hoy, empieza su andadura a partir del momento en que la psicología se convierte en una disciplina independiente que caracteriza a un grupo científico especializado: los psicólogos, y esto sólo se producirá a partir de la formación universitaria que surgió fruto de la fundación del primer laboratorio psicológico en Leipzig y de su posterior expansión al resto de los países.

Los pasos hacia la sistematización de la psicología aplicada vinieron de la mano de la paulatina especialización de los psicólogos que:

  • pondrían en marcha una instrumentación y una metodología propia.
  • intentarían dar respuesta a las demandas del intenso cambio social y tecnológico que se produjo a finales del siglo XIX y principios del XX.

Las características sociales del momento del surgimiento de la psicología científica y de la posterior psicología aplicada, se centran en:

  • El gran crecimiento industrial.
  • Las afluencias migratorias hacia las ciudades y hacia otros países.
  • El crecimiento demográfico de las ciudades.
  • La instauración de la enseñanza obligatoria generalizada.

Estos cambios tuvieron un efecto directo en la vida social e individual y demandaron soluciones que, en cierta medida, podían aportar los nuevos avances psicológicos.

  • Así, desde la industria y el surgimiento de la gran empresa apareció la necesidad de la optimización del rendimiento, de la adaptación del trabajador y de la reducción de accidentes, aspectos que repercutirían en la consideración de factores humanos y no, solamente de los económicos.
  •  Por otro lado, la escolarización general infantil, iba a propiciar toda una serie de nuevos planteamientos pedagógicos, a la vez que se hacía cada vez más patente la necesidad del conocimiento psicológico del niño y la catalogación de las diferencias individuales de los escolares.
  •  Por último, esta nueva sociedad industrial, comercial y económica que se había generado, también, realizaría demandas psicológicas en el ámbito de las enfermedades mentales y en el de las problemáticas sociales.

Es en este último marco donde se ubica el interés de la psicología por los aspectos jurídicos y forenses.

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