El impacto de la ciencia en la interacción social
LariGMTutorial19 de Enero de 2014
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INTRODUCCIÓN
La psicología se define, típicamente, como la ciencia del comportamiento humano, y la psicología social, como aquella rama de esa ciencia que trata de la interacción humana. Un propósito fundamental de la ciencia es establecer leyes generales a través de una observación sistemática. Para el psicólogo social, tales leyes generales se desarrollan con el fin de describir y explicar la interacción social. Esta visión tradicional de la ley científica se repite de una manera u otra en casi todos los tratados fundamentales de la especialidad. En su discusión de la explicación de las ciencias fundamentales, DiRenzo (1996) señaló que en una “explicación completa” en las ciencias comportamentales “es aquella que ha asumido el estatus invariable de la ley” (p. 11). Krech, Crutchfield y Ballachey (1962) afirmaron que “bien sea que nos encontremos interesados en la psicología social como una ciencia básica o aplicada, es necesario un conjunto de principios científicos” (p. 3). Jones y Gerard (1967) hicieron eco a esta visión en su afirmación: “La ciencia busca comprender los factores que dan cuenta de las relaciones estables entre los eventos” (p. 42). Como lo señaló Mills (1969), “los psicólogos sociales quieren descubrir las relaciones causales para poder establecer los principios básicos que nos explicarán el fenómeno de la psicología social” (p. 412).
Esta visión de la psicología social es, por supuesto, descendiente directa del pensamiento del siglo XVIII. En ese tiempo las ciencias físicas produjeron incrementos significativos en el conocimiento, y se podía ver con gran optimismo la posibilidad de aplicar el método científico al comportamiento humano (Carr, 1963). Si se pudieran establecer los principios generales del comportamiento humano, sería posible reducir los conflictos sociales, erradicar los problemas de miembros de la sociedad. Tal y como posteriormente otros albergaron la esperanza incluso sería posible transformar dichos principios a formas matemáticas para desarrollar “una matemática del comportamiento humano tan precisa como las matemáticas de las máquinas” (Russeell, 1956, p.142),
El propósito de este artículo es argumentar que la psicología social es primariamente una investigación histórica. A diferencia de las ciencias naturales, trata con hechos en gran medida irrepetibles, y que fluctúan marcadamente a través del tiempo. Los principios de la interacción humana no se pueden desarrollar fácilmente con el paso del tiempo porque se basan en hechos que generalmente no permanecen estables. El conocimiento no se puede acumular en el sentido científico usual porque dicho conocimiento generalmente no trasciende los límites históricos.
EL IMPACTO DE LA CIENCIA EN LA INTERACCIÓN SOCIAL
Como lo ha demostrado Back (1963), la ciencia social puede ser fructíferamente vista como un extenso sistema de comunicaciones. En la ejecución de la investigación, el científico recibe mensajes transmitidos por el sujeto. En su forma bruta, dichos mensajes sólo generan “sonido” para el científico. Las teorías científicas sirven como dispositivos decodificadores que convierten dicho sonido en información útil. A pesar de que Back ha usado este modelo en una provocativa variedad de formas, su análisis termina en el punto de la decodificación. Este modelo debe extenderse más allá del proceso de recolectar y decodificar mensajes. La tarea del científico también es la de comunicar. Si sus teorías demuestran ser dispositivos útiles de decodificación, entonces son comunicadas a la población para que también ella se beneficie de su utilidad. La ciencia y la sociedad constituyen un circuito que se retroalimenta.
Este tipo de retroalimentación del científico a la sociedad ha tenido una difusión creciente en la última década. Se han desarrollado canales de comunicación a un ritmo rápido. En el nivel de la educación superior, más de 8 millones de estudiantes se ven confrontados anualmente por ofertas de cursos en el campo de la psicología, y en los años recientes, dichas ofertas han una popularidad insuperable. La educación liberal de hoy implica una familiaridad con ideas centrales de la psicología. Los medios masivos de comunicación también han dado cuenta del vasto interés público por la psicología. Los medios masivos de comunicación también han dado cuenta del vasto interés público por la psicología. Los medios informativos monitorean cuidadosamente los encuentros profesionales y las revistas de la profesión. Los editores de revistas han encontrado rentable presentar la visión de los psicólogos sobre los patrones contemporáneos de comportamiento, y las revistas especializadas dedicadas casi exclusivamente a la psicología ahora cuentan con más de 600,000 lectores. Cuando añadimos a estas tendencias la amplia expansión del mercado de libros en rústica, la creciente demanda gubernamental de un conocimiento que justifique el financiamiento público de la investigación psicológica, la proliferación de técnicas de encuentro, el establecimiento de empresas de negocios que hacen publicidad con la psicología a través de juegos y afiches, y la creciente confianza puesta por las grandes instituciones (incluidas las de negocios, gobierno, fuerzas militares y sociales) sobre el conocimiento de los científicos comportamentales en las organizaciones, uno comienza a sentir una profunda medida en que el psicólogo se encuentra en un vínculo de comunicación mutua con la cultura del entorno.
