ETNOGRAFIA Y CIENCIA DE LA CÚLTURA
14 de Marzo de 2014
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1. INTRODUCCIÓN
El propósito de este trabajo es argumentar acerca de la posibilidad de construir una explicación científica sobre la cultura a través de la Etnografía.
Hablar de la Etnografía es hablar de la Antropología misma, pues pocas ciencias han estado determinadas por sus métodos como la ella. Ninguna corriente de la antropología ha negado, con sus diferencias lógicas desde el materialismo cultural hasta el postmodernismo, el papel central de la etnografía como base sobre la que se edifica el corpus de conocimiento antropológico.
Como expondré más adelante los dogmas centrales de lo que Maria Isabel Jociles llama “La mirada antropológica”,1 derivan en gran parte de la etnografía como metodología. Tratándose de una ciencia que se ocupa primordialmente de la sociedad y las culturas humanas y una vez quebrado su objeto de estudio primordial hasta los años 60 del siglo pasado -los pueblos “primitivos”- lo específico de la antropología se desliza a su perspectiva de los objetos de estudio como diferenciado de la sociología o la psicología social.2
Parto de una concepción de la antropología como ciencia de la cultura que abarca desde los biológicos del ser humano a los sociales y culturales como aspectos imbricados en una misma realidad, entendiendo la cultura3 como la forma global de comportamiento que caracteriza un grupo humano que incluye sus códigos ideológicos y simbólicos (significados culturales de Clitford Geertz) como sus comportamientos efectivos, su forma de hacer, partiendo de unos supuestos paradigmáticos comunes a todas las aproximaciones: Relativismo, holismo, comparativismo, diversidad y encarnar la teoría en la descripción de los hechos culturales concretos.
A principios de siglo Seligman ya advirtió que el trabajo de campo llegaría a ser para la antropología lo que la sangre de los mártires fue para la extensión de la iglesia cristiana. Díaz de Rada señala que los antropólogos suelen referirse a ellos, como analogía, a una tribu y al trabajo de campo como su ritual central. Malinowski ha de ser considerado en este aspecto como el héroe cultural de la disciplina, y según Stocking, Los Argonautas del Pacífico Sur sería un mito Eumerístico.4
Mi objetivo en este trabajo es argumentar que la explicación científica en antropología debe superar el nivel planteado por la etnografía clásica, y que si puede ser la base de una ciencia de la cultura, siempre que sea entendida como el primer paso del proceso de investigación y completada con la comparación intercultural, con criterios de calidad y a su vez, complementada con el uso de otras técnicas, y no concebida como el fin del proceso y la justificación de la antropología en sí misma.
Otro objetivo estriba en explorar las implicaciones éticas de la etnografía y la necesidad de definir la relación entre informador e informante, sobre todo del criterio de devolución del saber.
Mi crítica no busca sustituir el papel central de la etnografía en la antropología sino situar la antropología como ciencia y no solamente como mera descripción etnográfica de la diversidad en lo común de la especie humana, ello exige el uso sistemático de la comparación intercultural. Como señala Marvin Harris: “Una rama de las ciencias humanas que ignore hechos de esa magnitud, que los explique fundamentalmente en términos de “conocimientos locales” o que desacredite el termino de comprenderlos en términos de principios de aplicación universal corre el riesgo de verse confinada al furgón de cola de la vida intelectual contemporánea”.5 O como J.R. Llobera: “Quiero que quede bien claro que no rechazo, per se, la etnografía subjetiva, interpretativa o dialógica o como quieran llamarla…Lo que me preocupa es que dichos autores pretenden convertir la disciplina en un género literario y yo quiero conservarla en el campo científico…No pretendo negar el valor interpretativo de la antropología interpretativa…Es una forma de recogida de datos; ni la única ni necesariamente la mejor o más útil” 6
2. EL MODELO CLÁSICO DE ETNOGRAFÍA
2.1– BREVE RELATO DE SU GÉNESIS
En este apartado no pretendo hacer una historia de la etnografía7 sino señalar como el origen de la antropología tal y como es concebida hoy y de la etnografía como núcleo de esta recogen el espíritu de la época donde se originan.
La antropología nace en el siglo XIX y si hay dos acontecimientos culturales e históricos que la marcan son el evolucionismo y el colonialismo. Es la época del imperialismo y la segunda revolución industrial, donde Europa coloniza el mundo entero y se encuentra con pueblos que no entiende y que necesita comprender para gobernarlos. El impacto del sistema capitalista en una economía tradicional y en pueblos muchos de ellos sin organización estatal conduce a que estos se enfrenten a un cambio cultural masivo y la perdida de sus costumbres tradicionales.
