Danza y Dramaturgia
fhoux93Apuntes18 de Octubre de 2016
3.954 Palabras (16 Páginas)379 Visitas
Revista 36(72-73), 75-82, 2013
Danza y Dramaturgia
Sin Dramaturgia naDa Se SoStiene
Marta Ávila Aguilar [pic 2]
Doctora en Cultura Centroamericana, UNA, Máster en Artes y Licenciada en Historia del Arte, UCR. Investigadora y crítica de danza. Catedrática y presidenta del Sistema de Estudios de Posgrado de la Universidad Nacional.
marta.avila.aguilar@una.cr
Recibido: 23-07-13 • ApRobAdo: 20-08-13
Resumen
Para este primer acercamiento a la dramaturgia en la danza, haré uso de varios autores que, principalmente, se han dedicado a teorizar sobre el teatro y la danza como fenómenos que poseen mucho en común. Sabemos que son pocos los intelectuales que han planteado estos conceptos para la danza escénica, desde nuestras latitudes. Luego, trataré de dar alguna definición o concepto de lo que debe ser la dramaturgia para la danza. Lo mismo, sobre como debe funcionar esta noción para un coreógrafo y un bailarín/intérprete. En este sentido, la primera parte estará destinada a la composición coreográfica y la segunda a la interpretación
Palabras claves: danza contemporánea, dramaturgia, danza escénica, bailarín/intérprete, coreógrafos, composición coreográfica, arte escénico.
AbstRAct
For this first approach to drama in dance, I will make use of several authors who mainly have been devoted to theorizing about the theater and dance as phenomena that have many things in common. We know that few intellectuals who have raised these concepts for stage dance, from our latitudes. Then, try to give some definition or concept of what should be the dramaturgy for dance. The same, on how to operate this notion to a choreographer and a dancer/performer. In this sense, the first part will be devoted to the choreographic composition and the second interpretation.
Keywords: contemporary dance, drama, stage dance, dancer/performer, choreographer, choreographic composition, performance art.
Desde la crítica dancística[pic 3]
La danza, para su ejecución, requiere de energía que se plasma a través del movimiento y cuyos contenidos se desarrollan en un espacio-tiempo. En ella participa un colectivo constituido por bailarines, coreógrafos, compositores, escenográfos y otros colaboradores, quienes junto con la audiencia logran que el ritual se cristalice. Susane Langer, en el libro Sentimiento y forma, de 1967, nos dice que la danza posee poderes que se manifiestan en el marco espacio-temporal que no son reales, son creados por los participantes y, por lo tanto, son formas virtuales cuyo poder va más allá de lo material. Además de lo anterior, debemos agregar que en los escenarios se pueden encontrar obras de perfil representativo o evocativo y todas conforman el universo de cuerpos e intenciones que invaden los recuerdos de la audiencia.
Cuando acudo a los teatros nacionales e internacionales como crítica de danza, muy frecuentemente llego a pensar que los responsables de llenar los teatros (los artistas: coreógrafos y bailarines), desconocen las reglas básicas de la composición coreográfica. Parece que en muchas ocasiones no se cuestionan por qué su obra necesita estar en tal o cual espacio, o por qué tal o cual personaje debe desarrollarse de uno u otro modo. Es decir, la fragilidad de la dramaturgia sobre la que se debe sostener la creación se hace evidente.
Composición coreográfica y dramaturgia
Como punto de partida, tomaré lo planteado por Patrice Pavis sobre dramaturgia, en el libro El análisis de los espectáculos. Según este teórico francés, el término proviene del griego drama que podría significar para nosotros, ‘acción’ (2000).
La dramaturgia también es componer un drama. Es la técnica del arte dramático que busca establecer los principios de construcción de la obra o la coreografía; es el conjunto de las reglas. En este sentido, vale recordar que la coreógrafa y maestra estadounidense, Doris Humphrey, en su libro Como hacer danzas (1959) ya dio ciertas reglas o principios para la creación de coreografías que predominaron en la segunda mitad del siglo XX.
Hemos visto cómo estos conceptos se han tenido que modificar o replantear a la luz de la creación de nuevas danzas y también se han tenido que incluir otros factores para apreciar las nuevas estéticas de este siglo. Aún así, estos postulados siguen siendo fundamentales para cualquier expresión de arte coreográfico, la cual debe considerar: el contraste, el ritmo, la tensión, el fraseo, la proyección, la dinámica, el manejo del espacio, el tratamiento de las formas y la gestualidad, por citar algunos.
