Desertización y erosión de los suelos

Desertización y erosión de los suelos

Introducción

La desertización o degradación de los suelos supone unos de los principales problemas dentro del mundo ecológico que afecta de manera directa nuestro entorno. Dentro de la desertización identificamos las causas subyacentes tales como la mala administración del ambiente deteriorado y los malos procesos humanos que inducen en el suelo, condiciones de pérdida de fertilidad.

Conociendo la importancia que, para la vida conlleva el suelo, hemos hecho énfasis en los principales causantes de la progresiva destrucción de los mismos; actores humanos y naturales que si no son neutralizados o controlados a tiempo generaran un enorme daño a la biodiversidad y al medio ambiente en general, puesto que al hablar del suelo estamos involucrando un recurso natural indispensable del cual sin duda dependen la mayoría de seres vivos del planeta.

El presente ensayo tiene como objetivo principal dar a conocer la situación actual en la que se encuentra nuestros suelos, los principales agentes erosivos que actúan en estos así como también exponer posibles soluciones para mitigar y combatir los efectos de la degradación de los suelos para así mejor la calidad de vida humana.

Contenido

La desertización de los suelos siempre es y será un tema de gran controversia por la complejidad de entender y aceptar los distintos puntos de vista que se manifiestan en torno al mismo; sobre todo considerando que dicho tema está inmerso dentro del medio ambiente, sin duda algo que nos compete e involucra a todos los seres humanos.

El deterioro de los suelos ha existido desde los tiempos antiguos, pero evidentemente en nuestra actualidad, este deterioro ha sido notable y lamentablemente va aumentando de manera acelerada a nivel mundial, sin que se logre aun una concientización en torno a esta problemática y las consecuencias que puede causar a mediano y largo plazo; como lo expresa (Frers) en su artículo: Desertización, los problemas de degradar el suelo, “La erosión del suelo se está acelerando en todos los continentes y está degradando unos 2.000 millones de hectáreas de tierra de cultivo y de pastoreo, lo que representa una seria amenaza para el abastecimiento global de víveres. Cada año la erosión de los suelos y otras formas de degradación de las tierras provocan una pérdida de entre 5 y 7 millones de hectáreas de tierras cultivables” esta progresiva erosión de nuestros suelos nos está afectando seriamente y está acabando con las porciones de tierras fértiles, necesarias para muchas actividades indispensables para sobrevivir, como la agricultura por ejemplo.

Dentro de la desertización, o también llamada desertificación de los suelos hay que tener muy en cuenta los motivos que la provocan ya que dentro de estos hay que saber diferenciar si son naturales o provocados por el mismo ser humano, recalcando desde luego que este deterioro causado por el ser humano es el que más ha ido creciendo en las últimas décadas de manera irresponsable pues se excluye o se ignora en su gran mayoría aspectos ambientales tan importantes para la conservación del entorno. En torno a esto (Salas, 2011) dentro de su artículo: La desertificación, una enfermedad planetaria, hace énfasis a este punto de la desertificación natural y la provocada, manifestando que la desertificación “es el resultado de una falla del ser humano entre la relación que tenemos con la tierra y los ecosistemas. El aumento de la degradación del suelo se atribuye a la combinación de dos factores: humanos y climáticos. Los primeros incluyen el crecimiento de la población, los factores socioeconómicos y políticos, el fenómeno de la globalización, las malas prácticas del uso del suelo y los procesos relacionados con el clima (calentamiento global). En cambio, los factores climáticos incluyan sequías y la reducción en la disponibilidad de agua dulce debido al calentamiento global”. Es decir, tanto la desertificación natural como la provocada son procesos que aceleradamente están perjudicando al medio ambiente y provocando otros problemas igual de serios y con consecuencias catastróficas.

Independientemente de la erosión que el ser humano causa, hay que reconocer que los motivos por el cual se producen dicha erosión muchas veces favorecen al desarrollo industrial de la sociedad, y por ende al desarrollo económico y crecimiento del bienestar social. Por ejemplo, es cierto que la desertización que se genera de parte de las autoridades para la construcción de urbanizaciones destruye grandes porciones de terrenos fértiles, pero también hay que considerar que esas tierras van a ser utilizadas para ser habitadas por las personas o para la construcción de obras importantes para el desarrollo de las ciudades; es decir son obras por las cuales nos beneficiamos y que como seres consumistas y materialistas que somos, nunca dejaran de existir. La problemática en esto radica en que en la actualidad se evidencia un incremento excesivo de construcciones, edificios, obras publicas etc. que conlleva a que hectáreas de suelos sean destruidos para poder llevarse a cabo estas estructuraciones, y desafortunadamente poco o nada se hace para remediar el desgaste y el deterioro masivo del que son victima nuestros suelos. Como lo manifiesta (Ibáñez, 2006) en su artículo: La Erosión del Suelo: Tipos de Procesos Erosivos “Debido a que el suelo no es un recurso natural renovable a escala humana, su pérdida por erosión o sellado puede considerarse irreversible. En consecuencia, el problema ambiental que genera debe abordarse mediante medidas preventivas. Por el contrario, la degradación también suele admitir técnicas de rehabilitación.”, es imprescindible buscar y aplicar medidas alternativas para remediar en cierta proporción el daño que se le hace a los suelos, ya que el mismo constituye un recurso natural no renovable muy necesario para la supervivencia de los seres vivos en el planeta, y por ende debemos tratar de preservarlo de la mejor manera posible y reducir los efectos de la erosión y la desertización.

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