“El hambre aviva el ingenio” Una larga historia humana por la búsqueda de alimentos

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“El hambre aviva el ingenio” Una larga historia humana por la búsqueda de alimentos.

Aunque el hombre necesita llevar una dieta adecuada, eliminando todos aquellos alimentos que son perjudícales o poco esenciales para la salud, algunas veces será necesario la ingesta de estos en pequeñas cantidades y de manera controlada ya que tienen una función en el organismo al momento de la digestión.

Saciar el hambre del hombre a pasado de solo consumir alimentos a consumir tipos de alimentos que brinden una mayor nutrición al cuerpo. La obtención de estos ha sido desarrollada y transmitida por generaciones humanas, en las que se han visto involucrados dos procesos:

1. Aprendiendo a obtener los alimentos respondiendo a unas interrogantes como: dónde obtenerlos, cómo obtenerlos… además, de aprovechar estos recursos o bien mencionados alimentos para evitar agotarlos y por el contrario aumentarlos; conocer tu transformación para así potenciar su sabor, apariencia, eliminar posible toxicidad o por el contrario potenciar sus nutrientes, además de conocer métodos de conservación para hacer mas durable el alimento, tanto en su estado natural, como luego de ser transformado.  
2. Conocer sus características durante cada cambio en el proceso de transformación y los efectos que los alimentos pueden tener en el organismo, sea a largo, mediano o corto plazo, y ya sea en medida de efectos a la salud o saciedad, en lo cual también se deberá conocer el funcionamiento del organismo humano y las necesidades de este.

Hoy en día vemos resuelto esto con cantidades en aumento de snacks de todo tipo y relativamente de fácil acceso, que dicen saciarnos el hambre y cualquier otro tipo de necesidad nutricional, pero ¿son realmente sanos y/o nutritivos para nuestro cuerpo?

Algunos rasgos más o menos paradójicos de nuestro presente alimentario.

Actualmente el real problema no es la comercialización de gran variedad de alimentos, benéficos y no benéficos para el organismo, sino la falta de conocimiento (de la mayor parte de la población) en cuanto al etiquetado o llamada tabla nutricional de los productos al momento de realizar las compras, pues la mayoría de las veces se consiguen productos que no son necesario en la canasta familiar, sin mencionar que mayormente estos tienen poco o nada de valor nutricional.

A pesar de esto, cada vez se está teniendo mas capacidad para conocer el impacto de los diferentes alimentos y su composición en el organismo, además de tener acceso a la trazabilidad de gran cantidad de productos, esto debido a que la sanidad pública se ha visto en la obligación de informarnos a cerca de lo que estamos consumiendo para poder prevenir o tener control a cerca de enfermedades. Sin embargo, no estamos exentos a los posibles daños que también nos pueden ocasionar los alimentos que consideramos saludables, esto debido a que, aunque en pocas cantidades contienen tóxicos que se pueden ver reflejados en nuestra salud a largo plazo.

Después de todo no podemos negar la idea de que actualmente estamos viviendo un nuevo orden alimentario que llegó desde la industrialización y la cual nos ha facilitado las labores en cocina, y esto se debe a que los alimentos vienen casi listos para su consumo desde la fábrica, pero que también implica una desventaja muy notoria la cual involucra que no estamos totalmente seguros sobre si lo que estamos consumiendo es comida real o solo productos genéticamente modificados; desconocemos su manipulación en el proceso de fabricación, los medios por los cuales han sufrido cambios ya sea en su composición, apariencia o sabor, o en el caso de los animales, de su alimentación durante su crecimiento o el motivo o medio por el cual fue sacrificado.  

¿un nuevo orden alimentario? Y “Hambre de salud”: los alimentos, un ejemplo de la medicalización alimentaria

Con el nuevo orden alimentario también se viene consigo una serie de nuevos términos, donde si hablamos de alimentos también los estaríamos haciendo de medicinas.

Se ha descubierto y comprobado que los alimentos mas que para saciar el hambre, también pueden ser usados de manera medicinal, tanto para tratar como prevenir enfermedades como el cáncer, infartos, diabetes, reducir colesterol, la perdida de visión, entre otras, y claramente mantener una salud lo más optima posible, “De este modo, si tenemos en cuenta la publicidad científica, su eco en los medios de comunicación y la publicidad alimentaria, nuestra sociedad contemporánea no parece ya que “coma” manzanas, carne de pollo o de cerdo, atún, coliflor, yogurt o vino sino más bien que “ingiera” calcio, hierro, polifenoles, flavonoides, vitaminas, caroteno, glucosa, fibra, grasas, saturadas, monoinsaturas o polinsaturadas, ácido oleico, fósforo, alcohol etílico, proteínas, antioxidantes, taninos, bífidus, omega 3, fitoesteroles, AGS, AGLI, LDL, DGLA, etc., etc.”(paradoja del omnívoro) en consecuencia debemos tener más decisión y conocimiento al momento de consumir, debido al gran grupo de alimentos que podemos encontrar ya sea de manera natural o por que han sido biológicamente alterados en todas sus cualidades organolépticas y nutritivas.

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