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Cultura, Ciencia Y Profesión


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2014  •  2.628 Palabras (11 Páginas)  •  1.006 Visitas

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Cultura, ciencia y profesión

La ciencia existe debido a los científicos profesionales que se encargan de perfeccionar las técnicas de investigación y al descubrimiento de nuevos conocimientos. Existe distinción entre un profesional y un científico. El profesional es el que pone en práctica los conocimientos existentes, mientras que el científico se dedica a crear nuevos conocimientos. Sin embargo, no por ello son acreedores se llamarse cultos. Una persona culta es aquella que comprende el valor y significado de las más importantes expresiones artísticas y filosóficas que revelan la dignidad del ser humano libre, responsable y solidario. Pero nada de lo anterior existiría sin el supuesto de que todo fenómeno natural resulta de obedecer a una conexión causa-efecto.

En la historia de la ciencia existen tres planteamientos que están relacionados con la ética humanista. La primera habla de la historia del progreso científico, que trata de corregir errores cometidos en el pasado; la segunda abarca la intervención de la tecnología en la ciencia, es decir, si la tecnología es utilizada correctamente en una intervención se obtendrán mejores resultados que usando la tecnología indiscriminadamente; y el tercer planteamiento ético se refiere a un auto-examen de los fundamentos filosóficos, ¿para qué hacer esta investigación?

El ser humano tiene una naturaleza, pero una naturaleza que se va construyendo dentro de un juego de información y respuesta. Su tarea creadora consiste en el permanente esfuerzo por encontrar nuevos conocimientos, nuevos instrumentos de intervención y medición, y la obtención de nuevos y más eficientes resultados. El humanismo es una ética de la inteligencia humana fiel a la existencia misma del hombre.

La universidad debería ser el lugar indicado para el desarrollo del hombre científico, sin embargo esto no es bien logrado por diversos factores que entorpecen la formación profesional de los estudiosos. Una forma de contrarrestar esta falta de enseñanza es la autonomía en el estudio. La mayoría de los científicos de excelencia lo son porque indagaron y se cuestionaban por su propia cuenta. A muchos de estos pensadores también podemos llamarles intelectuales.

La vida intelectual

Hablemos de la vida intelectual. Una característica de la vida intelectual es la libre discusión crítica en busca del sentido de todo cuanto lo rodea. La herramienta más poderosa de un intelectual es la interrogación; el hallazgo y ordenación de las respuestas, el aprendizaje constante, el hábito de escuchar y de comprender lo que se lee también son herramientas esenciales para lograr una vida intelectual. En algunas personalidades intelectuales, predomina un espíritu de síntesis constructiva y de interpretación audaz; características muy útiles para concretizar información en una investigación.

No basta tener habilidades de síntesis o interrogativas para llegar a ser un buen profesionista. Se necesita vocación. La vocación es el impulso íntimo que siente una persona hacia un tipo de labor. A consecuencia de este impulso, se vuelca el individuo con todas sus aptitudes psíquicas, tendencias y personalidad hacia el objeto de interés.

El impulso vocacional no siempre se presenta prematuramente y son muy pocas las vocaciones definidas con precisión y a tiempo. Es un proceso lento que muchas veces se desarrolla en tres etapas: 1) donde la aptitud natural deberá determinar el ánimo personal para elegir la profesión; 2) la preferencia hacia alguna materia o rama; y 3) ya decidida la vocación, debe consolidarse en una profesión específica. Una consecuencia de confundir la vocación intelectual con un capricho, conducirá al hombre a una mala elección que terminará en inconformidad y tal vez frustración.

Un asesor o maestro, tiene un rol importante en la formación profesional. Un maestro es un ejemplo a seguir y una guía para el alumno. Empero, guiar a un discípulo no es un cosa sencilla pues debe captar la personalidad del pupilo, atender sus dudas y proporcionar herramientas de estudio. Sin contar la constancia y tenacidad que necesita el estudiante para el trabajo de estudio. Ramón y Cajal (1945) lo describen en una frase “la más pura gloria del maestro consiste, no en formar discípulos que le sigan, sino en formar sabios que le superen”.

Se requiere de persistencia, muchísimas horas de estudio e investigación, pero sobretodo se requiere ser autodidacta para alcanzar la meta deseada. Autodidacta es quien se encarga de su propio desarrollo intelectual, examina su avance y su metodología con el fin de aprovechar al máximo todas las enseñanzas recibidas. Sin embargo, acercarse al maestro con fines de resolución práctica, es un mal aprovechamiento de esta viva herramienta.

Cada estudiante tiene sus propios métodos de aprendizaje, pero es importante contar con una buena técnica. “Aprender o enseñar más, en menos tiempo y con caracteres indelebles” es la mejor técnica, la que constituye el contenido de la pedagogía. Si esta herramienta es proporcionada del maestro al discípulo, éste la adoptará de manera vigorosa y su aprendizaje será efectivo.

El proceso del aprendizaje

Uno de los procesos del aprendizaje más importantes es la capacidad de autocriticar el trabajo individual. Esto puede generar una insatisfacción por lo que obligará al estudiante a superarse permanentemente hasta lograr sentirse glorioso de su labor. En el día a día de la vida profesional es común encontrar obstáculos que debilitan la motivación, pero gracias a la colaboración los individuos son capaces de superarse a sí mismos y de transformar el ambiente.

La memoria y el olvido van de la mano con el conocimiento. En la memoria se almacena toda la información útil que se obtiene durante el aprendizaje, pero el olvido es la consecuencia del alumno cuando está en proceso de adquisición. Se produce olvido cuando la técnica de estudio no es muy eficiente y no se retiene la información, de tal forma que el cerebro la envía a la parte inconsciente. Esta información puede recuperarse a través del recuerdo, pero es mejor repasar y comprender la información para un mejor aprendizaje.

Sin embargo, ningún extremo es recomendable: trabajar demasiado tiempo lleva al agotamiento, interrumpir prematuramente es no dar cabida al aprendizaje; descansar demasiado tiempo es destruir el adiestramiento adquirido; descansar poco es dejar de restaurar las fuerzas. (Sertillanges, 1944)

Las dificultades en el trabajo

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