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EL PROBLEMA GLOBAL DEL NITRÓGENO.


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2016  •  Resúmenes  •  1.481 Palabras (6 Páginas)  •  265 Visitas

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EL PROBLEMA GLOBAL DEL NITRÓGENO

Fritz Haber, ideó un procedimiento para obtener amoniaco, el ingrediente activo de los abonos sintéticos, a partir del nitrógeno, pero que, al no ser reactivo, no lo asimilan la mayoría de organismos.

Las nuevas factorías transformaron incesantemente amoníaco en fertilizantes. Uno de los logros más notables en salud pública de toda la historia humana. El abono sintético, pilar de la revolución verde, ha permitido a los agricultores transformar tierras estériles en campos de labor y repetir cosechas en el mismo suelo sin esperar a que se produzca la regeneración natural de los nutrientes. En consecuencia, la población mundial se ha disparado a lo largo del S.XX de 1600 a 6000 millones.

La mayor parte del nitrógeno reactivo no va a parar a los alimentos: se difunde hacia la atmósfera, ríos, océanos, donde se transforma de bienhechor en contaminante, las floraciones, las zonas muertas en aguas costeras y exceso de ozono.

La pérdida de biodiversidad, el calentamiento global y los indicios de una mayor incidencia de enfermedades humanas. La síntesis de biocombustibles y la producción de carne. En regiones de Sudamérica y Asia se van imponiendo en el consumo de abonos  para cultivos alimentarios y la quema descontrolada de combustibles fósiles.

Los abonos son, un instrumento esencial para lograr un suministro alimentario sostenible.

DEMASIADO NITRÒGENO

El nitrógeno resulta imprescindible para la vida de los organismos.

La naturaleza pone el nitrógeno a disposición de la vida por medio de un grupo reducido de bacterias con capacidad de romper el triple enlace que une los dos átomos de la molécula. El proceso se denomina “fijación del nitrógeno”. Esas bacterias especializadas viven en la tierra y en aguas dulces y saladas; mantienen relaciones simbióticas con las raíces de leguminosas, que figuran entre las cosechas más importantes del mundo. Otra pequeña cantidad de gas nitrógeno se fija al ser “tostado” por rayos y erupciones volcánicas.

Hacia 2005, nuestras actividades generaban más de 180 millones de toneladas de nitrógeno reactivo al año, por lo menos el doble de lo que producía la suma de todos los procesos naturales terrestres.

Las aguas fluviales cargadas de abonos que penetran en el mar provocan la floración de plantas microscópicas que, al descomponer-se, consumen oxígeno, creando zonas muertas. En numerosas ocasiones aquello se traduce en una pérdida de biodiversidad. Desaparecido al menos una de cada cuatro especies vegetales tras varios decenios de acumular, a través de la atmosfera.

Pero el exceso de nitrógeno no sólo daña otras especies: constituye también una amenaza para los humanos, concentraciones de nitratos en el agua potable, pueden agravar múltiples problemas de salud, incluidos varios tipos de cáncer.

El ozono a ras de suelo afecta a centenares de millones de personas; aumenta la incidencia de trastornos cardiopulmonares y eleva las tasas de mortalidad.

Absorber demasiado nitrógeno a través del agua potable podría aumentar el riesgo de padecer el mal del Alzheimer y diabetes. La liberación de alérgenos a la atmósfera y favorezca la difusión de ciertas enfermedades infecciosas.

La malaria, el cólera, la esquistosomiasis y el virus del Nilo Occidental, los mosquitos que difunden el parásito de la malaria o los caracoles que liberan esquistosomas en el agua.

El vertido de más nitrógeno o fósforo en cursos de agua potencia el crecimiento vegetal, lo que a su vez aumenta la producción de alimento para los caracoles.

El nitrógeno reactivo constituye un factor clave en el cambio climático da origen a uno de los subproductos más indeseables, el ozono a ras de tierra, cuando se presenta en forma de óxido nítrico (NO) o dióxido de nitrógeno (NO2).

La formación de ozono resulta nociva, no sólo por s amenaza contra la salud humana, sino también porque, en la superficie del suelo, el ozono constituye un gas de efecto invernadero. Además, deteriora los tejidos vegetales, lo que hace perder cada año cosechas valoradas en miles de millones de dólares. Y al inhibir el crecimiento de las plantas, el ozono limita la capacidad de éstas de absorber CO2 y compensar así el calentamiento global.

La molécula de N2O multiplica por 300 el que alcanza una molécula de CO2.

En ciertas ocasiones, señálese, el exceso al combinarse con otras sustancias de  forma de aerosoles que reflejan la radiación  entrante; asimismo, al estimular un crecimiento vegetal más rápido en bosques deficientes en nitrógeno favorece la absorción de XO2 atmosférico. La acumulación de un exceso de nitrógeno antropogénico acelerará el calentamiento del clima.

Hay un hecho claro: el planeta podría producir más alimentos con menos abonos, siempre que se modificaran las prácticas de explotación propias de una época de abonos abundantes y baratos, y de escasa atención a las consecuencias de su empleo a largo plazo.

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