Como científicos de la interacción humana, estamos involucrados en una dualidad peculiar. Por un lado, valoramos el comportamiento desapasionado en las cuestiones científicas. Somos muy conscientes de los efectos de sesgo que se siguen de los compromisos intensos en valores. Por el otro, como seres humanos socializados, abrigamos numerosos valores acerca de la naturaleza de las relaciones sociales. Es raro el psicólogo social cuyos valores no influyan su tema de investigación, sus métodos de observación o los términos de la descripción.
LA INVESTIGACIÓN SOBRE LA ESTABILIDAD COMPORTAMENTAL
Los fenómenos sociales pueden variar considerablemente en la medida en que se encuentran sujetos al cambio histórico. Ciertos fenómenos pueden estar estrechamente ligados a datos fisiológicos. La investigación de Schachter (1970) sobre los estados emocionales parece tener una fuerte base fisiológica, del mismo modo que el trabajo de Hess (1965) sobre el efecto y la constricción pupilar. A pesar de que las disposiciones aprendidas pueden superar la fuerza de las tendencias fisiológicas, dichas tendencias deberían tender a reafirmarse a sí mismas con el paso del tiempo. Aun otras propensiones fisiológicas pueden ser irreversibles. También pueden existir disposiciones adquiridas lo suficientemente poderosas como para que ni la ilustración ni el cambio histórico logren un impacto importante. Generalmente, las personas evitarán los estímulos físicos dolorosos, independientemente de su sofisticación o de las normas vigentes. Debemos pensar, entonces, en términos de un continuo de durabilidad histórica, con fenómenos altamente susceptibles a la influencia histórica, en un extremo, y procesos más estables en el otro extremo.
HACIA UNA HISTORIA SOCIAL INTEGRADA
Se ha sostenido que la investigación de la psicología social es primariamente el estudio sistemático de la historia contemporánea. Como tal, parece miope mantener un desapego disciplinar hacia: a) el estudio tradicional de la historia y b) otras ciencias limítrofes con la historia (incluidas la sociología, las ciencias políticas y la economía). Las estrategias y sensibilidades investigativas particulares del historiador podrían mejorar la comprensión de la psicología social, pasada y presente.
LA PSICOLOGÍA SOCIAL EN AMÉRICA LATINA
La psicología social, como muchas otras ramas de la psicología, tiene un desarrollo relativamente reciente en nuestra parte del continente. De hecho, muchas cátedras de psicología social sólo vienen a ser creadas a fines de la década del cincuenta o a principios de los años sesenta (en Brasil hacia 1953; en Venezuela en 1954 y en Chile en 1962). Esto supone por una parte, que quienes originaron y regentaron esas cátedras, necesariamente eran personas formadas en contextos académicos no latinoamericanos, es decir: europeos y norteamericanos, donde la disciplina tenía ya varias décadas de desarrollo. Y por otra, que hubo de transcurrir un cierto tiempo antes de que la enseñanza dictada en esas cátedras dejase de ser un mero aditamento curricular o el complemento de una formación que creemos que en sus orígenes estuvo fundamentalmente dirigida hacia la producción de psicólogos clínicos y orientadores, para pasar a generar un campo de trabajo propio, intereses específicos y productos directamente ligados a un quehacer independiente, en tanto que rama de la psicología.
Y ello se explica por qué la psicología es, en el contexto de las ciencias sociales, una de las más recientes en cuanto a organización sistemática, a generación de métodos y lenguaje propios y a la determinación clara de su objeto de estudio. Si bien pueden hallarse reflexiones de índole psicológica en muchos filósofos a lo largo de la historia, en sentido estricto podemos decir que es a partir de la creación del laboratorio de W. Wundt en 1879, en Leizpig, cuando la psicología se inicia como ciencia per se. Y en cuanto a la psicología social cabe hacer la misma observación: numerosas reflexiones en los
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