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El Origen De Las Especies


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2014  •  18.207 Palabras (73 Páginas)  •  199 Visitas

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Según el muy respetado científico, padre de la ciencia moderna Charles Darwin, Cuando comparamos a los individuos de la misma variedad de las plantas actuales que desde hace mucho tiempo van siendo cultivadas, y de nuestros animales domésticos más antiguos, una de las primeras cosas que más nos extraña es, ver cómo generalmente difieren entre sí en mayor escala unos individuos de otros que los individuos de cualquier otra especie o variedad estudiada en el estado natural. Así como cuando reflexionamos sobre la vasta diversidad de las plantas y animales que respectivamente han sido cultivados y domesticados, variando durante todas las edades, ya sea por la influencia de los climas, por un tratamiento diferente, nos vemos obligados a concluir que esta gran variabilidad es debida a que nuestras producciones domésticas se han formado en condiciones de vida menos uniformes, diferentes de aquellas a las que había sido primitivamente expuesta la especie madre en la naturaleza. Ahora bien; aunque no deja de tener alguna probabilidad la opinión expuesta por Andreu Knight de que esta variabilidad pueda tener cierta conexión con el exceso de alimento, sin embargo, es evidente que los seres orgánicos necesitan estar expuestos durante algunas generaciones a condiciones nuevas para que en ellos se origine cualquier gran variación, que continúa luego durante muchas generaciones. No se sabe de ningún caso en que un organismo variable haya dejado de variar sometido al cultivo, por lo cual las plantas cultivadas desde hace mucho, como por ejemplo el trigo, todavía siguen presentando nuevas variedades, y los animales que desde muy atrás pasaron al estado doméstico son aún susceptibles de mejoras y modificaciones rápidas.

Después de dedicarle al asunto mucha atención, debemos decir que, al parecer, las condiciones propias de la vida obran de dos modos: 1°, directamente sobre el conjunto de la organización o sobre ciertas partes tan sólo; 2°, indirectamente, afectando al sistema reproductivo. Con respecto a la acción directa, debemos tener presente que en todos los casos, como últimamente ha afirmado el profesor Weismann, hay aquí dos factores que considerar, a saber: la naturaleza del organismo y la naturaleza de las condiciones, de los cuales el primero parece ser mucho más importante que el segundo, puesto que algunas variaciones próximamente semejantes surgen a veces en condiciones que, en cuanto podemos apreciarlas, son desemejantes; y por otra parte, surgen variaciones desemejantes en condiciones que parecen ser casi uniformes. Los efectos en la prole son definidos e indefinidos. Serán definidos cuando toda o casi toda la descendencia de los individuos expuestos a ciertas condiciones, durante algunas generaciones, salga a la luz modificada de la misma manera, y no olvidemos que es en extremo difícil llegar a determinada conclusión respecto de la extensión de los cambios que de este modo han sido definidamente introducidos. Puede, sin embargo, caber ligera duda sobre muchos cambios de poca monta, tales como el tamaño, a causa de la cantidad de alimento, el color motivado por la naturaleza del mismo, el espesor de la piel y del pelo causado por el clima, etc. Así, por ejemplo, cada una de las innumerables variaciones que vemos en el plumaje de nuestras aves debe de haber tenido alguna causa eficiente; y si esta tuviera que obrar uniformemente por una larga serie de generaciones en muchos individuos, todos se modificarían probablemente del mismo modo. Hechos tales como las complejas y extraordinarias excrecencias que invariablemente siguen a la inoculación de una pequeña gota de cochinilla, nos muestran qué modificaciones singulares podrían resultar en las plantas por sola constitución química en la naturaleza de la savia.

Vemos variabilidad indefinida en las innumerables, aunque pequeñas peculiaridades que distingue a los individuos de la misma especie y que no pueden ser explicadas por herencia, ya sea del padre, de la madre o del antecesor más remoto. También aparecen algunas veces, diferencias muy marcadas en los hijos del mismo parto y en las plantas procedentes de una misma cápsula de semilla. A largos intervalos de tiempo, entre millones de individuos criados en el mismo país y sustentados próximamente con el mismo alimento, surgen desviaciones de estructura tan pronunciadas que merecen llamarse monstruosidades; pero estas no pueden ser separadas por línea determinada de otras variaciones más ligeras. Todos los cambios de estructura, ya sean en extremo insignificantes, o profundamente marcados, que aparecen entre muchos individuos que viven juntos, pueden ser considerados como efectos indefinidos de las condiciones de vida de cada organismo individual, casi del mismo modo en que un escalofrío afecta a diferentes hombres, de manera indefinida, según el estado de sus cuerpos o constitución, causando toses o resfriados, reumatismos o inflamaciones de órganos diversos.

Algunos naturalistas han sostenido que todas las variaciones están en relación con el acto de la reproducción sexual; pero esto es ciertamente un error, pues hemos dado en otra obra una larga lista de plantas locas, como los jardineros las llaman, es decir, de plantas que han producido de repente un solo botón con carácter nuevo y algunas veces muy diferente del de los otros botones de la misma planta. Estas variaciones de vástagos, así suelen llamarse, pueden propagarse por injertos, tallos, etcétera, y algunas veces por semilla; y aunque ocurren rara vez en la naturaleza, distan mucho de ser escasas en el cultivo.

EFECTOS DEL HÁBITO Y DEL USO O DESUSO DE LAS PARTES. VARIACIÓN CORRELATIVA. HERENCIA. Hábitos cambiados producen efectos hereditarios, según se ve en el período de la florescencia de las plantas cuando se las transporta de un clima a otro. En cuanto a los animales, el uso o desuso de las partes ha tenido en ellas una influencia más marcada; así encontramos en el pato doméstico que los huesos del ala pesan menos y los huesos de la pierna más, en proporción a todo el esqueleto, que lo que pesan los mismos huesos en el pato salvaje; y este cambio puede atribuirse, sin riesgo de equivocarse, a que el pato doméstico vuela mucho menos y anda mucho más que sus salvajes padres. Aquí únicamente aludiremos a lo que puede, llamarse variación correlativa. Los cambios importantes del embrión o larva ocasionan probablemente los cambios del animal adulto. Los criadores creen que remos prolongados acompañan casi siempre a cabezas alargadas. Algunos ejemplos de correlación son completamente caprichosos: así los gatos enteramente blancos y de ojos azules son en general sordos, lo cual sólo sucede a los machos. El color y ciertas peculiaridades de estructura van unidos, como podríamos demostrarlo con muchos casos notables de animales y plantas.

Toda variación que no sea hereditaria carece de importancia

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