El POSITIVISMO Y SU INFLUENCIA EN LA INVESTIGACIÓN SOCIAL Y EDUCATIVA
Caperucitaeps4 de Junio de 2014
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El POSITIVISMO Y SU INFLUENCIA EN LA INVESTIGACIÓN SOCIAL Y EDUCATIVA
A lo largo del pasado siglo, específicamente, en lo relacionado con la investigación social, se trataron de buscar respuestas acerca de si las Ciencias Sociales podían tomar de las Naturales elementos de su metodología para estudiar el mundo social y humano.
De hecho, estas preguntas, que motivaron inquietudes acerca de la pretendida unidad de la ciencia, hicieron que por un lado, el grupo identificado como positivista, entre los que se encontraban J. S. Mill, A. Comte y E. Durkheim, etc., trabajara en la línea establecida por Newton y Locke haciendo énfasis en la búsqueda de los hechos o causas de los fenómenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los individuos. En el lado contrario, W. Dilthey, M. Weber, E. Husserl, entre otros, se hallaban inmersos en la creación de una filosofía particular a partir de la tradición kantiana, tratando de entender los fenómenos sociales desde la propia perspectiva del actor.
El surgimiento de la ciencia contemporánea estuvo caracterizado por un fuerte sentimiento revolucionario al desembarazarse la ciencia de la teología, existiendo una gran confluencia entre la cultura teórica y la actividad artesanal motivado fundamentalmente por el nacimiento de la sociedad industrial, cuyo resultado fue la incorporación de la ciencia al proceso productivo, el surgimiento y proliferación de nuevos enfoques y disciplinas y los procesos de institucionalización académica bajo nuevas perspectivas que negaban la universidad medieval ya en crisis.
El período comienza, en ese contexto, con una vasta proliferación de investigaciones y el surgimiento de nuevas ciencias; aparecen los primeros estudios científicos sobre el hombre, de los economistas Adam Smith, David Ricardo, Malthus, entre otros., conclusiones que C. Marx utilizaría posteriormente en sus críticas; la Pedagogía formula leyes matemáticas de la mano de J. F. Herbart, filósofo idealista, psicólogo y pedagogo, quien fue apartándose poco a poco de los principios democráticos de Pestalozzi entendiendo que la virtud suprema de las masas populares consistía en subordinarse a las clases dominantes; se instauraron estudios etnográficos como los de W. Humbolt.
Se producen en ese período el surgimiento, por ejemplo, de la termodinámica, la síntesis de compuestos orgánicos, la tabla de los elementos de D. Mendeleiev y las fórmulas estructurales de Kekulé en Química, la teoría darwinista sobre la selección natural de las especies, etc. C. Marx y F. Engels quienes vivieron en esa época siguieron de cerca el empuje científico del momento y fueron capaces de valorar como nadie tales contribuciones como fuerzas productivas transformadoras de las condiciones y de la existencia de la sociedad.
Es precisamente en esta etapa cuando nace la teoría de la ciencia en el sentido contemporáneo, y es el momento en el que A. Comte considera que la humanidad había entrado en una `era positiva', para lo cual era preciso reorganizarla a tono con los nuevos criterios de racionalidad científica.
La sociedad y la política se encontraban en un estado de efervescencia revolucionaria debido al caos y a los ciertos desórdenes producidos por los acontecimientos que signaron la Revolución Democrático-Burguesa en Francia a fines del siglo XVIII.
A partir de los estudios de la filosofía positiva de F. Wilhelm y F.J. Stahl, surge el método del mismo nombre como enfoque idealista subjetivo y agnóstico que ha tenido diferentes desgajamientos, corrientes e interpretaciones a lo largo de los años; pero entre sus rasgos comunes niegan el papel de la filosofía en calidad de concepción del mundo, tratándose de asentar más allá de los problemas de la relación entre el ser y la conciencia; todo lo cual fue un pretexto para crear una metodología o lógica de la ciencia que estuviera situada por encima de las históricas discusiones entre el idealismo y el materialismo.
Basadas en dichas ideas, las ideas positivistas se desarrollaron aún más en el siglo XIX desde una perspectiva de cuantificación a tal punto que el pensamiento propuesto por E. Durkheim declarara a los elementos o factores sociales como cosas (cosificación de las ciencias sociales).
El positivismo en sus comienzos fue una doctrina revolucionaria, puesto que centró sus ataques a la metafísica y a la teología que eran las ideas predominantes hasta ese entonces; poco después se convirtió en una defensa a ultranza de la ideología burguesa que encerraba dentro de sí la semilla del autoritarismo.