El evolucionismo rompe con la idea de creación de dios y sitúa en las ciencias de la vida la idea de la evolución regida por leyes naturales. El evolucionismo se convierte así en un paradigma al estilo de Kuhn que rompe los moldes de la biología e invade el debate científico y por supuesto la ciencia social. Si la vida se origino por leyes naturales, llegando al hombre, la cultura debía surgir como resultado de una evolución regida por leyes científicas hasta la cultura occidental como pináculo de esta. Así la cultura podía ser entendida en una evolución a través de estadios sucesivos.
La antropología surge con dos urgencias: la necesidad de explicar esos otros que aparecen en los mundos recién colonizados y la urgencia por describirlos antes que desaparezcan, influidos por el paradigma evolucionista que se extendía por la ciencia.
Stocking en el articulo reseñado a pie de página escribe: “Un buen momento para empezar es el año antes del nacimiento de Malinowski, momento de ese Tiempo mítico que forma parte del periodo pre-prometéico, cuando los titanes evolucionistas, sentados en sus sillones, acumulaban datos etnográficos a partir de lo informes de viaje para documentar esa visión que tenían acerca de los estadios de la creación de las formas culturales humanas. Los principales enunciados de la antropología evolucionista se basaban esencialmente en este tipo de información, pero también esos antropólogos se preocupaban seriamente por comprobar la calidad y la cantidad de esos datos empíricos.” (opt.cit. pp. 44).8
El trabajo de campo directo llego a imponerse en un tiempo de revisión de la teoría antropológica. Esta crisis no es aislada en la antropología sino que en la ultima década del siglo XIX y principios del XX entro en crisis el paradigma evolucionista y el modelo positivista de la ciencia. La genética de Weissman (1880) y De Vries (1900) o la teoría de la relatividad mostraban un cambio de paradigma. La antropología evolucionista puede enmarcarse en ese paradigma en crisis.
El proceso de trabajo de campo en sus aspectos esenciales fue postulado por Haddon derivado del discurso naturalista y de la biología. Hammersley y Atkinson9 sitúa el primer dualismo en la etnografía entre los enfoques positivistas y naturalistas, que a pesar de sus diferencias apelan al modelo de la ciencia natural, fenómenos sociales existentes de manera exterior al investigador. La crítica en antropología que supone el trabajo de campo no separa la metodología del ámbito de la analogía de las ciencias naturales. Dos vías diferentes de la crítica formuladas por Malinowski en Europa y Boas en Estados Unidos
Stocking señala que en la década de 1890 Boas10 ya presento la necesidad de etnografías de primera mano y de calidad para avanzar en el método comparativo. Spencer y Gillen recogidos por Frazer en 1910 contribuyeron a crear un sentimiento de que algo iba mal con respecto las categorías con las que los antropólogos de sillón interpretaban aún la religión primitiva. Pero había otro factor: la antropología como ciencia se estaba institucionalizando y difícilmente podía permitirse no tener control sobre sus propios datos. Ya la escuela de Cambridge, insistía en la necesidad de la formación de investigadores directos de campo instruidos en la teoría antropológica.
El hecho que motiva para que se señalen dos vías de crítica es que hay una diferencia fundamental es por que la línea de Boas y Malinowski: La línea de Boas, si bien su formación como físico fue positivista, parte fundamentalmente de la hermenéutica y la filosofía alemana que separaba las ciencias históricas de las naturales y debía ser con la reconstrucción de la historia particular de cada pueblo primitivo por investigadores en una estancia prolongada en el campo para poder después aplicar el método comparativo con una base firme. La línea de Malinowski que recoge a Durkheim, aunque de forma crítica, marcara la teoría estructural - funcionalista de Radcliffe Brown o Mauss que fundamentalmente obviaba la historia.
Pero ninguna de ellas abandona el paradigma positivista, y su crítica no es a la cientificidad de la antropología sino al evolucionismo y método comparativo. Ambas sitúan la base de la antropología, la clave de su cientificidad en el estudio concreto del etnógrafo que convive de forma prolongada en el campo con los estudiados, pueblos primitivos tomados como una totalidad, entendiendo el dominio de la lengua como criterio de calidad para las etnografías, y como límite para trazar la identidad de los grupos. Así pues pasemos a los postulados básicos del modelo clásico de etnografía.
2.2– POSTULADOS DEL MÉTODO CLASICO DE LA ETNOGRAFIA
Antes de entrar en lo que he denominado modelo clásico
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