La dramaturgia
La dramaturgia será para nosotros, lo que Pavis considera como, “una práctica totalizadora del texto puesto en escena y destinado a producir un determinado efecto en el espectador” (1998, p. 148). El autor, sostiene que después de Bertold Brecht la dramaturgia es la que provee la estructura ideológica y formal a una composición escénica, en nuestro caso, coreográfica. También, la dramaturgia es la que le da el vínculo específico entre la forma y el contenido. Dentro de este concepto de dramaturgia, la principal tarea del coreógrafo será la de disponer los materiales textuales y escénicos, tales como:
- Cualidad de movimiento
- Tipos de interpretación
- Ritmo
- Vestuario
- Maquillaje
- Música o sonido
- Voz
- Escenografía
- Iluminación
- Otros recursos como el video, etc.
De igual modo, en la dramaturgia debe analizarse el paratexto de la puesta en escena, todo aquello relacionado con la información que el espectador ve antes de vivir la representación, tales como anuncios en prensa u otros medios de comunicación, entrevistas, publicidad, fotografías, afiches y programas de mano. Estos son el conjunto de segmentos que determinan, introducen, orientan y asimilan todo texto (coreográfico).
El paratexto, afirman los sociocríticos costarricenses María Amoretti y Jorge Chen:
… constituye uno de esos lugares en donde irrumpe con mayor fuerza la dimensión Pragmática, pues su función es la de dirigir la comprensión hermenéutica del texto y la de definir las relaciones entre los distintos actantes de la situación (1992, p. 87).
En la composición de la danza escénica también se puede contar con la adaptación de textos épicos, líricos, novelas o poemas, epígrafes, etc., los cuales serán ejecutados o resemantizados mediante movimiento, y resueltos en el espacio (Pavis, 2000, p. 158) .
Entonces, en la dramaturgia para la danza se conjugan las opciones estéticas (escénicas) e ideológicas (visión de mundo), que van desde el lugar donde se realizará la danza (un lugar elitista o de corte popular), hasta el elenco que lo interpretará (ecléctico o de tal o cual formación, independiente o estatal). Es decidir la disposición de todos los elementos que forman parte del espectáculo.
[pic 4]Además, la dramaturgia, para un coreógrafo, debería estar basada en el análisis de las acciones de los danzantes. Es tomar tal o cual acción para llegar a tal dirección, enfatizar este o aquel gesto, etc. Ante este reto, el creador deberá enfrentar y resolver las ambigüedades (estructurales e históricas) que se le presenten en su elección y deberá combatir los puntos ciegos con coherencia estructural, para poder representar el mundo que aspira escenificar; ya sea este universo realista o abstracto, en una obra de tipo descriptivo o lírico; de igual forma, si su propuesta es narrativa o de movimiento puro (lo que en danza se llama una “obra de corte
Mariana Pineda. Coreografía: Rogelio López. 1981. Fotografía: Esteban Dörries. Bailan: Rogelio lópez y Cristina Gigirey.
lineal”). En cada caso, debe establecerse el estatuto ficcional y el nivel de realidad del personaje y sus acciones: si es una creación de vanguardia o profesante del arte coreográfico clásico o académico, por ejemplo.
Una importante tarea, al componer una danza o hacer dramaturgia con movimientos, es crear ese mundo o universo dramático mediante los recursos coreográficos, para lograr que el público lo considere verosímil (dentro del juego escénico al que aspira cualquier autor/intérprete).
Otro aspecto fundamental que interviene en la dramaturgia de la danza es la capacidad de dar los impulsos escénicos (de los que habla Eugenio Barba) necesarios para iluminar una época y un público. Al lograr esta relación, el autor, también deberá decidir si su obra es “para divertir o instruir, confrontar o molestar, reproducir patrones establecidos o hacer denuncias” (Pavis, 2000, p. 149). [pic 5]
La interpretación coreográfica también requiere dramaturgia[pic 6] Muchas veces hemos escu- chado decir a nuestros colegas que no saben de qué se trata determinado montaje del que son parte y eso se refleja en su nivel de intervención. Algunos logran trascender ese desconocimiento o falta de información o motivación y, por su dote interpretativo, salen adelante, especialmente en obras de corte lineal. Pero qué sucede con los montajes donde el bailarín debe dar su energía y utilizar su cuerpo al máximo sin dirección clara. Pues sobrevivirá el más fuerte. Sobre este aspecto, la escritora costarricense, Rosibel Morera, en Popularísimo. Coreografía: Rogelio López. Fotografía: Hugo Salazar. 1982. Bailan: Marta Ávila, Liliana su libro La proyección escénica. |
Por lo tanto, lo dramático es un principio o elemento primordial para la construcción del texto coreográfico (de la representación teatral o dancística), Valle, Pilar Quesada, Carolina Valenzuela.
...