En su obra Comte expresaba:
Una hipótesis teológica y después metafísica ha presidido los comienzos de la humanidad; ha sostenido sus pasos y favorecido su primer desarrollo. Después ha comenzado el estudio de las leyes reales, estudio débil en un principio, lento y mal seguro en su marcha; pero vencidas las primeras dificultades fue creciendo y engrandeciendo con gran rapidez. La confrontación fue inevitable, y, operándose por sí misma sucesivamente, hizo retroceder a la hipótesis primordial. Pero en los pasados tiempos la confrontación fue parcial solamente, y en el día es general y se verifica en todo el saber humano. Una vez en posesión de este conjunto o totalidad, las ciencias, para transformarse en filosofía, no tienen más que una cosa que hacer, y es ordenarse según un sistema determinado. Cumplida esta elaboración satisfarán todas las condiciones de una filosofía, es decir, que proporcionarán los primeros principios de todas nuestras nociones, colocadas en el orden verdaderamente natural.
Y abiertamente declaraba sus propósitos, ya que el concepto positivo evidencia el tránsito de una teoría filosófica a una teoría científica. Sobre este paso, señala:
Habiendo emprendido la filosofía teológica y la filosofía metafísica, de manera libre, hasta aquí, la operación de la reorganización política de las sociedades modernas, con el objeto de constatar a plenitud, de acuerdo con el conjunto de explicaciones precedentes, y por la vía experimental, así como por un análisis racional, su profundo vacío obligatorio con respecto a tal destino, se sigue con toda evidencia: que el problema no admite en realidad ninguna solución, lo que sería absurdo pensar, o que no nos queda nada más que recurrir a la filosofía positiva...
Entre las características fundamentales presentes en esta postura, en tanto han influido en la ciencia y en la investigación, se encuentran las siguientes:
pretende lograr la neutralidad de la filosofía, lo cual obedece a los motivos sociales de su surgimiento, pues si bien la burguesía consideraba necesario el papel y los aportes de las ciencias naturales y específicas para el desarrollo, la resultante ideológica e inferencia, la lectura que podía derivarse de sus logros engendraban la destrucción de la formación económico-social anterior pero no la que podía nacer .
Comte se basaba, como columna vertebral de su método, en el `dogma general de la invariabilidad de las leyes físicas' lo que en el fondo explicaba que el hombre debía resignarse y no podía cambiar su statu quo social. Según H. Marcuse la verdadera resignación, es decir, la disposición a soportar los males necesarios sin ninguna esperanza de compensación, sólo puede surgir de un profundo sentimiento de la invariabilidad de las leyes que rigen el conglomerado de los fenómenos naturales. No por gusto el citado Comte señalaba: "... la verdadera libertad no puede consistir, sin duda, más que en la sumisión racional al predominio único, convenientemente constatado, de las leyes fundamentales de la naturaleza, al abrigo de toda arbitrariedad de ordenamiento personal."
trata de eliminar toda subordinación de la realidad a la razón trascendental y enfatiza que los fenómenos del mundo deben verse como neutrales: esto es, movidos por leyes universales válidas.
tiende hacia lo verdaderamente actual y subsistente con el propósito de transformar la filosofía en una ciencia de la experiencia.
orienta el pensamiento hacia los hechos y exalta la experiencia como conocimiento supremo.
defiende la idea de que lo verdadero debe derivarse sólo de los hechos, por lo que debía utilizarse el mismo método que en las demás ciencias de la observación. La sociedad debía ser tratada como la naturaleza, pues si para esta última existían leyes generales objetivas, lo mismo sucedería con la primera (influencias que aún hoy están presentes en muchos casos).
el razonamiento debía basarse en los hechos observados; buscando establecer cadenas de ellos y explicarlos. Es de interés conocer que para Comte el método fundamental, lo cual reitera constantemente, era la observación porque, según su idea, elimina las explicaciones causales, ofrece la posibilidad de repetirse tantas veces como fuera necesario ( esto, más adelante deriva en el surgimiento de los conceptos de validez y confiabilidad) y porque todo lo que ella no logra aprehender puede declararse como no cognoscible.
Este método lo ubica en tres niveles que subyacen dentro de él: 1) la observación propiamente dicha; 2) la experimentación, como la observación del objeto que ha sufrido modificaciones por el científico (en el sentido de las ciencias naturales) y 3) la comparación de hechos análogos, cuando los dos anteriores no son posibles, lo que permite transitar de lo conocido a lo desconocido.
No se aceptan los conceptos y valores de la teología y la metafísica hasta tanto no fueran sometidos a la prueba
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