Dengue

El dengue es una enfermedad febril aguda, cuyo agente causal pertenece a la familia de los flavivirus que incluye a los tipos inmunológicos 1,2,3 y 4.

El virus del dengue tiene un periodo de incubación de 3 a 15 días con un promedio de 5 a 8.

La fuente de infección la constituye el hombre y se trasmite por la picadura de un mosquito hembra infectado (principalmente el Aedes Aegypti y Aedes Albopictus). El cuál pasa al torrente sanguíneo y llega al hígado, bazo y tejidos linfáticos para después reproducirse.

La enfermedad tiene un comienzo repentino con escalofríos o sensación de ellos, cefalalgia intensa, malestar en general, fatiga, anorexia, alteraciones del aparato gastrointestinal, (vomito y/o diarrea), hipertermia con duración de cinco a seis días, pudiendo llegar hasta los 40 °C.

Se presenta un dolor postorbitario, mialgias, artralgias y postración intensa.

Entre el tercero y cuarto día aparece un exantema secundario maculopapular o petequial en tronco, extremidades y en la cara.

Las palmas de las manos y las plantas de los pies pueden estar de color rojo vivo e inflamadas; además puede presentarse epistaxis o metrorragias.

En la etapa de la viremia, el mosquito al picar al enfermo adquiere el virus , luego éste se vuelve infectante de 8 a 14 días después.

Al termino de este tiempo, el virus esta listo para transmitir la infección por el resto de su vida (1 a 3 meses).

Durante la fase de viremia es frecuente encontrar: Linfadenopatía, leucopenia y también trombocitopenia.

En el dengue la convalecencia es prolongada acompañada de una astenia y depresión duraderas.

La complicación más grave es el dengue hemorrágico (DH). Se presenta con fiebre elevada, pudiendo llegar a los 41°C , por lo que va acompañada de convulsiones, insuficiencia circulatoria y estado de choque.

La susceptibilidad es universal y los niños suelen tener más benigna que los adultos.

Hay inmunidad de larga duración después del restablecimiento de la infección por serotipo, pero no protege contra otra, y a veces puede ser más grave la segunda infección (dengue hemorrágico).

El diagnostico clínico es por la sintomatología, teniendo cuidado de diferenciarlo de otras enfermedades víricas como son el sarampión y la rubéola, así como fiebres trasmitidas por artrópodos.

El diagnostico en el laboratorio es por medio de un hemocultivo (examen de sangre) donde se arrojan datos de leucopenia y trombocitopenia, así como la detección de anticuerpos anti-dengue por el método ELISA.

El tratamiento es sintomático a base de analgésicos y antipiréticos para aminorar los síntomas. Los analgésicos no deben ser a base de ácido acetilsalicílico (aspirinas mejorales etc) porque éstos son anticoagulantes; se emplea paracetamol (DCI) o acetaminofén.

“NO EXISTE VACUNA CONTRA EL DENGUE”

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