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DISPLASIAS


Enviado por   •  17 de Abril de 2015  •  2.260 Palabras (10 Páginas)  •  224 Visitas

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INTRODUCCION:

El cáncer de cervix es uno de los procesos tumorales mejor estudiados y conocidos, quizá debido a su relativamente fácil identificación y abordaje terapéutico desde hace más de medio siglo. No obstante, sigue siendo el segundo cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial.

Cada año se diagnostican aproximadamente unos 500.000 nuevos casos en el mundo. No obstante la distribución es bastante irregular, siendo mucho más frecuente en los países poco desarrollados (África sub-Sahariana, Melanesia, Latinoamérica, Caribe, Asia Central y Sudeste Asiático) en donde se dan el 83% de los casos.

Este modelo de distribución es relativamente reciente, ya que antes de la introducción de los programas de screening en la década de los 60 y 70, la incidencia en la mayor parte de Europa, Norte América, Australia y Nueva Zelanda eran similares a las que tienen ahora los países en desarrollo. Sin embargo la tendencia a la disminución de la mortalidad, no ha seguido su marcha en las últimas décadas; de todos modos en los países desarrollados, casi la mitad de los casos nuevos corresponden a mujeres que no se han hecho nunca una citología o no lo hicieron en los últimos cinco años.

INCIDENCIA

La incidencia del cáncer cervical en España (8,5 nuevos casos anuales por 100.00 mujeres) es una de las más bajas del mundo y la menor registrada en los países de la Unión Europea; a pesar de que no hay un sistema de información que permita establecer este dato con precisión, se estima que alrededor de 1.408 mujeres cada año, sufrieron cáncer invasivo en España en el periodo 1993-1996.

Las principales fuentes de información sobre incidencia y mortalidad por este tipo de cáncer, proceden de registros específicos que operan en algunas provincias o Comunidades Autónomas, como son los de Granada, Murcia, Navarra, Tarragona, Zaragoza y País Vasco. A partir de estas fuentes, se calcula que las tasas de incidencia ajustada por edad, entre 1983 y 1987, oscilan entre la cifra más baja de 4,8/100.000 casos, en el registro de Zaragoza, y la más alta de 8,7/100.000 casos en el de Navarra. A modo de comparación, las tasas registradas en el mismo periodo en algunos países vecinos como Francia (7,7 a 15,6/100.000), Italia (7,2 a 11,3/100.000) o Reino Unido (11,9 a 16,5/100.000) son marcadamente superiores.

MORTALIDAD

La tasa de mortalidad es mucho más baja que la incidencia, y supone aproximadamente la mitad. La supervivencia en las regiones con bajo riesgo varía entre 74% en EEUU y el 63% en los registros europeos, incluso en los países en vías de desarrollo en los que hay más casos de enfermedad más avanzada, las tasas de supervivencia son aceptables.

En España está entre las más bajas de Europa y del mundo (1,5 fallecimientos por cáncer de cervix por 100.000 mujeres), aunque la distancia con otros países no parece tan señalada como lo que podría esperarse de su menor incidencia (Francia, 1,9 fallecimientos) e incluso resulta superior a la de otros países con mayor incidencia de cáncer (Italia, 0,9 fallecimientos). El análisis de la mortalidad tiene limitaciones, ya que en bastantes de los boletines estadísticos de defunción de pacientes que mueren por cáncer de cervix, la causa de muerte se codifica como “cáncer de útero no especificado”; es por ello que en España a menudo no se analiza la tendencia de la mortalidad del cuello y cuerpo uterinos por separado y se estudia como única localización útero.

FACTORES DE RIESGO

Actualmente el cáncer de cervix se considera una consecuencia tardía de la infección por el virus del papiloma humano (VPH). Los estudios clínicos o epidemiológicos que han incorporado las técnicas de biología molecular, han detectado la presencia de VPH de alto riesgo en casi el 100% de los cánceres de cervix, cuando la muestra es adecuada y la tecnología de detección viral es de alta sensibilidad, llegando a descartarse la existencia de cáncer de cervix no asociado al VPH. Así mismo el VPH se detecta en un número importante (70-90%) de las HSIL y en menos proporción (50-70%) en las LSIL: éstas tienen en su mayor parte virus de bajo riesgo, por lo que difícilmente progresarán.

Las asociaciones observadas entre la infección por VPH y el cáncer de cervix están entre las más fuertes de las identificadas en cancerología humana, existiendo un consenso creciente en considerar la infección, como causa necesaria aunque insuficiente del cáncer cervical. Esta relación causal entre cáncer de cervix e infección por VPH, ha hecho cambiar muchos planteamientos, sobre todo en el terreno de la prevención. Para poder realizar una prevención secundaria del cáncer cervical invasivo, se requiere el cumplimiento estricto del protocolo que incluye el cribado, el diagnostico de las lesiones precursoras, el tratamiento y el control de curación tanto de la CIN (II y III) como del cáncer microinvasivo.

INFECCION POR VPH

Infección por VPH La infección por VPH es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente y evoluciona de forma natural hacia la curación espontánea (más del 90% de los casos).

La prevalencia del VPH se asocia a la edad, siendo más alta al inicio de las relaciones sexuales y responde al patrón de comportamiento de sexual de la comunidad; así en las poblaciones en las que son varios los compañeros sexuales y el número de ocasionales es elevado, la prevalencia puede llegar al 30-40% en mujeres menores de 25 años; tras este pico, hay una disminución marcada hasta valores entre 3-10%. En algunas poblaciones, se ha observado un segundo pico de prevalencia en mujeres post menopáusicas cuya interpretación esta siendo objeto de estudio. La prevalencia de VPH de alto riesgo (AR) en la población general se correlaciona muy bien con las tasas de incidencia de cáncer de cuello uterino en el mundo. Se conocen más de 150 tipos de VPH, de los cuales más de 40 infectan el área genital y anal. De estos, unos 15 son oncogénicos, siendo el paradigma de los de alto riesgo los tipos 16 y 18.

La mayoría de las infecciones por virus de alto riesgo son subclínicas y tienden a establecer infecciones persistentes, ocasionando cambios detectables en la citología o la colposcopia. Otras veces, la infección queda latente siendo detectable únicamente por análisis del ADN viral. Sólo un 1% de los adultos sexualmente activos presentan lesiones clínicas en forma de condilomas acuminados. La transmisión de la infección por VPH es por contacto sexual, posiblemente a través de erosiones mínimas, a veces imperceptibles, de piel y mucosas. Aunque el coito

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