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EL PENSAMIENTO COMPLEJO


Enviado por   •  14 de Marzo de 2014  •  1.375 Palabras (6 Páginas)  •  244 Visitas

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EL PENSAMIENTO COMPLEJO

La epistemología de la complejidad supone, una interacción entre seres humanos (unos con otros) y entre seres humanos y medio ambiente (contexto), interacción sin la cual resulta imposible comprender nuestro lugar y nuestro papel en el universo.

Nos muestra la falta de “visión global” , es decir nuestra condición de personas que habitan un mundo y que mantienen lazos afectivos, espirituales, sociales, económicos, etc., con otros.

Según Morin, nuestra vida supone una multiplicidad de relaciones (así como una diversidad de ámbitos en los que se desenvuelve). Tomar conciencia de esa multiplicidad es lo que nos permite desarrollarnos como sujetos humanos y no sólo como simples objetos. Así, una visión diferente del mundo (basada en el pensamiento complejo) supone un cambio en la manera en que afrontamos la vida.

No puede afirmarse que Morin niegue que el conocimiento humano (reflejado en la ciencia y la tecnología) haya generado cambios, más o menos positivos, a las sociedades. Morin insiste, sobre todo, en que estos conocimientos han llegado, a lo largo de los siglos, al extremo de borrar y desconocer la naturaleza misma de aquello que estudia: en el marco de las especializaciones disciplinarias en el transcurso del siglo XX (especialización que se origina ya desde el inicio de la modernidad), se ha perdido la perspectiva de complejidad, multiplicidad y prolijidad de los factores que intervienen en la constitución de cada elemento en el universo (ya sea que hablemos de “elementos” sociales, físicos, biológicos u otros), así como su vínculo con las diferentes “partes” de los sistemas a los que pertenecen.

Según Morin, el legado de la modernidad y de los enfoques utilitaristas del conocimiento que, desde Descartes, Bacon y, hasta, Marx han predominado en el ambiente científico y académico.

Los principales problemas que, actualmente, intenta combatir el denominado “pensamiento de la complejidad”. Según esta perspectiva, resulta evidente que, bajo las condiciones impuestas por el conocimiento fragmentario, las personas han perdido su capacidad para contextualizar los saberes, es decir, su capacidad para integrarlos a los conjuntos (o sistemas) más amplios y complejos a los que pertenecen2 y, con ello, han perdido la verdadera noción de lo que representa la condición humana, la cual, para Morin, es una noción que contempla lo humano en tanto que “es a la vez físico, biológico, psíquico, cultural, social e histórico, es decir, una identidad compleja y común a todos los demás humanos” (Morin, 1999).

En este sentido, surge, entonces, la necesidad de desarrollar la aptitud de las personas para ubicar el conocimiento y la información en un contexto y dentro de un conjunto. Para Morin, resulta imperativo concebir una educación que rompa con la visión fragmentaria del mundo, para, de esta forma, dar paso a una educación que enseñe los métodos que nos permitan “aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo de un mundo complejo” (Morin,

1999) y, así, vivir de acuerdo con nuestra (compleja) condición. Por tanto, la interrelación y la interacción son parte esencial de la perspectiva de Morin, en contraposición al enfoque analítico y fragmentario de las ciencias que se originaron en la modernidad.

Como ejemplos de nuevas ciencias o ciencias transdisciplinares están, en la línea de Morin, para las Ciencias sistémicas las siguientes: ecología, ciencias de la tierra, ciencias de gestión. En otra línea, Joël de Rosnay incluye nuevas ciencias como la Neobiología, consagradas al estudio de la vida artificial, y la Simbionomía, encargada de estudiar las conexiones y continuidades entre los fenómenos naturales y artificiales, artísticos y técnicos, culturales y civilizatorios en un complejo

cognoscitivo coherente, es decir, un marco teórico global que abarquen las demás disciplinas.

Morin acude a los recursos y a los métodos de análisis que ya tenemos a disposición para plantear su reforma educativa. Por ello, da especial énfasis al aporte que, dada esta nueva visión “global y sistémica”, pueden brindar las diversas áreas del conocimiento humano.

De este modo, nos dice, que la cultura científica ha desarrollado (recientemente) campos de estudio que ponen en evidencia la importancia de la epistemología de la complejidad. Tales son los casos, por ejemplo, de la cosmología y de la teoría de la evolución junto con la ecología. Los nuevos enfoques cosmológicos nos han permitido comprender, por ejemplo, las complejas relaciones físicas que entrelazan cada elemento del universo (los átomos, las moléculas, etc.), así como el modo en

que

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