EL NACIMIENTO DE MENORES EN LOS CENTROS PENITENCIARIOS

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ALUMNO: Abigail Padilla Gutiérrez

MAESTRA: Imelda Ramos Loaiza

ASUNTO: ensayo

GRUPO: 1-1 Criminalística y Ciencias Forenses

FECHA: mayo 2020

El nacimiento de menores en los centros penitenciarios

Sin duda nacer debería ser motivo de gozo y alegría para los futuros padres, madres y familiares de los recién nacidos y en la mayoría de los casos se cumple con esto, sin embargo hay un pequeño pero importante porcentaje de niños que nacen pero no en las condiciones que se esperan o que la mayoría tuvo en su momento. Según INEGI (2015) la tasa de natalidad en México fue de 2, 353, 596 niños, de este porcentaje se desprenden aquellos menores que nacieron en condiciones y/o en un lugar inadecuado, enfocado en aquellos que nacen en centros penitenciarios al lado de sus madres. Actualmente 436 niños de entre 0 y 6 años viven con sus madres en prisiones de México1, y de acuerdo al Censo Nacional de Gobierno y Seguridad Pública, Ciudad de México, Veracruz, Guerrero, Tamaulipas, Estado de México y Chiapas son las entidades con mayor cantidad de menores de 6 años viviendo con sus madres en prisión.2

 Se habla sobre uno de los factores influyentes e importantes en el desarrollo de los infantes por algunos autores los cuales son Lejarraga, Berardi, Ortale, Contretas, Sanjurjo, Lejarraga, C. y Rodríguez (2011).  En la cual además de considerar la prisión como un medioambiente de alto riesgo también reconocen que hay una escasez de información sobre la vida que un niño pueda llevar ahí dentro.

Se dice que a las mujeres las tienen en una cárcel separada o distinta a la de los reclusos hombres por el hecho de su seguridad e integridad, sin embargo según estudios realizados por Coronel Cabanillas, Ávila Valdez, y Ojeda Castro, M. C. (2017) ellas reciben programas de educación de nivel básico, con lo cual no se les permite ir más allá con su preparación a nivel profesional, en su lugar las preparan con actividades estereotipadas en el ámbito técnico como lo son: corte y confección, repostería, cultura de belleza, entre otras. Por ende, ¿cómo se pretende que los niños que logran crecer dentro con sus madres reciban una educación adecuada?, ¿Quién les asegura que tendrán actividades de acuerdo a su edad ahí dentro? El grado de estimulación ambiental que reciben los niños durante sus primeros cinco años de vida se refleja en su grado de coeficiencia intelectual, con lo cual se deduce que los niños que nacen en condiciones más deplorables como lo puede ser un centro penitenciario, tendrán un desarrollo mental menor al no contar con los medios necesarios para explotar sus capacidades o ir más allá de las mismas.

Basados en las diversas etapas de desarrollo de un niño que van desde su nacimiento hasta la adolescencia, se podrá hacer un análisis de los problemas que podría tener de una manera más específica.

En los primeros días de un neonato, lo principal son los cuidados que se le brindan tanto por personal de salud, como de la misma madre, todos son de suma importancia, sin embargo claro está que el cuidado principal que debe tener un niño con días e incluso meses de nacido es la lactancia materna que según los doctores Isis Amanda Vázquez, Daniela Elizabeth Vázquez y Doralvis Guyat. (2020) Es el único alimento que se necesita durante los primeros seis meses de vida para que el niño desarrolle su primera inmunización. Existen fórmulas lácteas alternativas, pero estas aumentan el riesgo de infecciones, alergias, enfermedades a largo plazo o incluso la muerte, aunado a esto tenemos que tan solo 37 de las 360 prisiones mexicanas cuentan con la posibilidad, en cierta parte de que la madre dé a luz a su hijo y lo crie al menos en sus primeros 3 años.1  

Por tanto los que nacen en las prisiones restantes no tienen la posibilidad de recibir estos cuidados por parte de la madre debido a la separación de los mismos al momento de su nacimiento, los cuales una vez nacidos terminan siendo cuidados por su padre esto en el caso de que este esté dispuesto, por familiares del niño y en casos extremos mandados a orfanatos en los que abunda la sobrepoblación y por tanto de la misma manera que en el centro penitenciario tampoco se le puede poner la atención adecuada a cada niño.

Esto es tan solo en sus primeros meses e incluso días y para aquellos que nacen en prisiones en las que a las madres no se les permite criar o tener a sus hijos con ellas ya que tan solo en México existen 10 de estas prisiones las cuales se encuentran distribuidas por todo el país.

Después tenemos a los niños que sí logran crecer con sus madres en prisión, estos por su parte se encuentran expuestos a que no se les brinden las actividades viso motoras de acuerdo a su edad que según la autora Rondón Morales Sheyla Sara (2019) para lograr el desarrollo de estas habilidades, es necesario el uso de material y momentos correctos de interacción, esto crea destrezas, sensaciones y sentimiento sobre todo de felicidad.

Un sentimiento que quizá por la falta de estos materiales y actividades en un centro penitenciario, los niños no sean capaces de gozar ya que los hijos de las reclusas tampoco gozan de una guardería para sus primeros años, es decir, no tienen acceso a educación de calidad, esto incluso viola uno de los derechos fundamentales de los menores de edad, con lo cual la CNDH ya ha sido participe de esto, sin embargo aún no se ven avances ni mejoras.

 Uno de los problemas más grandes a los que se tienen que enfrentar estas madres es la falta de apoyo por parte de sus familiares, o bien del mismo padre del niño como se mencionó anteriormente pero las razones son meramente desconocidas e individuales, así como los valores y empatía de cada persona ya que el objetivo es el mismo, el bienestar de un menor de edad. Al ver todas estas situaciones desde pequeño y la tensión que se vive en el medioambiente en el que se está desarrollando, el niño comienza a desarrollar estrés desde temprana edad por lo cual, le puede ocasionar trastornos que algunos expertos investigan como lo son Yovany Medaly Romero Romero, Selinda Pizan Serin y Sara Sánchez Lescano (2019) en los que mencionan principalmente el Trastorno por Déficit de Atención (TDH) y la hiperactividad los cuales necesitan de diversos factores para desarrollarse en el menor, que son los ambientales y sociales.

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