El asma es un desorden crónico de las vías aéreas

Asma

El asma es un desorden crónico de las vías aéreas, usualmente causado por una reacción inmunológica y caracterizado por una broncoconstricción episódica debido a la sensibilidad de las vías respiratorias en respuesta a una variedad de estímulos; inflamación de las paredes bronquiales; y aumentada secreción de moco a la luz del bronquio [4]. Usualmente, los pacientes asmáticos sufren un proceso inflamatorio distinto y más sensible al de los pacientes no-asmáticos, siendo este causado por una amplia variedad de estímulos, todos resultando en la reducción excesiva y/u oclusión del espacio luminal de los bronquios. Este reducido espacio a través de las vías aéreas resulta en una capacidad ventilatoria limitada, lo que se manifiesta en sibilancias y en algunas ocasiones disnea [5].

El asma se puede clasificar en atópica (cuando hay evidencia de estimulación por alérgenos y una consecuente activación inmunitaria, siendo este tipo de asma muy común en pacientes con rinitis alérgica y eczema) y no atópica (cuando no hay evidencia de estimulación por alérgenos). En cualquiera de estos tipos, los episodios de broncoespasmos pueden tener diferentes causas, tales como infecciones respiratorias[4] por rinovirus, virus sincitial respiratorio o coronavirus[5]; exposición a sustancias irritantes, como el humo y los gases volátiles nocivos; aire helado; estrés; y ejercicio. El asma también se puede clasificar de acuerdo a los agentes o eventos que activan la broncoconstricción. Estos incluyen el asma estacional (cuando el polen y otras partículas representan el alérgeno), el asma inducida por ejercicio físico, es asma inducida por fármacos (principalmente aspirina y otros Anti-Inflamatorios No Esteroideos [AINEs]), el asma ocupacional y la bronquitis asmática (presente en la mayoría de los fumadores).

Patogénesis del asma

La diferencia esencial entre todos los tipos distintos de asma radica en la naturaleza del estímulo. Todos estos estímulos toman caminos distintos hasta llegar a una sola consecuencia: la inflamación de las paredes de las vías aéreas y la broncoconstricción. El proceso inflamatorio de los bronquios representa el eje central de la fisiopatología del asma. Usualmente, este es mediado por factores de crecimiento secretados por células inmunitarias locales, lo cual induce una hipertrofia e hiperplasia de las glándulas secretoras de moco en el epitelio respiratorio, hiperplasia del músculo liso, angiogénesis, fibrosis del tejido conjuntivo y proliferación de los nervios. Las variaciones en las combinaciones de estos procesos es lo que explica los diferentes subtipos de asma (fig. 3).

Mediación Inmunitaria del proceso inflamatorio en las vías aéreas por medio de las células TH2.

Una de las primeras y principales anormalidades en el asma es la exageradamente potenciada respuesta de las Células TH2 a estímulos mínimos por antígenos (alérgenos o cualquier estimulo desencadenante de síntomas de asma). Las células TH2 son estimuladas directa e indirectamente por el antígeno, secretando estas citocinas que promueven el proceso inflamatorio y estimulan las células B para que estas, en consecuencias, produzcan IgE y otros anticuerpos. Algunas de las citocinas secretadas por las células TH2 son la IL-4, que al igual que las células B, estimulan la secreción de IgE; IL-5, que activa los eosinófilos reclutados localmente; y la IL-3, que estimula la secreción de moco y también promueve la producción de IgE por las células B.

Al entrar en contacto con el antígeno, las células TH2 y algunas células epiteliales especializadas secretan quimosinas que reclutan más células T inmaduras para su eventual maduración y diferenciación, y eosinófilos, por lo cual se exacerba la reacción. La IgE secretada por las células B se une a los receptores FC de los mastocitos de la submucosa, los cuales secretan gránulos que contienen aún más citocinas y otros mediadores, que colectivamente inducen dos tipos de reacciones: una reacción de fase temprana (hipersensibilidad inmediata) y la reacción de fase tardía, en la cual se reclutan otros leucocitos para mediar una respuesta inflamatoria prolongada (fig. 4).

Fases del asma luego de la mediación inmunitaria por las células TH2, broncoconstricción, edema y fibrosis.

Todo el coctel de citocinas secretados en respuesta a un antígeno desencadena dos reacciones en el asma, cada una de la cual tiene evolución distinta. La reacción de fase temprana es dominada por broncoconstricción, elevada producción y secreción de moco, grados variables de vasodilatación y hay un aumento de la permeabilidad vascular. La broncoconstricción es desencadenada por estimulación directa de los receptores vagales (parasimpáticos) subepiteliales del músculo liso causado sea por reflejos centrales o locales ocasionados por los mediadores proinflamatorios (citocinas) de los mastocitos.

Por otra parte, el edema de la pared bronquial es causado por el mismo tipo de estimulo vagal que causa la broncoconstricción. El estímulo edematizante se desencadena luego de la interacción entre el antígeno y células epiteliales especializadas. Estas envían señales químicas a las fibras aferentes vagales, sea por interacción del las fibras con las citocinas secretadas por los mastocitos o por interacción directa entre el antígeno y la fibra. Además, estas fibras aferentes vagales envían señales a dos destinos: en primer lugar a los vasos bronquiales, lo que media la vasodilatación y aumenta la permeabilidad vascular, permitiendo que liquido del plasma sanguíneo se filtre al intersticio bronquial, ocasionando un edema; en segundo lugar, al musculo liso de la pared del bronquio, estimulando los receptores parasimpáticos en este y ocasionando broncoconstricción (fig. 5).

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